19 febrero 2013

DEL CORREO DEL BLOG

Alas de oro para el Boeing 727

Por:
Juan A. José
archivado en: | Al vuelo | Boeing 727
Aún recuerdo el eslogan de Mexicana de Aviación, allá por los años 70 del siglo pasado: “Mexicana 50 Las Alas de Oro”. Eran tiempos en los que esta empresa, entonces la gran aerolínea de México caminaba hacia la unificación de su flota en torno a una de las aeronaves más hermosas jamás concebidas: El Boeing 727, cuyo primer vuelo tuvo lugar hace 50 años en Renton, en las cercanías de Seattle, Washington, un 9 de febrero de 1963.
El 727 fue puesto en servicio en 1964 por Eastern Airlines. Mexicana de Aviación, que en un momento operó la flota más grande de 727 fuera de los Estados Unidos, llegó a ser el orgullo de la aviación comercial mexicana, gracias en buena medida a las prestaciones del 727, aeronave a la que puedo definir como la mejor experiencia integral de vuelo que he disfrutado y que extraño. Y es que volar como pasajero en un 727 es un privilegio cada vez más difícil de tener toda vez que la gran mayoría de esos 400 más o menos ejemplares del modelo que siguen activos en el mundo entero se dedican al aerotransporte de carga.
El 727 puede aceptar hasta 12 posiciones para charolas PAG (88 por 125 pulgadas) en su versión -200 y transportar hasta casi 30 toneladas de carga en vuelos de corto y mediano alcance. No en balde fue la aeronave en torno a la cual se construyeron empresas como Federal Express (FedEx) que, por cierto, tuvo el honor de recibir el último ejemplar fabricado de un total de 1832 unidades y que apenas las está retirando del servicio. Lo cierto es que aún con sus 3 turborreactores y 3 pilotos en la cabina, aerolíneas cargueras en todo el mundo siguen operando importantes flotas de 727 reusándose hasta donde sea posible a sustituirlas por aeronaves como el Boeing 757, el 737 o el McDonnell Douglas (Boeing) MD-80. Creo entender el porqué: Desempeño y eso significa dinero.
Baste comentar como me ha sucedido con algunos operadores que, como la aerolínea canadiense Cargojet, conservan al 727 como la columna vertebral de sus flotas para convencerse de los méritos operativos que conserva el ahora cincuentenario avión. ¿Cuántos de ustedes amigos lectores han tenido el privilegio de volar en un 727 como pasajero o como miembro de la tripulación? Espero que muchos. ¿Y qué tal la experiencia de ocupar un asiento de ventanilla, digamos apenas detrás de las aletas para ver el desempeño de esas alas, por cierto consideradas unas de las más grande obras de ingeniería aeronáutica y que le permiten al 727 operar aún desde cortísimas pistas? ¿Qué hay de esos vuelos en la cabina de pilotos con el avión lleno de carga?
Pocas aeronaves de la historia se hacen de esa mística que estoy tratando de compartir en estos párrafos, origen de este homenaje que dudo repetir cuando otras aeronaves lleguen también a sus cincuentenarios, salvo en casos como los del Concorde y el 747. Hace 10 años, en mayo del 2003, tuve el privilegio de ser uno de los pasajeros en el último vuelo de itinerario del 727 de Mexicana, experiencia que nunca olvidaré y me hace sentir todavía más cercano a este que no deja de ser uno de los principales protagonistas del quehacer del aerotransporte internacional de carga. ¡Felices 50 años amigo 727!