¡Necesitan 90% de acreedores!
- Los principales acreedores de Mexicana y los dueños de esa marca son los trabajadores, también son los principales inversionistas...
Alicia Salgado
El 4 de agosto de 2010 fue el día en que el juez Felipe Consuelo admitió el Concurso Mercantil de Mexicana de Aviación y, desde entonces, entre fiascos, certificaciones, desfile de “inversionistas” sin capacidad económica o técnica, los únicos actores de este drama han sido los ocho mil trabajadores representados por sus sindicatos y los miles y miles de consumidores que enfrentan altas tarifas, mal servicio, ausencia de ruta, porque la ausencia de Mexicana no ha sido llenada por completo en el mercado.
Los principales acreedores de Mexicana y los dueños de esa marca son los trabajadores. Ellos también son los principales inversionistas pues han estado dispuestos a poner 50 millones de dólares del fondo de jubilación, su liquidación y son y serán el principal activo de la empresa.
Lo que no cuadra en este círculo si se le puede encontrar la cuadratura es ¿por qué si son los principales acreedores —no puede negar Gerardo Badín que ellos están hasta arriba en la lista de prelación— no toman el control del proceso de reestructura y saneamiento, contratan a alguien profesional para administrar y que no tenga ni asomo de relación con la anterior administración, se buscan un buen asesor financiero como Morgan Stanley de Héctor Martínez, o Credit Suisse de Héctor Grisi, y logran una empresa administrada con cogestión obrera como Luftansa?
Dígame si no tengo razón. Clavel, Perfecto y Yúdico, apoyados en el secretario del Trabajo, Javier Lozano, han logrado mantener una presión constante sobre este proceso que no libera las rutas, los horarios, la infraestructura aeroportuaria, los aviones de Bancomext, en fin, la decisión de iniciar la quiebra a la empresa. Hoy, la única forma en que pueden evitar la quiebra no es presentando otro inversionista fantasma (se da cuenta de que siempre dejan fluir nombres de los que eran y no tenían dinero, pero que ahora son otros), es llegando a un acuerdo con 90% de los acreedores para que se lo pidan al juez y, tomando el control de lo que puede rescatarse, incluyendo la marca Mexicana de Aviación, que cumple 90 años mañana y no está volando.
La semana pasada se movilizaron y apoyaron —son sus custodios, no lo olvide— el chequeo de las estaciones de México, Guadalajara, Monterrey, Tijuana y Cancún, las principales de Mexicana, para facilitar la extensión del Certificado de Operador Aéreo.
También difundieron, y ampliamente (a través de misiva enviada por el presidente del Colegio de Pilotos Aviadores de México, Marco Silva), la carta de Héctor González Weeks, de la DGAC, pidiendo al director de la Oficina Internacional de Aviación del Departamento de Transportes del vecino país, Paul L. Gretch, autorización para otorgar a Concesionaria Vuela Compañía de Aviación (Volaris) de Enrique Beltranena, autorización para que dentro del bilateral suscrito —que fue asignado a Mexicana— vuele las rutas México-Las Vegas, México—Los Ángeles y Monterrey—Chicago, con servicios regulares mixtos.
¿Por qué Raúl Campilla, de SINACTA y presidente de la FEDSSA; Miguel Ángel Yúdico, de SNTTTASS; Tomás del Toro, del Sindicato Independencia; Lizette Clavel, de ASSA; y Fernando Perfecto, de ASPA, no usan a la Federación de Sindicatos del Sector Aéreo (FEDSSA) para que les ayuden no a impedir que no le den los slots a Volaris, sino para encontrar inversionistas de verdad, administradores profesionales y reestructuradores, una salida para Mexicana?
Por lo demás, los que están en due dilligence, Altus Proust, no comprobaron los fondos y ahora están subiendo a otros inversionistas hoteleros y españoles, pues ya no pueden decir que son los de Taca o Gol o American Airlines. ¡Qué más le puedo decir..!
- Los principales acreedores de Mexicana y los dueños de esa marca son los trabajadores, también son los principales inversionistas...
Alicia Salgado
El 4 de agosto de 2010 fue el día en que el juez Felipe Consuelo admitió el Concurso Mercantil de Mexicana de Aviación y, desde entonces, entre fiascos, certificaciones, desfile de “inversionistas” sin capacidad económica o técnica, los únicos actores de este drama han sido los ocho mil trabajadores representados por sus sindicatos y los miles y miles de consumidores que enfrentan altas tarifas, mal servicio, ausencia de ruta, porque la ausencia de Mexicana no ha sido llenada por completo en el mercado.
Los principales acreedores de Mexicana y los dueños de esa marca son los trabajadores. Ellos también son los principales inversionistas pues han estado dispuestos a poner 50 millones de dólares del fondo de jubilación, su liquidación y son y serán el principal activo de la empresa.
Lo que no cuadra en este círculo si se le puede encontrar la cuadratura es ¿por qué si son los principales acreedores —no puede negar Gerardo Badín que ellos están hasta arriba en la lista de prelación— no toman el control del proceso de reestructura y saneamiento, contratan a alguien profesional para administrar y que no tenga ni asomo de relación con la anterior administración, se buscan un buen asesor financiero como Morgan Stanley de Héctor Martínez, o Credit Suisse de Héctor Grisi, y logran una empresa administrada con cogestión obrera como Luftansa?
Dígame si no tengo razón. Clavel, Perfecto y Yúdico, apoyados en el secretario del Trabajo, Javier Lozano, han logrado mantener una presión constante sobre este proceso que no libera las rutas, los horarios, la infraestructura aeroportuaria, los aviones de Bancomext, en fin, la decisión de iniciar la quiebra a la empresa. Hoy, la única forma en que pueden evitar la quiebra no es presentando otro inversionista fantasma (se da cuenta de que siempre dejan fluir nombres de los que eran y no tenían dinero, pero que ahora son otros), es llegando a un acuerdo con 90% de los acreedores para que se lo pidan al juez y, tomando el control de lo que puede rescatarse, incluyendo la marca Mexicana de Aviación, que cumple 90 años mañana y no está volando.
La semana pasada se movilizaron y apoyaron —son sus custodios, no lo olvide— el chequeo de las estaciones de México, Guadalajara, Monterrey, Tijuana y Cancún, las principales de Mexicana, para facilitar la extensión del Certificado de Operador Aéreo.
También difundieron, y ampliamente (a través de misiva enviada por el presidente del Colegio de Pilotos Aviadores de México, Marco Silva), la carta de Héctor González Weeks, de la DGAC, pidiendo al director de la Oficina Internacional de Aviación del Departamento de Transportes del vecino país, Paul L. Gretch, autorización para otorgar a Concesionaria Vuela Compañía de Aviación (Volaris) de Enrique Beltranena, autorización para que dentro del bilateral suscrito —que fue asignado a Mexicana— vuele las rutas México-Las Vegas, México—Los Ángeles y Monterrey—Chicago, con servicios regulares mixtos.
¿Por qué Raúl Campilla, de SINACTA y presidente de la FEDSSA; Miguel Ángel Yúdico, de SNTTTASS; Tomás del Toro, del Sindicato Independencia; Lizette Clavel, de ASSA; y Fernando Perfecto, de ASPA, no usan a la Federación de Sindicatos del Sector Aéreo (FEDSSA) para que les ayuden no a impedir que no le den los slots a Volaris, sino para encontrar inversionistas de verdad, administradores profesionales y reestructuradores, una salida para Mexicana?
Por lo demás, los que están en due dilligence, Altus Proust, no comprobaron los fondos y ahora están subiendo a otros inversionistas hoteleros y españoles, pues ya no pueden decir que son los de Taca o Gol o American Airlines. ¡Qué más le puedo decir..!