05 agosto 2014

DEL CORREO DEL BLOG

Cielos abiertos, política aeronáutica… Son temas por demás añejos, pero urgentes por implementarse de frente a una industria que necesita bases sólidas y certeza jurídica.
Recientemente, el presidente de la Cámara Nacional de Aerotransportes, Fernando Flores, manifestó su postura a favor de una apertura de cielos gradual y controlada tal y como lo propuso la Secretaría de Asuntos Técnicos de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores, a cargo de Heriberto Salazar.
Hasta el momento, ya van dos actores que se manifiestan por una política aeronáutica que fundamente y justifique el otorgamiento de quintas libertades para destinos en los que actualmente México no tiene servicio, siempre y cuando se adopten medidas que garanticen la igualdad de competencia entre mercados.

Con o sin política aeronáutica

El Mar, 05 de Agosto de 2014, 00:29 am, por Marielena Vega

En vista de la actual situación en el sector, es un buen momento para que la Dirección General de Aeronáutica Civil, a cargo de Alexandro Argudín, convoque y escuche a las voces expertas que conforman una industria que podría detonar un crecimiento económico equivalente al 5% del PIB nacional.
A fin de cuentas a la industria urge la necesidad de elementos que permitan reglas más claras, que permita que los cielos abiertos sean una realidad ordenada.
A través de aviones de acuerdo a distancias, conexiones mejor establecidas y conforme a las rutas, ya sea nacionales, internacionales e incluso detonar las rutas interregionales.
Es fundamental que haya reglas que les permitan a las aerolíneas reducir costos en temas tan fundamentales como la renta de la terminal aérea, pero, sobre todo, en el tema de la turbina. Donde gran parte de los gastos de las aerolíneas se quedan.
Aunado a ello, la planeación y seguridad de las aerolíneas tendrá que seguir siendo una prioridad, no sólo al interior de las firmas, sino al interior de las terminales aéreas.
Además de que se deberá replantear la construcción de una nueva terminal  aérea que desahogue, en serio, al aeropuerto capitalino, que sigue viviendo con un esquema de saturación exponencial.
Y su construcción llevaría por lo menos unos cinco años, siempre y cuando se opte por las dos alternativas que se han avalado y que simplemente se han quedado enstand by.
En fin, habrá que esperar a ver si es posible que se tenga conformada una política aeronáutica de acuerdo a las necesidades actuales y de país o bien, seguimos sobrevolando con turbulencia internacional.