Opinión de (Rosario Avilés) |
Modernización administrativa de la aviación
La estructura con la que el sector aéreo nacional hará frente a las vicisitudes del siglo XXI está casi lista. Era una modernización administrativa que debió emprenderse desde hace dos sexenios y que la abulia dejó para mejores tiempos. Y esos tiempos no sólo han llegado, sino que urgen para que nuestra aviación se ponga al día y recupere algo del prestigio y liderazgo perdido.
Se dice que pronto estará en el escritorio del Presidente de la República el decreto que modificará la estructura de la autoridad aeronáutica y de las diferentes dependencias que gestionan el rumbo del transporte aéreo. Se habla de que en diciembre, a más tardar, estará publicado este decreto. Más importante que pronto es que el decreto (o los decretos) describa perfectamente bien cómo funcionará el sector en las siguientes décadas.
Estamos hablando de tres organismos nuevos que se crearán a partir de la estructura funcional actual y de algunas otras modificaciones que contribuirán a modernizar un sector que, por sus características globales, es de vanguardia. Simplemente porque el resto del mundo sigue caminando, mientras México se quedó pasmado durante 12 años o más.
Uno de estos organismos nuevos es la Agencia Mexicana de Aviación Civil, que básicamente incorporará todas las funciones operativas de la actual Dirección de Aeronáutica Civil, (DGAC) su presupuesto (tal vez un poquito incrementado, se dice que en el 2014 puede que se le otorguen hasta 700 millones de pesos) y su misma planta laboral. No se sabe si el director será el mismo, pero su personal sí.
El hecho de crear la agencia, un poco a imagen de lo que hoy es la Agencia Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos, es crear un cuerpo de técnicos de alto nivel que otorguen y revaliden licencias de tripulantes, certifiquen la calidad de los procesos de las aerolíneas, vigilen el cumplimiento de las reglamentaciones en la materia, verifiquen la buena marcha de las operaciones aéreas y aeroportuarias, etcétera.
Aún no se sabe si la agencia tendrá las funciones de autoridad, de reglamentar y ser garante de las políticas de transporte aéreo, así como de los convenios internacionales (desde el Convenio de Chicago que funda la Organización de Aviación Civil Internacional de la que México es fundador, hasta los bilaterales). Ésta es una decisión muy importante que debe desprenderse de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal para evitar lo que ha sucedido con otras agencias o comisiones específicas, como la CRE (de Energía), donde existe doble ventanilla.
Lo cierto es que nuestro país requiere certidumbre respecto de las funciones rectoras del Estado y esto se puede resolver ya sea mediante la creación de una Unidad específica del sector adscrita a la propia Secretaría, o bien dándole a la nueva agencia las facultades de autoridad que se requieren.
Esta reorganización es uno de los temas más urgentes. Es un reclamo de años la necesidad de que DGAC deje de ser un obstáculo y se convierta en un promotor de la aviación. Sus trámites deben simplificarse y hacerse transparentes y expeditos. Y su personal debe ser remunerado conforme a su capacidad y experiencia para evitar la alta rotación o la corrupción que, desgraciadamente, existe.
Otra de las dependencias que se crearán es la Agencia Mexicana de Investigación de Accidentes de Transporte. Este organismo deberá crearse sobre la base de que cada modo de transporte tiene sus peculiaridades y por tanto se requiere de especialistas en cada rubro. En el caso de la aviación, el espíritu de la investigación es ahondar en los sucesos que dan por resultado un incidente o accidente para prevenir que en el futuro vuelva a suceder. Si un organismo así se convierte en un elemento punitivo, dejará de cumplir su función y los esfuerzos habrían sido en vano.
La agencia de investigaciones debe ser de alta calidad, cubrir las necesidades de documentar los incidentes y accidentes y hacer recomendaciones puntuales a la autoridad en la materia para que ésta se vaya profesionalizando y convirtiendo en el ente administrativo de alta especialización que debe ser.
Finalmente, se habla de un organismo de capacitación que debe incluir entre sus especialidades la capacitación y adiestramiento de controladores de tránsito aéreo, un asunto de suma urgencia, visto que en breve se jubilarán más de 100 de estos profesionales y para el 2017 el 40 por ciento de los actuales profesionistas deberán retirarse. Hay muchos rubros de capacitación más, pero el más urgente es el de controladores.
Es, pues, urgente empezar con esta labor. Ya seguiremos de cerca el proceso para llegar a una mayor modernización de estas áreas.
Lo oí en 123.45: Y además se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
Se dice que pronto estará en el escritorio del Presidente de la República el decreto que modificará la estructura de la autoridad aeronáutica y de las diferentes dependencias que gestionan el rumbo del transporte aéreo. Se habla de que en diciembre, a más tardar, estará publicado este decreto. Más importante que pronto es que el decreto (o los decretos) describa perfectamente bien cómo funcionará el sector en las siguientes décadas.
Estamos hablando de tres organismos nuevos que se crearán a partir de la estructura funcional actual y de algunas otras modificaciones que contribuirán a modernizar un sector que, por sus características globales, es de vanguardia. Simplemente porque el resto del mundo sigue caminando, mientras México se quedó pasmado durante 12 años o más.
Uno de estos organismos nuevos es la Agencia Mexicana de Aviación Civil, que básicamente incorporará todas las funciones operativas de la actual Dirección de Aeronáutica Civil, (DGAC) su presupuesto (tal vez un poquito incrementado, se dice que en el 2014 puede que se le otorguen hasta 700 millones de pesos) y su misma planta laboral. No se sabe si el director será el mismo, pero su personal sí.
El hecho de crear la agencia, un poco a imagen de lo que hoy es la Agencia Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos, es crear un cuerpo de técnicos de alto nivel que otorguen y revaliden licencias de tripulantes, certifiquen la calidad de los procesos de las aerolíneas, vigilen el cumplimiento de las reglamentaciones en la materia, verifiquen la buena marcha de las operaciones aéreas y aeroportuarias, etcétera.
Aún no se sabe si la agencia tendrá las funciones de autoridad, de reglamentar y ser garante de las políticas de transporte aéreo, así como de los convenios internacionales (desde el Convenio de Chicago que funda la Organización de Aviación Civil Internacional de la que México es fundador, hasta los bilaterales). Ésta es una decisión muy importante que debe desprenderse de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal para evitar lo que ha sucedido con otras agencias o comisiones específicas, como la CRE (de Energía), donde existe doble ventanilla.
Lo cierto es que nuestro país requiere certidumbre respecto de las funciones rectoras del Estado y esto se puede resolver ya sea mediante la creación de una Unidad específica del sector adscrita a la propia Secretaría, o bien dándole a la nueva agencia las facultades de autoridad que se requieren.
Esta reorganización es uno de los temas más urgentes. Es un reclamo de años la necesidad de que DGAC deje de ser un obstáculo y se convierta en un promotor de la aviación. Sus trámites deben simplificarse y hacerse transparentes y expeditos. Y su personal debe ser remunerado conforme a su capacidad y experiencia para evitar la alta rotación o la corrupción que, desgraciadamente, existe.
Otra de las dependencias que se crearán es la Agencia Mexicana de Investigación de Accidentes de Transporte. Este organismo deberá crearse sobre la base de que cada modo de transporte tiene sus peculiaridades y por tanto se requiere de especialistas en cada rubro. En el caso de la aviación, el espíritu de la investigación es ahondar en los sucesos que dan por resultado un incidente o accidente para prevenir que en el futuro vuelva a suceder. Si un organismo así se convierte en un elemento punitivo, dejará de cumplir su función y los esfuerzos habrían sido en vano.
La agencia de investigaciones debe ser de alta calidad, cubrir las necesidades de documentar los incidentes y accidentes y hacer recomendaciones puntuales a la autoridad en la materia para que ésta se vaya profesionalizando y convirtiendo en el ente administrativo de alta especialización que debe ser.
Finalmente, se habla de un organismo de capacitación que debe incluir entre sus especialidades la capacitación y adiestramiento de controladores de tránsito aéreo, un asunto de suma urgencia, visto que en breve se jubilarán más de 100 de estos profesionales y para el 2017 el 40 por ciento de los actuales profesionistas deberán retirarse. Hay muchos rubros de capacitación más, pero el más urgente es el de controladores.
Es, pues, urgente empezar con esta labor. Ya seguiremos de cerca el proceso para llegar a una mayor modernización de estas áreas.
Lo oí en 123.45: Y además se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx