Compañeros:
Ciertamente la política laboral del actual gobierno es, a todas luces, un atropello a las garantías básicas de todos los trabajadores. En este sexenio se han golpeado tres sectores laborales muy importantes: el minero, el de los electricistas y el nuestro. En estos años han corrido diversas opiniones al respecto de la nueva reforma laboral impulsada por el secretario del trabajo. Han sido varios los sectores de nuestra población que han manifestado su preocupación a este respecto. Es de nuestro conocimiento la falta de ética y honestidad con la que se han conducido los dueños de Mexicana de Aviación, afectando terriblemente nuestra fuente laboral. Las instituciones gubernamentales encargadas de velar por la transparencia en la aviación han cerrado sus ojos a la corrupción y la deshonestidad. Efectivamente, esperar apoyo por parte de las autoridades es temerario, pero no podemos, de ninguna manera, saltarnos las instituciones del Estado que están hechas, justamente, para mediar en nuestra situación. Es por ello que debemos buscar una salida que se apegue a la legalidad: a la Ley Federal del Trabajo y a la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos. De lo contrario, estamos permitiendo que no se respete la ley. No podemos aceptar un documento que ha sido redactado por personas cuya única misión es violentar la Ley Federal del Trabajo y sacar el mayor provecho de nuestra delicada situación: sería como entregarle el hacha a nuestro verdugo. El documento elaborado por Tenedora K está muy bien escrito y por lo mismo es difícil ver las rendijas a través de las cuales ellos piensan ir arrebatándonos nuestros empleos, por ejemplo el artículo IV que dice: “ASSA (…) está de acuerdo en que la forma de terminación de la relación laboral de los sobrecargos excedentes será en términos de la fracción primera del artículo 53 de la Ley Federal del Trabajo (…)” …lo cual implica renunciar a una terminación del contrato laboral de una manera digna y abre la puerta para una ola de despidos injustificados porque ¿quién nos garantiza que la mayoría de nosotros no seamos excedentes? ¿Entonces quién nos empleará? A la hora de la liquidación, ¿nos pagará una empresa en quiebra? ¿Nos van a pagar las liquidaciones como lo hicieron con los electricistas o como ignoraron a los mineros? Si bien es cierto que la lucha de Luz y Fuerza ha sido larga, ya ha tenido sus primeros resultados. La Secretaría de Gobernación ya recibió a su líder sindical y ya están en negociaciones, tanto el gobierno como el sindicato, para recontratar a los trabajadores, respetando su contrato laboral vigente al momento de la extinción de Luz y Fuerza. Su éxito consistió en jamás ceder ni un ápice en lo concerniente al contrato colectivo de trabajo. Lo que estamos viviendo es, en todos sentidos, una injusticia. No podemos permitir un ultraje de esta magnitud. Tengamos fuerza y busquemos una salida real, la ley está de nuestro lado, sólo tenemos que pensar, como nos dijeron nuestros dirigentes, con la cabeza, no con el estómago. Se trata justamente de pensar: Si nosotros no respetamos nuestro Contrato Colectivo de Trabajo entonces ¿quién lo hará? Tenemos que exigirles a las autoridades correspondientes que hagan su trabajo. El secretario de Comunicaciones y Transportes está debilitado, está enfrentando en el Congreso varios frentes –el de las guarderías ABC, la de la entrega del espectro radioeléctrico a Televisa, entre otros- en todos ellos, ha salido muy mal parado: no puede darse el lujo de que la opinión pública se entere que tuvo algo que ver también en esto. Ya en el Congreso voltearon a ver hacia nuestra problemática. La aviación es un sector estratégico para el desarrollo económico del país, Mexicana es una de las dos empresas más importantes, sino es que la más importante. A nadie le conviene que nuestra empresa desaparezca, habrá más de algún empresario, que reconozca la enorme oportunidad que esta empresa representa, aunque claro, intentarán por todos los medios obtener algo de nosotros. Si esta empresa no fuera viable, ni prometiera, entonces ¿por qué hay tantos interesados en que la compañía quiebre? Dicen que para descubrir al asesino, sólo hay que ver quién se benefició con su muerte. ¿a quién le beneficia la extinción de nuestra empresa, la desaparición de nuestro sindicato, la negación a nuestras condiciones laborales? Es necesario que asumamos la importancia que representamos. Lo que entreguemos ahora no lo recuperaremos nunca.
Pocas personas pueden presumir de tener un trabajo como el nuestro, en todo el mundo nuestro gremio es respetado y reconocido, si nosotros no nos respetamos, nadie lo hará. Hay más de un empresario que está dispuesto a rescatar a una empresa con tanto prestigio e historia. Mexicana no es un cascarón de huevo, es una empresa tan importante que nos están intentando robar la marca.
Yo también digo sí a Mexicana y para rato. Yo quiero dedicar mi vida a esta profesión y en esta empresa, es por eso que no quiero que estos buitres me arrebaten mi fuente de empleo, la fuente de empleo de ustedes, el sustento de nuestras familias. Yo digo sí a Mexicana, pero con dignidad: es decir con mi Contrato Colectivo de Trabajo y la única forma de conseguirlo es, al igual que los electricistas, defendiendo a ultranza nuestro Contrato Colectivo de Trabajo, denunciando, manifestándonos. Si claudicamos en esta lucha renunciamos definitivamente a tener un empleo aceptable.
Basta con leer periódicos y escuchar la radio para comprobar que todos son favorables a nuestra organización y señalan a los verdaderos responsables de este fraude; incluso algunos partidos políticos y líderes de opinión. Echemos mano de todos ellos, habrá muchos, muchos interesados en apoyar nuestra lucha. Absolutamente todos los derechos laborales se han conquistado a través de la movilización de los trabajadores. Este gobierno y estos empresarios no son invencibles. Ya no tenemos nada que perder y sí mucho que ganar. Nos piden entregar el CCT. ¿Para qué lo hacemos? ¿Por unos meses de ingresos por debajo de la ley, irrisorios e insuficientes mientras conseguimos otro empleo mal pagado? ¡Por favor!
No podemos permitir que nos arrebaten lo que con tanto esfuerzo otras personas consiguieron y que ahora disfrutamos nosotros. Vale la pena luchar, juntos: recordemos lo que pasó con nuestros compañeros pilotos. Hace tres años nosotros no cedimos y conservamos nuestras condiciones laborales hasta hoy; vencimos la primera batalla. Podemos volver a vencer. Venzamos juntos, jubilados y activos, hombres y mujeres, padres y madres, nuevos y antiguos: compañeros la unión hace la fuerza, no dejemos que nos ganen unas hienas que quieren hacer de nuestra empresa un cadáver. Los cadáveres no resucitan. Estamos más vivos que nunca.
Ciertamente la política laboral del actual gobierno es, a todas luces, un atropello a las garantías básicas de todos los trabajadores. En este sexenio se han golpeado tres sectores laborales muy importantes: el minero, el de los electricistas y el nuestro. En estos años han corrido diversas opiniones al respecto de la nueva reforma laboral impulsada por el secretario del trabajo. Han sido varios los sectores de nuestra población que han manifestado su preocupación a este respecto. Es de nuestro conocimiento la falta de ética y honestidad con la que se han conducido los dueños de Mexicana de Aviación, afectando terriblemente nuestra fuente laboral. Las instituciones gubernamentales encargadas de velar por la transparencia en la aviación han cerrado sus ojos a la corrupción y la deshonestidad. Efectivamente, esperar apoyo por parte de las autoridades es temerario, pero no podemos, de ninguna manera, saltarnos las instituciones del Estado que están hechas, justamente, para mediar en nuestra situación. Es por ello que debemos buscar una salida que se apegue a la legalidad: a la Ley Federal del Trabajo y a la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos. De lo contrario, estamos permitiendo que no se respete la ley. No podemos aceptar un documento que ha sido redactado por personas cuya única misión es violentar la Ley Federal del Trabajo y sacar el mayor provecho de nuestra delicada situación: sería como entregarle el hacha a nuestro verdugo. El documento elaborado por Tenedora K está muy bien escrito y por lo mismo es difícil ver las rendijas a través de las cuales ellos piensan ir arrebatándonos nuestros empleos, por ejemplo el artículo IV que dice: “ASSA (…) está de acuerdo en que la forma de terminación de la relación laboral de los sobrecargos excedentes será en términos de la fracción primera del artículo 53 de la Ley Federal del Trabajo (…)” …lo cual implica renunciar a una terminación del contrato laboral de una manera digna y abre la puerta para una ola de despidos injustificados porque ¿quién nos garantiza que la mayoría de nosotros no seamos excedentes? ¿Entonces quién nos empleará? A la hora de la liquidación, ¿nos pagará una empresa en quiebra? ¿Nos van a pagar las liquidaciones como lo hicieron con los electricistas o como ignoraron a los mineros? Si bien es cierto que la lucha de Luz y Fuerza ha sido larga, ya ha tenido sus primeros resultados. La Secretaría de Gobernación ya recibió a su líder sindical y ya están en negociaciones, tanto el gobierno como el sindicato, para recontratar a los trabajadores, respetando su contrato laboral vigente al momento de la extinción de Luz y Fuerza. Su éxito consistió en jamás ceder ni un ápice en lo concerniente al contrato colectivo de trabajo. Lo que estamos viviendo es, en todos sentidos, una injusticia. No podemos permitir un ultraje de esta magnitud. Tengamos fuerza y busquemos una salida real, la ley está de nuestro lado, sólo tenemos que pensar, como nos dijeron nuestros dirigentes, con la cabeza, no con el estómago. Se trata justamente de pensar: Si nosotros no respetamos nuestro Contrato Colectivo de Trabajo entonces ¿quién lo hará? Tenemos que exigirles a las autoridades correspondientes que hagan su trabajo. El secretario de Comunicaciones y Transportes está debilitado, está enfrentando en el Congreso varios frentes –el de las guarderías ABC, la de la entrega del espectro radioeléctrico a Televisa, entre otros- en todos ellos, ha salido muy mal parado: no puede darse el lujo de que la opinión pública se entere que tuvo algo que ver también en esto. Ya en el Congreso voltearon a ver hacia nuestra problemática. La aviación es un sector estratégico para el desarrollo económico del país, Mexicana es una de las dos empresas más importantes, sino es que la más importante. A nadie le conviene que nuestra empresa desaparezca, habrá más de algún empresario, que reconozca la enorme oportunidad que esta empresa representa, aunque claro, intentarán por todos los medios obtener algo de nosotros. Si esta empresa no fuera viable, ni prometiera, entonces ¿por qué hay tantos interesados en que la compañía quiebre? Dicen que para descubrir al asesino, sólo hay que ver quién se benefició con su muerte. ¿a quién le beneficia la extinción de nuestra empresa, la desaparición de nuestro sindicato, la negación a nuestras condiciones laborales? Es necesario que asumamos la importancia que representamos. Lo que entreguemos ahora no lo recuperaremos nunca.
Pocas personas pueden presumir de tener un trabajo como el nuestro, en todo el mundo nuestro gremio es respetado y reconocido, si nosotros no nos respetamos, nadie lo hará. Hay más de un empresario que está dispuesto a rescatar a una empresa con tanto prestigio e historia. Mexicana no es un cascarón de huevo, es una empresa tan importante que nos están intentando robar la marca.
Yo también digo sí a Mexicana y para rato. Yo quiero dedicar mi vida a esta profesión y en esta empresa, es por eso que no quiero que estos buitres me arrebaten mi fuente de empleo, la fuente de empleo de ustedes, el sustento de nuestras familias. Yo digo sí a Mexicana, pero con dignidad: es decir con mi Contrato Colectivo de Trabajo y la única forma de conseguirlo es, al igual que los electricistas, defendiendo a ultranza nuestro Contrato Colectivo de Trabajo, denunciando, manifestándonos. Si claudicamos en esta lucha renunciamos definitivamente a tener un empleo aceptable.
Basta con leer periódicos y escuchar la radio para comprobar que todos son favorables a nuestra organización y señalan a los verdaderos responsables de este fraude; incluso algunos partidos políticos y líderes de opinión. Echemos mano de todos ellos, habrá muchos, muchos interesados en apoyar nuestra lucha. Absolutamente todos los derechos laborales se han conquistado a través de la movilización de los trabajadores. Este gobierno y estos empresarios no son invencibles. Ya no tenemos nada que perder y sí mucho que ganar. Nos piden entregar el CCT. ¿Para qué lo hacemos? ¿Por unos meses de ingresos por debajo de la ley, irrisorios e insuficientes mientras conseguimos otro empleo mal pagado? ¡Por favor!
No podemos permitir que nos arrebaten lo que con tanto esfuerzo otras personas consiguieron y que ahora disfrutamos nosotros. Vale la pena luchar, juntos: recordemos lo que pasó con nuestros compañeros pilotos. Hace tres años nosotros no cedimos y conservamos nuestras condiciones laborales hasta hoy; vencimos la primera batalla. Podemos volver a vencer. Venzamos juntos, jubilados y activos, hombres y mujeres, padres y madres, nuevos y antiguos: compañeros la unión hace la fuerza, no dejemos que nos ganen unas hienas que quieren hacer de nuestra empresa un cadáver. Los cadáveres no resucitan. Estamos más vivos que nunca.