29 agosto 2010

DEL CORREO DEL BLOG

Dejar hacer, dejar pasar
Rafael Cardona | Opinión    Domingo 29 de Agosto, 2010 | Hora de creación: 02:17| Ultima modificación: 02:17


Desde cualquier punto de vista, el desastre de Mexicana de Aviación es una obvia consecuencia de la corrupción desde la cima y de ninguna manera producto de la crisis global de la industria aeronáutica o los problemas de la recesión, la crisis financiera mundial o la pandemia de la influenza.

Se trató —con todas las evidencias conocidas y quizá algunas por conocer—, de una adquisición ventajosa para los aliados electorales (como también es el caso de Aeroméxico) a quienes después se financia con créditos de manga ancha a pesar de su insolvencia y luego se les permite huir cuando la ordeña de la vaca famélica ha terminado y la res está muerta.

Además del triste destino de los trabajadores del aire y la tierra empleados en esta añeja empresa cuya larga tradición no fue suficiente para sostenerla en operación, el gobierno ha incurrido en un caso de negligencia culposa y disimulo irresponsable.

“No vamos a intervenir en un rescate”, ha dicho ufano el secretario de Comunicaciones, Juan Molinar secundado por Javier Lozano, secretario del Trabajo y obviamente ambos en seguimiento de la partitura repartida por su patrón, el licenciado Felipe Calderón, presidente de la República. Nada, ni un peso a una empresa privada y quebrada.

—¿Quién la quebró?

Eso no le importa a un neo-sistema experto en el desmantelamiento. Cayeron Aerocalifornia, Aviacsa y ahora Mexicana. Al país le están cortando las alas.

—¿Quién vendrá?

Las empresas extranjeras, beneficiarias de la descalificación de nuestra industria hecha poco tiempo antes de la quiebra de la añosa compañía.

El argumento para observar con los brazos cruzados la extinción de Mexicana de Aviación, es su condición de empresa privada. Es un asunto entre capitalistas, inversionistas y nada más. Por eso nadie desde la esfera oficial se mete para evitar la quiebra o remendar el entuerto, a pesar de tratarse de un negocio para cuya operación se necesitan concesiones federales.

Resulta notable por otra parte el paralelismo con Luz y Fuerza del Centro.

Esa empresa estatal fue disuelta precisamente por sus irresolubles problemas financieros y lo inviable de su rescate. En el auge de su eficacia, el gobierno cierra las empresas del Estado y deja quebrar a las compañías particulares. Dejar hacer, dejar quebrar.

Hoy los mexicanos vemos cómo, día con día, el régimen nos entrega las evidencias de su incompetencia. Los problemas no se resuelven, se dejan estallar como viene sucediendo con el más notable y peligroso de todos: la seguridad pública.

Mientras nos quedamos sin líneas aéreas ( ya perdimos el sistema bancario; no tenemos una adecuada red ferroviaria; concesionadas hasta las aduanas) el mundo nos mira con espanto: “es como un territorio minado. Exactamente la imagen que se tiene que grabar nuestra gente en el Ecuador y en otros países, es que hacer una travesía tan peligrosa es como entrar a un territorio minado: hay muchas bandas criminales que están acosando a los migrantes en ese trayecto”, ha dicho el embajador ecuatoriano Galo Galarza.



 

El último vuelo
Pepe Grillo | Opinión    Domingo 29 de Agosto, 2010 | Hora de creación: 02:12| Ultima modificación: 02:12


El último vuelo

El avión repleto de pasajeros despegó exactamente a las 10:55 de ayer del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, con destino a Guadalajara.

Fue el último vuelo de Mexicana de Aviación.

La otrora poderosa aerolínea tocó fondo y en su caída arrastró a empleados, usuarios y prestadores de servicios.

El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y muchos aeropuertos de otras ciudades se verán en problemas, pues Mexicana generaba una buena parte de sus ingresos.

Nadie pudo evitar el colapso de este gigante de la aviación nacional.