Opinión de (Rosario Avilés) |
Adiós a la DGCA
En un enroque que se antoja por lo menos interesante, el titular de la Dirección General de los Cielos Abiertos (DGCA, antes DGAC), Alexandro Argudín, dejó su posición y se fue a administrar el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), desde donde podrá sufrir las consecuencias de las decisiones que él mismo tomó desde su escritorio de la calle de Las Flores.
Podrá saber la utilidad (o no) de las radiales de aproximación al aeropuerto y conocerá lo que opinan las áreas de operaciones de las aerolíneas sobre sus nuevas disposiciones para la aproximación a las pistas 05 Izquierda y 05 Derecha.
Las áreas de operaciones han catalogado las disposiciones de este funcionario sobre la nueva radial 164 como “inoperativas” y el propio Colegio de Pilotos ha alertado sobre el riesgo de esta decisión, recordando aquel accidente del vuelo 2605 de Western Airlines al mando del capitán Charles Gilbert, quien el 31 de octubre de 1979 a las 5:40 am aterrizó equivocadamente en la pista 23 Izquierda que se hallaba en mantenimiento, causando la muerte de 72 personas, por razones parecidas a lo que ahora se trama.
Pero aunque el asunto de la radial pareciera ser el Waterloo del actual titular del AICM, lo cierto es que hay varios temas en la agenda que no pudieron salir en su gestión al frente de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC). El más importante, sin duda, fue la negociación del acuerdo bilateral de aviación con los Estados Unidos de América.
Como se recordará, se ha estado pretendiendo iniciar una política de cielos abiertos sin ninguna reciprocidad, cosa que le podrá parecer muy bien a ciertos funcionarios y a quienes no han entrado en al análisis profundo de las consecuencias de adoptar un esquema que a todas luces es perjudicial para un país como el nuestro.
Hoy mismo se iniciará en el Senado de la República una serie de acciones para evitar que México dilapide irresponsablemente una de las pocas ventajas comparativas que posee, que es su ubicación geográfica y sus libertades del aire.
En cambio, los senadores pedirán que se establezca una política de Estado en el sector aéreo, para desarrollar a las aerolíneas nacionales y trabajar con las armas que el derecho internacional pone a la disposición de los negociadores inteligentes, a saber: la gradualidad, la temporalidad y las salvaguardas en el otorgamiento de beneficios a otros países para obtener ventajas.
Aún está por verse el resultado, pero es un hecho que los profesionales de la aviación tienen muchos años estudiando el asunto y el gobierno federal no puede soslayar su experiencia. Tal vez ahí está la clave de esa especie de carrusel que acaba de vivir el sector aéreo.
Gilberto López Meyer volverá a la DGAC y esperemos que pueda empujar con fuerza tanto la política de Estado, que siempre ha declarado como una convicción, como la creación de las agencias de Transporte Aéreo y de Investigación de Accidentes, instituciones que fueron ya estructuradas por el doctor Carlos Almada, quien acaba de dejar la Subsecretaría del Transporte para sumarse al Servicio Exterior. En esta posición queda la ex directora de Sepomex, Yuridia Mascott, mientras que en ASA despachará Alfonso Sarabia, a quien extrañaremos en el AICM, pero seguro que hará un excelente papel.
Lo oí en 123.45: Nuestro sentido pésame por el fallecimiento de Salvador Retana, director de transporte y control aeronáutico de DGAC, ocurrido la semana pasada. Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx
Podrá saber la utilidad (o no) de las radiales de aproximación al aeropuerto y conocerá lo que opinan las áreas de operaciones de las aerolíneas sobre sus nuevas disposiciones para la aproximación a las pistas 05 Izquierda y 05 Derecha.
Las áreas de operaciones han catalogado las disposiciones de este funcionario sobre la nueva radial 164 como “inoperativas” y el propio Colegio de Pilotos ha alertado sobre el riesgo de esta decisión, recordando aquel accidente del vuelo 2605 de Western Airlines al mando del capitán Charles Gilbert, quien el 31 de octubre de 1979 a las 5:40 am aterrizó equivocadamente en la pista 23 Izquierda que se hallaba en mantenimiento, causando la muerte de 72 personas, por razones parecidas a lo que ahora se trama.
Pero aunque el asunto de la radial pareciera ser el Waterloo del actual titular del AICM, lo cierto es que hay varios temas en la agenda que no pudieron salir en su gestión al frente de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC). El más importante, sin duda, fue la negociación del acuerdo bilateral de aviación con los Estados Unidos de América.
Como se recordará, se ha estado pretendiendo iniciar una política de cielos abiertos sin ninguna reciprocidad, cosa que le podrá parecer muy bien a ciertos funcionarios y a quienes no han entrado en al análisis profundo de las consecuencias de adoptar un esquema que a todas luces es perjudicial para un país como el nuestro.
Hoy mismo se iniciará en el Senado de la República una serie de acciones para evitar que México dilapide irresponsablemente una de las pocas ventajas comparativas que posee, que es su ubicación geográfica y sus libertades del aire.
En cambio, los senadores pedirán que se establezca una política de Estado en el sector aéreo, para desarrollar a las aerolíneas nacionales y trabajar con las armas que el derecho internacional pone a la disposición de los negociadores inteligentes, a saber: la gradualidad, la temporalidad y las salvaguardas en el otorgamiento de beneficios a otros países para obtener ventajas.
Aún está por verse el resultado, pero es un hecho que los profesionales de la aviación tienen muchos años estudiando el asunto y el gobierno federal no puede soslayar su experiencia. Tal vez ahí está la clave de esa especie de carrusel que acaba de vivir el sector aéreo.
Gilberto López Meyer volverá a la DGAC y esperemos que pueda empujar con fuerza tanto la política de Estado, que siempre ha declarado como una convicción, como la creación de las agencias de Transporte Aéreo y de Investigación de Accidentes, instituciones que fueron ya estructuradas por el doctor Carlos Almada, quien acaba de dejar la Subsecretaría del Transporte para sumarse al Servicio Exterior. En esta posición queda la ex directora de Sepomex, Yuridia Mascott, mientras que en ASA despachará Alfonso Sarabia, a quien extrañaremos en el AICM, pero seguro que hará un excelente papel.
Lo oí en 123.45: Nuestro sentido pésame por el fallecimiento de Salvador Retana, director de transporte y control aeronáutico de DGAC, ocurrido la semana pasada. Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx