 | Opinión de (Rosario Avilés) |
¿Por qué es TAAAAN difícil?
Una de las razones por las cuales el sector transporte aéreo mexicano es tan frágil y cada seis años tiene que reinventarse, es la falta de una política pública que apoye el crecimiento y la consolidación de sus principales actores.
Funcionarios van y vienen, incluso empresarios van y vienen (sólo recordemos cómo en los últimos 14 años han desaparecido 13 aerolíneas). Los únicos que se quedan —y sufren las consecuencias de esta problemática— son los trabajadores profesionales de la aviación.
Contrasta este panorama con algo muy cercano al transporte aéreo, que es la industria aeronáutica, proveedora de las grandes armadoras de aviones en el extranjero y que en México ha logrado posicionarse gracias a varios factores, entre los que destaca que algunos funcionarios en su momento entendieron la importancia de apoyar al sector.
El mejor director de Aeronáutica Civil que ha tenido este país, que fue Juan Antonio Bargés, fue quien en su momento (allá por la última década del siglo pasado) entendió la importancia de esta industria que ya tenía algunos años queriendo posicionarse en le país y no sólo la alentó, les ayudó a sus promotores y emprendedores a establecerse sino que más adelante, ya en su nueva responsabilidad en el Instituto de Competitividad, les ayudó a organizarse con estrategias definidas.
Hoy este sector da empleo a un creciente número de mexicanos, cada año se establecen más empresas, hay más inversión y más exportaciones. No ha sido fácil pero la fórmula funciona.
Es decir, por muy fuerte y pujante que sea un sector, por mucho que exista la necesidad en el mundo de que algún país se convierta en un fuerte promotor de su crecimiento, por mucho que se den las condiciones en dicho país para que se establezcan en él empresas del ramo, no pasará nada si no existe un plan estratégico y una política pública que lo impulse.
Hace años que los profesionales del transporte aéreo solicitan en todos los foros una política de Estado que permita sentar las bases estratégicas de su crecimiento. Si lo que se estuviera pidiendo fueran subsidios, regímenes de excepción, prebendas, presupuestos altísimos, cambios constitucionales, se entendería mucho mejor el muro de incomprensión con el que siempre es recibida la propuesta, pero lo único que se está pidiendo es un ejercicio de planeación estratégica, una confluencia de visiones e intereses, un marco conceptual y normativo, en síntesis: UNA POLÍTICA PÚBLICA que funcione. ¿Por qué es TAAAAN difícil que se entienda?
Sobre todo tomando en cuenta que a partir de ello sería posible planear, presupuestar, lograr compromisos claros de inversión, estructurar los apoyos para el turismo y el comercio que son sectores tan importantes para el país.
A cambio de la no política, tenemos decisiones cuya lógica nadie entiende. Decisiones aisladas como modificar convenios bilaterales y otorgar incluso libertades a países con los que escasamente hay relación y que más bien quieren usar a México como trampolín para llegar a mercados más apetitosos que el nuestro, son cuando menos extrañas. ¿Cómo entender el bilateral con Arabia Saudita justo en el momento en que nuestro canciller se esfuerza en espantar los fantasmas del sospechosismo estadunidense?
Hay mucho que hacer y arreglar en casa como para seguir recetas que son para otros guisos y nada tienen qué ver con la situación de México. ¿Qué no nos hemos dado cuenta de que hay mucha teoría “económica” y muy pocos resultados?
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx
Funcionarios van y vienen, incluso empresarios van y vienen (sólo recordemos cómo en los últimos 14 años han desaparecido 13 aerolíneas). Los únicos que se quedan —y sufren las consecuencias de esta problemática— son los trabajadores profesionales de la aviación.
Contrasta este panorama con algo muy cercano al transporte aéreo, que es la industria aeronáutica, proveedora de las grandes armadoras de aviones en el extranjero y que en México ha logrado posicionarse gracias a varios factores, entre los que destaca que algunos funcionarios en su momento entendieron la importancia de apoyar al sector.
El mejor director de Aeronáutica Civil que ha tenido este país, que fue Juan Antonio Bargés, fue quien en su momento (allá por la última década del siglo pasado) entendió la importancia de esta industria que ya tenía algunos años queriendo posicionarse en le país y no sólo la alentó, les ayudó a sus promotores y emprendedores a establecerse sino que más adelante, ya en su nueva responsabilidad en el Instituto de Competitividad, les ayudó a organizarse con estrategias definidas.
Hoy este sector da empleo a un creciente número de mexicanos, cada año se establecen más empresas, hay más inversión y más exportaciones. No ha sido fácil pero la fórmula funciona.
Es decir, por muy fuerte y pujante que sea un sector, por mucho que exista la necesidad en el mundo de que algún país se convierta en un fuerte promotor de su crecimiento, por mucho que se den las condiciones en dicho país para que se establezcan en él empresas del ramo, no pasará nada si no existe un plan estratégico y una política pública que lo impulse.
Hace años que los profesionales del transporte aéreo solicitan en todos los foros una política de Estado que permita sentar las bases estratégicas de su crecimiento. Si lo que se estuviera pidiendo fueran subsidios, regímenes de excepción, prebendas, presupuestos altísimos, cambios constitucionales, se entendería mucho mejor el muro de incomprensión con el que siempre es recibida la propuesta, pero lo único que se está pidiendo es un ejercicio de planeación estratégica, una confluencia de visiones e intereses, un marco conceptual y normativo, en síntesis: UNA POLÍTICA PÚBLICA que funcione. ¿Por qué es TAAAAN difícil que se entienda?
Sobre todo tomando en cuenta que a partir de ello sería posible planear, presupuestar, lograr compromisos claros de inversión, estructurar los apoyos para el turismo y el comercio que son sectores tan importantes para el país.
A cambio de la no política, tenemos decisiones cuya lógica nadie entiende. Decisiones aisladas como modificar convenios bilaterales y otorgar incluso libertades a países con los que escasamente hay relación y que más bien quieren usar a México como trampolín para llegar a mercados más apetitosos que el nuestro, son cuando menos extrañas. ¿Cómo entender el bilateral con Arabia Saudita justo en el momento en que nuestro canciller se esfuerza en espantar los fantasmas del sospechosismo estadunidense?
Hay mucho que hacer y arreglar en casa como para seguir recetas que son para otros guisos y nada tienen qué ver con la situación de México. ¿Qué no nos hemos dado cuenta de que hay mucha teoría “económica” y muy pocos resultados?
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx
