Opinión de (Rosario Avilés) |
AICM: Empezar a limpiar
Rosario Avilés | Opinión | Fecha: 2013-05-21 | Hora de creación: 21:27:32 | Ultima modificación: 21:27:32
Probablemente una de las cosas que más se extrañen de la aviación de antaño era esa dulce tendencia que existía antes del 11 de septiembre del 2001, para que los aeropuertos fueran una estación más de recreo dentro de un viaje de experiencias placenteras. Así, aeropuertos como Schiphol, en Amsterdam; Heathrow, en Londres o Charles de Gaulle en París, por citar a unos cuantos, empezaron a destinar grandes áreas de su superficie a centros comerciales, galerías de arte, espacios gastronómicos, etc., disponibles, incluso, para personas que no tenían que ir al aeropuerto por asuntos de viaje.
Desgraciadamente, el 11-S cambió todo ello y trastocó la experiencia del aeropuerto en un asunto tan molesto que hay quien —si tiene la opción— prefiere horas de carretera que pasar por la mala experiencia de las revisiones aeroportuarias.
Lo peor, sin embargo, es toda esa falta de certidumbre y claridad en lo que los encargados de las revisiones hacen. Lo mismo pueden decidir que un cortauñas es casi un arma mortal, que dejar pasar navajas que parecen regalitos con su inocente crucecita blanca sobre roja de la Confederación Helvética.
El problema de todo esto es que la revisión y los protocolos carecen de lógica. Lo mismo hacen que el pasajero tire a la basura un whisky que permiten que, una vez pasado el filtro, en la siguiente tienda se compre eso y cualquier otro artículo potencialmente peligroso. Da la impresión de que creamos una nueva casta de omnipotentes que tienen opiniones divergentes, capacidad de voltear al derecho y al revés equipajes de mano y cuerpos de pasajeros, pero que no saben exactamente qué están buscando.
Es cierto que en todas partes se cuecen habas pero no es menos cierto que a estos problemas comunes, en México se aúnan los vicios de corrupción y favoritismo que se vienen arrastrando hace años y en la ciudad de México el asunto se había agudizado de forma alarmante con el manejo que el ex director de ese organismo, Héctor Velázquez, venía haciendo desde que llegó ahí por obra de su “amigo” (eso decía él mismo) Felipe Calderón.
En el AICM se vivieron episodios que no hubieran pasado la prueba del ácido en ninguna parte. Desde balaceras hasta tráfico de todo tipo de mercancías, incluidos los estupefacientes, sin que sus directivos fueran siquiera molestados con preguntas.
Una de las muchas preguntas tiene qué ver con la empresa Eulen, que presta los servicios auxiliares de vigilancia en varias terminales aéreas del país. Se trata de una empresa española que presta servicios en 67 aeropuertos de 33 países y que concretamente en el AICM tiene destinados 1341 elementos.
El problema más grande de esos elementos es que su desempeño ha distado de ser aceptable. En general, son chicos poco entrenados pero que tienen actitudes de guardia pretoriana que no ayudan en nada al cumplimiento de sus funciones.
Recientemente, mediante un video que la nueva administración del aeropuerto capitalino, encabezada por Alfonso Sarabia, mandó hacer, se descubrió que algunos de esos elementos, además de lo anterior, también se dedicaban a abrir maletas para sacar de ellas objetos valiosos. O sea: a robar. En otras palabras: el vigilante resultó ser el delincuente.
Peor aún: una vez descubiertos estos hechos, la empresa juraba que el video había sido efectuado a petición de la propia empresa para cuidar a sus clientes. (¡Ay, ajaaaá!)
Una vez demostrada la falsedad de este dicho, se supone que los propietarios de esta empresa española, que tiene ingresos de más de 1,300 millones de euros anuales por todas sus operaciones en el mundo (según reza su página de Internet), se han comprometido a hacer su mejor esfuerzo por mejorar.
Ojalá así sea. Sarabia ha dicho que no tolerará que este servicio al usuario siga siendo de tan baja calidad. Si tienes tantos ingresos, Eulen debería preocuparse por capacitar a su personal y por tener a los mejores… o qué: ¿también son de la liga de “lo más barato es mejor”? Bien por el nuevo director del AICM y seguiremos en esto.
A propósito de esas tendencias a devaluar el trabajo ya van saliendo la luz los problemas de Volaris para cumplir con las normas de procesos para ser certificados por la Agencia Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos y dejarlos operar allá. Era algo que ya se había difundido en algunas notas pero es hasta ahora que se hace más explícito. Sería interesante también saber qué opinan de sus prácticas laborales, a pesar de que firmaron un acuerdo con la Corporación Financiera Internacional para que sus protocolos en ese sentido fueran de las mejores prácticas.
Lo oí en 123.45: Y además: se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx
Desgraciadamente, el 11-S cambió todo ello y trastocó la experiencia del aeropuerto en un asunto tan molesto que hay quien —si tiene la opción— prefiere horas de carretera que pasar por la mala experiencia de las revisiones aeroportuarias.
Lo peor, sin embargo, es toda esa falta de certidumbre y claridad en lo que los encargados de las revisiones hacen. Lo mismo pueden decidir que un cortauñas es casi un arma mortal, que dejar pasar navajas que parecen regalitos con su inocente crucecita blanca sobre roja de la Confederación Helvética.
El problema de todo esto es que la revisión y los protocolos carecen de lógica. Lo mismo hacen que el pasajero tire a la basura un whisky que permiten que, una vez pasado el filtro, en la siguiente tienda se compre eso y cualquier otro artículo potencialmente peligroso. Da la impresión de que creamos una nueva casta de omnipotentes que tienen opiniones divergentes, capacidad de voltear al derecho y al revés equipajes de mano y cuerpos de pasajeros, pero que no saben exactamente qué están buscando.
Es cierto que en todas partes se cuecen habas pero no es menos cierto que a estos problemas comunes, en México se aúnan los vicios de corrupción y favoritismo que se vienen arrastrando hace años y en la ciudad de México el asunto se había agudizado de forma alarmante con el manejo que el ex director de ese organismo, Héctor Velázquez, venía haciendo desde que llegó ahí por obra de su “amigo” (eso decía él mismo) Felipe Calderón.
En el AICM se vivieron episodios que no hubieran pasado la prueba del ácido en ninguna parte. Desde balaceras hasta tráfico de todo tipo de mercancías, incluidos los estupefacientes, sin que sus directivos fueran siquiera molestados con preguntas.
Una de las muchas preguntas tiene qué ver con la empresa Eulen, que presta los servicios auxiliares de vigilancia en varias terminales aéreas del país. Se trata de una empresa española que presta servicios en 67 aeropuertos de 33 países y que concretamente en el AICM tiene destinados 1341 elementos.
El problema más grande de esos elementos es que su desempeño ha distado de ser aceptable. En general, son chicos poco entrenados pero que tienen actitudes de guardia pretoriana que no ayudan en nada al cumplimiento de sus funciones.
Recientemente, mediante un video que la nueva administración del aeropuerto capitalino, encabezada por Alfonso Sarabia, mandó hacer, se descubrió que algunos de esos elementos, además de lo anterior, también se dedicaban a abrir maletas para sacar de ellas objetos valiosos. O sea: a robar. En otras palabras: el vigilante resultó ser el delincuente.
Peor aún: una vez descubiertos estos hechos, la empresa juraba que el video había sido efectuado a petición de la propia empresa para cuidar a sus clientes. (¡Ay, ajaaaá!)
Una vez demostrada la falsedad de este dicho, se supone que los propietarios de esta empresa española, que tiene ingresos de más de 1,300 millones de euros anuales por todas sus operaciones en el mundo (según reza su página de Internet), se han comprometido a hacer su mejor esfuerzo por mejorar.
Ojalá así sea. Sarabia ha dicho que no tolerará que este servicio al usuario siga siendo de tan baja calidad. Si tienes tantos ingresos, Eulen debería preocuparse por capacitar a su personal y por tener a los mejores… o qué: ¿también son de la liga de “lo más barato es mejor”? Bien por el nuevo director del AICM y seguiremos en esto.
A propósito de esas tendencias a devaluar el trabajo ya van saliendo la luz los problemas de Volaris para cumplir con las normas de procesos para ser certificados por la Agencia Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos y dejarlos operar allá. Era algo que ya se había difundido en algunas notas pero es hasta ahora que se hace más explícito. Sería interesante también saber qué opinan de sus prácticas laborales, a pesar de que firmaron un acuerdo con la Corporación Financiera Internacional para que sus protocolos en ese sentido fueran de las mejores prácticas.
Lo oí en 123.45: Y además: se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx