09 agosto 2012

DEL CORREO DEL BLOG

Esta vez, este chayotero tiene razón en parte de sus comentarios.
A veces somos de poca memoria histórica.


¿Qué los une? El Jue, 09 de Agosto de 2012, 03:48 am, por David Páramo

Se ha conformado un bloque bastante extraño que de acuerdo con algunos tiene como común denominador la incapacidad; otros dicen que la corrupción, y no faltan aquellos que es una mezcla de los dos elementos.
Tal y como lo anticipamos en este espacio, Miguel Ángel Yúdico abiertamente se ha convertido en el principal defensor de
Felipe Consuelo.
Griselda Nieblas ni siquiera tiene los arrestos para proteger públicamente a un hombre que, con su tibieza, ha permitido hacer lo que le dé la gana a la directora del Ifecom. Éstos dos también protegen a Gerardo Badín.
El intento de argumento de este grupo es que remover al conciliador o al juez que lleva el Concurso Mercantil retrasaría el proceso en detrimento de los trabajadores y del resto de los acreedores.
Quizá este argumento pudiera haber funcionado hace año y medio. Es más, todavía hace 365 días; sin embargo, no a prácticamente dos años de que Mexicana de Aviación entró en Concurso Mercantil.
La realidad es que existe una suerte de mafia, comunidad de intereses si se quiere, entre el líder sindical de los trabajadores de tierra, el juez que aún está al frente del concurso y el conciliador que ha sido removido ya como administrador por la SCT y que esa misma dependencia ha solicitado al Ifecom que también lo remueva como síndico.
Es realmente absurdo creer que están unidos en una cruzada por mantener en operación a Mexicana, parecería que su motivación tiene miras más bajas.
Hechos
Analicemos cuál ha sido la realidad de estos hombres.
Yúdico fue parte de una conspiración con Gastón Azcárraga para desconocer los contratos colectivos de Mexicana de Aviación y que el líder sindical, de una manera charril, tuviera la titularidad de los contratos también de pilotos y sobrecargos.
Cuando esta alternativa no funcionó se ha vendido a todos los dizque inversionistas que han hecho como si tuvieran dinero para capitalizar a la línea aérea y hasta el momento todo ha sido saliva, por decir lo menos.
Consuelo muy posiblemente pasará a la historia como el hombre que destruyó a la Ley Federal de Concursos Mercantiles.
Los tres principios que alentaron a los legisladores y quienes participaron en su conformación han sido pisoteados una y otra vez por el juez.
De hecho, él es responsable directo de la oleada de desconfianza que existe sobre esa ley, lo que encarece los créditos para las empresas en México.
Sin embargo, no ha sido el único, puesto que la frivolidad de Nieblas, quien ha tratado de lavarse las manos diciendo que se debe cambiar la ley, también ha contribuido a su debilitamiento.
Este hombre ha hecho interpretaciones que prácticamente nadie comparte sobre la LFCM, entre las que destacan ampliar los plazos indefinidamente. Conculcar derechos a los acreedores. Mentir abiertamente en torno a la supuesta existencia de fondos de dizque inversionistas, quienes son simples vividores. Esconder información a los acreedores. Actuar con abierta parcialidad.
Vamos, ha llegado al extremo de atacar abiertamente al Ejecutivo diciendo públicamente que la SCT es parte de una conspiración para quebrar y cerrar a Mexicana de Aviación, que tiene como objetivo fortalecer a los que alguna vez compitieron en contra de esta línea aérea.
Con muchísima benevolencia Badín es profundamente incapaz de llevar un Concurso Mercantil. En dos años no ha podido sentar en la misma mesa a todos los acreedores.
Ha mentido hablando de la existencia de un convenio concursal cuando es total y absolutamente imposible, puesto que los acreedores no han estado de acuerdo.
Este hombre ha considerado que es el director de Mexicana de Aviación, una empresa con buena salud financiera, puesto que ha incluido cuentas de gastos que le han sido escondidas a trabajadores y acreedores que superan los millones de pesos. Ha abierto plazas para familiares, amigos
y conocidos.
Badín se ha despachado con la cuchara grande. Eso sería menos censurable si, por lo menos, estuviera haciendo un gran trabajo para lograr una reestructura financiera; sin embargo, la realidad es que ni eso ha podido hacer.