Por qué Mexicana no debe quebrar
Estira y afloja
J. Jesús Rangel M.
2011-12-09•Negocios
Con mayor frecuencia escucho que debe declararse en quiebra a Mexicana de Aviación. Confieso que pensé lo mismo, sobre todo porque los interesados en rescatarla no han sido serios, porque el gobierno federal metió demasiado las manos en el proceso con expectativas que resultaron falsas, porque falta transparencia y por otras cosas.
Algunos amigos expertos, que han sido consultados para la reestructura financiera y el nuevo modelo operativo que se ha diseñado para rescatar a la emblemática línea aérea, me hicieron ver mis errores, y ahora entiendo a Gerardo Badín Cherit, el conciliador del concurso mercantil, quien ha dicho que hasta que el juez lo determine cumplirá con su compromiso de recibir a todos aquellos inversionistas que tengan una propuesta clara y viable para revisar.
Resulta que los tiempos turbulentos en Mexicana ya pasaron. Ya se redujeron los pasivos en su balance estimados en 17 mil millones de pesos a poco más de cuatro mil millones, lo que significa que puede salir a operar sin requerir recursos extra para atender la deuda; se reestructuró el modelo operativo en materia laboral, de flota, de rutas, de operación en terminales aéreas y del centro de mantenimiento cuyas instalaciones en la Ciudad de México y en Guadalajara son de las más grandes del mundo.
Se revaloró la marca; no se perdieron los slots en los diferentes aeropuertos donde operaba; los tratados bilaterales le aseguran sus designaciones en terminales aéreas en el exterior como en Estados Unidos y Cuba; los espacios, posiciones y horarios están garantizados para que reinicie vuelos con 11 aviones, y lo haga con 40 más en un año, a sabiendas de que el espacio aéreo que dejó, no ha sido ocupado.
Dicho de otra forma, Badín y su equipo, que desde el 6 de septiembre de 2010 asumieron la conciliación, ya hicieron atractiva la empresa y en los dos primeros años de operación podría generar flujos positivos entre 100 y 120 millones de dólares. De los casi cuatro mil millones de pesos que se requieren para relanzar la empresa, una parte sería para atender compromisos laborales, créditos fiscales y gastos preoperativos y de capital de trabajo.
Si quiebra Mexicana, el título de concesión establece que perdería todos esos activos que valen más de cuatro mil millones. Por eso no debe quebrar.
Estira y afloja
J. Jesús Rangel M.
2011-12-09•Negocios
Con mayor frecuencia escucho que debe declararse en quiebra a Mexicana de Aviación. Confieso que pensé lo mismo, sobre todo porque los interesados en rescatarla no han sido serios, porque el gobierno federal metió demasiado las manos en el proceso con expectativas que resultaron falsas, porque falta transparencia y por otras cosas.
Algunos amigos expertos, que han sido consultados para la reestructura financiera y el nuevo modelo operativo que se ha diseñado para rescatar a la emblemática línea aérea, me hicieron ver mis errores, y ahora entiendo a Gerardo Badín Cherit, el conciliador del concurso mercantil, quien ha dicho que hasta que el juez lo determine cumplirá con su compromiso de recibir a todos aquellos inversionistas que tengan una propuesta clara y viable para revisar.
Resulta que los tiempos turbulentos en Mexicana ya pasaron. Ya se redujeron los pasivos en su balance estimados en 17 mil millones de pesos a poco más de cuatro mil millones, lo que significa que puede salir a operar sin requerir recursos extra para atender la deuda; se reestructuró el modelo operativo en materia laboral, de flota, de rutas, de operación en terminales aéreas y del centro de mantenimiento cuyas instalaciones en la Ciudad de México y en Guadalajara son de las más grandes del mundo.
Se revaloró la marca; no se perdieron los slots en los diferentes aeropuertos donde operaba; los tratados bilaterales le aseguran sus designaciones en terminales aéreas en el exterior como en Estados Unidos y Cuba; los espacios, posiciones y horarios están garantizados para que reinicie vuelos con 11 aviones, y lo haga con 40 más en un año, a sabiendas de que el espacio aéreo que dejó, no ha sido ocupado.
Dicho de otra forma, Badín y su equipo, que desde el 6 de septiembre de 2010 asumieron la conciliación, ya hicieron atractiva la empresa y en los dos primeros años de operación podría generar flujos positivos entre 100 y 120 millones de dólares. De los casi cuatro mil millones de pesos que se requieren para relanzar la empresa, una parte sería para atender compromisos laborales, créditos fiscales y gastos preoperativos y de capital de trabajo.
Si quiebra Mexicana, el título de concesión establece que perdería todos esos activos que valen más de cuatro mil millones. Por eso no debe quebrar.