Difícil que Mexicana se recupere tras suspensión de labores: Analistas
Redacción/EFE | 28 de August, 2010 - 21:28
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El consultor independiente del sector, Simón García, dijo que Mexicana de Aviación "difícilmente se recuperará de esta caída" ya que "arrastra otros problemas" como son una falta de planeación de negocios fortalecida a partir de su adquisición en 2005, que pasó del Gobierno a manos privadas.
La suspensión "indefinida" de operaciones de Mexicana de Aviación, una de las dos principales aerolíneas del país, empeora su situación financiera ya que en vez de darle un respiro acelera su sepultura, al cumplir 89 años en operación, coinciden analistas.
El consultor independiente del sector Simón García dijo a Efe que Mexicana de Aviación "difícilmente se recuperará de esta caída" ya que "arrastra otros problemas" como son una falta de planeación de negocios fortalecida a partir de su adquisición en 2005, que pasó del Gobierno a manos privadas.
Desde esta tarde Mexicana de Aviación, junto con sus subsidiarias Click y Linck, suspendieron sus vuelos nacionales y extranjeros, que incluían más de una treintena con destino a EE.UU., Centro, Suramérica y Europa.
Según la compañía esta medida obedece "al grave deterioro financiero en el que se encuentra" y "la imposibilidad" de lograr "una capitalización adecuada", según explicó ayer la empresa.
El experto advirtió de que "México no se puede dar el lujo de permitir que desaparezca la aerolínea más antigua del país pues además de dar una mala imagen por el descuido que se ha tenido en el transporte aéreo.
Añadió que esta misma suerte "la podría correr la hasta hoy competidora Aeromexico".
La agonizante aerolínea, que mantiene pasivos de 15.000 millones de pesos (unos 1.153 millones de dólares), se niega a desaparecer y espera que en México y en EE.UU. le permitan reestructurar su deuda en dos procesos de concurso mercantil ante la crisis financiera.
Por su parte, el experto y asesor de empresas aeroportuarias Fernando García explicó a Efe que "es muy difícil que un grupo privado realice una inversión si no hay condiciones adecuadas".
Asimismo, García calcula que se requiere de una capitalización de 150 millones de dólares para salir a flote.
Su argumento es que con el inicio de proceso de concurso mercantil, que puede durar meses o algunos años, la empresa no podría ser vendida, a menos que "la autoridad y quizá pensando por ser concesión o bien público estratégico la requisara".
La aerolínea, que además cuenta con otros bienes como una empresa de mantenimiento de aeronaves y un edificio en Ciudad de México, recientemente fue adquirida en un 95% por la firma Tenedora K, integrada por un Grupo Omega y Grupo Arizan, y el 5% restante por parte de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) de México, para darle un segundo respiro como Nuevo Grupo Aeronáutico.
Sin embargo, decidieron que no inyectarían más capital a la desvalida aerolínea al considerar que no existen condiciones financieras ni laborales.
Para el Gobierno mexicano la suspensión "temporal" de esta empresa no representa de momento la quiebra, sino más bien es un paso para continuar con el proceso de concurso mercantil.
No obstante, reconoce que esta situación es un indicador de que se requiere una revisión de las políticas aeronáuticas del país.
"Desde luego que se requiere de una consolidación de la industria -aérea- en México y a nivel mundial (...), de hecho en muchos países se está reorganizando y buscando la manera en que este sector sea más fuerte y viable", reconoció el ministro mexicano de Comunicaciones y transportes Juan Molinar Horcasitas.
El grupo anteriormente pertenecía al hotelero Grupo Posadas (con 30,4% de acciones) quien a finales de 2005 adquirió parte del Gobierno por al menos unos 165 millones de dólares para hacerla más fuerte y competitiva a nivel internacional.
Los más de 3.000 trabajadores de la aerolínea, en su intento por salvar a la empresa y que garantice a su vez sus fuentes de empleo, han participado en más de una decena de reuniones con sus patrones en los que los propios trabajadores se comprometieron a ceder unos meses sus salarios (de unos 5,8 millones de dólares mensuales), reducir sus prestaciones e incluso bajar hasta en un 20% de su plantilla laboral.
Redacción/EFE | 28 de August, 2010 - 21:28
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El consultor independiente del sector, Simón García, dijo que Mexicana de Aviación "difícilmente se recuperará de esta caída" ya que "arrastra otros problemas" como son una falta de planeación de negocios fortalecida a partir de su adquisición en 2005, que pasó del Gobierno a manos privadas.
La suspensión "indefinida" de operaciones de Mexicana de Aviación, una de las dos principales aerolíneas del país, empeora su situación financiera ya que en vez de darle un respiro acelera su sepultura, al cumplir 89 años en operación, coinciden analistas.
El consultor independiente del sector Simón García dijo a Efe que Mexicana de Aviación "difícilmente se recuperará de esta caída" ya que "arrastra otros problemas" como son una falta de planeación de negocios fortalecida a partir de su adquisición en 2005, que pasó del Gobierno a manos privadas.
Desde esta tarde Mexicana de Aviación, junto con sus subsidiarias Click y Linck, suspendieron sus vuelos nacionales y extranjeros, que incluían más de una treintena con destino a EE.UU., Centro, Suramérica y Europa.
Según la compañía esta medida obedece "al grave deterioro financiero en el que se encuentra" y "la imposibilidad" de lograr "una capitalización adecuada", según explicó ayer la empresa.
El experto advirtió de que "México no se puede dar el lujo de permitir que desaparezca la aerolínea más antigua del país pues además de dar una mala imagen por el descuido que se ha tenido en el transporte aéreo.
Añadió que esta misma suerte "la podría correr la hasta hoy competidora Aeromexico".
La agonizante aerolínea, que mantiene pasivos de 15.000 millones de pesos (unos 1.153 millones de dólares), se niega a desaparecer y espera que en México y en EE.UU. le permitan reestructurar su deuda en dos procesos de concurso mercantil ante la crisis financiera.
Por su parte, el experto y asesor de empresas aeroportuarias Fernando García explicó a Efe que "es muy difícil que un grupo privado realice una inversión si no hay condiciones adecuadas".
Asimismo, García calcula que se requiere de una capitalización de 150 millones de dólares para salir a flote.
Su argumento es que con el inicio de proceso de concurso mercantil, que puede durar meses o algunos años, la empresa no podría ser vendida, a menos que "la autoridad y quizá pensando por ser concesión o bien público estratégico la requisara".
La aerolínea, que además cuenta con otros bienes como una empresa de mantenimiento de aeronaves y un edificio en Ciudad de México, recientemente fue adquirida en un 95% por la firma Tenedora K, integrada por un Grupo Omega y Grupo Arizan, y el 5% restante por parte de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) de México, para darle un segundo respiro como Nuevo Grupo Aeronáutico.
Sin embargo, decidieron que no inyectarían más capital a la desvalida aerolínea al considerar que no existen condiciones financieras ni laborales.
Para el Gobierno mexicano la suspensión "temporal" de esta empresa no representa de momento la quiebra, sino más bien es un paso para continuar con el proceso de concurso mercantil.
No obstante, reconoce que esta situación es un indicador de que se requiere una revisión de las políticas aeronáuticas del país.
"Desde luego que se requiere de una consolidación de la industria -aérea- en México y a nivel mundial (...), de hecho en muchos países se está reorganizando y buscando la manera en que este sector sea más fuerte y viable", reconoció el ministro mexicano de Comunicaciones y transportes Juan Molinar Horcasitas.
El grupo anteriormente pertenecía al hotelero Grupo Posadas (con 30,4% de acciones) quien a finales de 2005 adquirió parte del Gobierno por al menos unos 165 millones de dólares para hacerla más fuerte y competitiva a nivel internacional.
Los más de 3.000 trabajadores de la aerolínea, en su intento por salvar a la empresa y que garantice a su vez sus fuentes de empleo, han participado en más de una decena de reuniones con sus patrones en los que los propios trabajadores se comprometieron a ceder unos meses sus salarios (de unos 5,8 millones de dólares mensuales), reducir sus prestaciones e incluso bajar hasta en un 20% de su plantilla laboral.