14 enero 2013

DEL CORREO DEL BLOG

Por: David Páramo
OPINIÓN
14/Enero/2013
 
 
 
Quizá en algún momento Purificación Carpinteyro fue una buena funcionaria del sector de las telecomunicaciones; sin embargo, es claro que algo ha pasado con ella, puesto que se ha convertido en una suerte de bufón del sector.
El declive comenzó cuando, creyendo que era íntima de Felipe Calderón, llegó como subsecretaria a la SCT, donde inició una ridícula conspiración en contra de otro oscuro personaje, Luis Téllez, que terminó en un juicio penal y el comienzo de su desprestigio, vinculándose con algo de lo peor de la izquierda mexicana.
Deseosa de notoriedad, la semana pasada “reveló” información que otra vez sólo existe en su imaginación. Lo preocupante es que en el sector de las telecomunicaciones hubo quienes consideraron que podría tener algo de razón.
Es necesario que personajes nefastos que viven, en el mejor de los casos, de glorias pasadas o de que alguna vez alcanzaron un puesto bueno, sigan tratando de causar problemas donde no los hay.
Es importante concentrarse en aquellos temas que sí resultan fundamentales en el sector de las telecomunicaciones y, especialmente, dentro de la telefonía, puesto que es necesario impulsar una mayor competencia, ya que, a pesar de la presencia de suficientes actores y, algunos de ellos, fortalecidos, la realidad es que todavía hay una brecha que se debería caminar a favor de los usuarios.
Desierta
Una vez que la juez Edith Alarcón anunció que cualquiera que pudiera destinar, de entrada, 100 millones de dólares al rescate de Mexicana de Aviación, había ingenuos quienes creían que aparecerían algunos postores.
Se llegó a decir en algún momento que la presencia de Iván Barona, que tuvo algo parecido al derecho de tanto, impedía que otros interesados pudieran acercarse; sin embargo, luego del anuncio de la juez que lleva el concurso, hasta el momento nadie ha levantado la mano.
Es claro que no hay espacio ya para más dizque inversionistas que busquen quedarse con la línea aérea a base de salivazos y mentiras. Así que se tendría que pensar en inversionistas serios que, como hemos documentado, no están interesados simple y sencillamente porque los números no dan.
Resultados
Aeroméxico, presidido por José Luis Chacho Barraza, sigue dando muestras de que, mientras algunos discuten sobre la necesidad de tener una nueva política aeronáutica o si algún día volverá a volar Mexicana de Aviación, ellos están enfocados en su negocio.
Sus números al final del año pasado y las proyecciones para éste demuestran que el presidente de la Cámara Nacional del Autotransporte, Abraham Zamora, tiene razón cuando adelanta que éste será otro año de muy fuerte expansión de la aviación en México.
De hecho, durante el año pasado Aeroméxico creció 3.3% con respecto a 2011, que había sido uno de los mejores en la historia de esta línea aérea.
Es importante destacar que el crecimiento de la aviación ciertamente obliga a que algunos de los importantes cuellos de botella que hay sean resueltos, como bien puede ser la operación de la Dirección General de Aeronáutica Civil.
Es importante destacar que asuntos como el accidente aéreo en el que falleció la cantante Jenni Rivera sólo es la punta de una madeja mucho más compleja que pasa no sólo por autorizaciones que se han dado a líneas aéreas para dar servicio de aerotaxi, la entrada de aeronaves de matrícula y tripulación extranjera, sino también por graves errores de supervisión que exigen un cambio radical en la dependencia que encabeza Alejandro Argudín, puesto que, de lo contrario, el gobierno podría perder nuevamente la primera categoría ante la FAA de Estados Unidos.
Desvergonzado
Fernando Perfecto logró entre carcajadas e indignación cuando se presentó, la semana pasada, en un foro laboral que se realizó en el sureste del país, donde el ex secretario general de ASPA acudió como conferencista y, según él, dio cátedra sobre cómo deben manejarse las cuestiones sindicales.
Quienes lo padecieron como secretario general del gremio de los pilotos dicen que mejor hubiera sido que ofreciera una disculpa pública por su gestión. Que explicara cómo vendió el movimiento, todas las mentiras que les dijo a lo pilotos supuestamente para impulsar el rescate de la línea aérea, pero que en realidad seguía intereses mucho más que mezquinos.
De hecho, ahora es empleado, según él sin sueldo, del concurso mercantil de Mexicana de Aviación.
Este hombre debió haber explicado, en un arranque de honestidad, los manejos turbios que tuvo como secretario general de ASPA, donde hay indicios, cada vez más fuertes, de que se benefició indebidamente. Estas acusaciones están en proceso de ser probadas.