Volaris: entre engaños al consumidor, terrorismo laboral e incumplimiento de la IED
Excélsior / Darío Celis
Vaya problema en el que se metió hace unos días Volaris. Salieron con una supuesta promoción que después desconocieron. Hoy se sabe que tuvieron una falla en el sistema que generó compras de boletos a precios de ganga.
La compañía que preside Gilberto Pérezalonso, que se caracteriza por un cuasi inexistente servicio al cliente, tuvo que salir a explicar públicamente que se trató de un supuesto hackeo de sus sistemas.
Fue el argumento del que echaron mano para salir al paso de la presión que empezaron a ejercer sus usuarios, los medios de comunicación y las autoridades. Pero en realidad hubo un error al interior que ya tuvo sus consecuencias. Salió uno de los directores. Fue el encargado del manejo de tarifas en la empresa. La realidad es que la aerolínea tan vendió boletos que incluso devolvió dinero a sus pasajeros y sacó inmediatamente una promoción de 50% de descuento para todos los que compraran en días pasados para viajar en el primer trimestre de 2012.
Por ello en los últimos días se han vivido días tensos al interior de la compañía. Se vive un auténtico régimen de terror en donde se buscan culpables de lo sucedido. Aunque esto no es nuevo. Es el sello que caracteriza la gestión de Enrique Beltranena.
Es ampliamente conocido que lo mismo las tripulaciones, mecánicos y personal administrativo están bajo constante presión. También son objeto de exámenes permanentes de confianza, lo que propicia un ambiente laboral menos que terrible.
Más allá de cuánto le costó a la aerolínea la falla de la semana pasada, hay un daño irreversible a la imagen de la compañía y también en el ambiente laboral y en la administración, de por sí bajo constante escrutinio por su grupo de accionistas extranjeros.
Y es que otro problema de la compañía tiene que ver con el incumplimiento del régimen de inversión nacional que establece la ley de aviación. La familia Kriete, Roberto y su hermana Cristina, junto con el fondo estadunidense Indigo Partners, de Bill Franke, son los mayoritarios.
Pasará tiempo para que Volaris recupere la totalidad de la confianza de los pasajeros. Las víctimas fueron más de dos mil 600 clientes. Su estrategia de sacar promociones a 50% para recuperar imagen les podría dejar más pérdidas que ganancias
Excélsior / Darío Celis
Vaya problema en el que se metió hace unos días Volaris. Salieron con una supuesta promoción que después desconocieron. Hoy se sabe que tuvieron una falla en el sistema que generó compras de boletos a precios de ganga.
La compañía que preside Gilberto Pérezalonso, que se caracteriza por un cuasi inexistente servicio al cliente, tuvo que salir a explicar públicamente que se trató de un supuesto hackeo de sus sistemas.
Fue el argumento del que echaron mano para salir al paso de la presión que empezaron a ejercer sus usuarios, los medios de comunicación y las autoridades. Pero en realidad hubo un error al interior que ya tuvo sus consecuencias. Salió uno de los directores. Fue el encargado del manejo de tarifas en la empresa. La realidad es que la aerolínea tan vendió boletos que incluso devolvió dinero a sus pasajeros y sacó inmediatamente una promoción de 50% de descuento para todos los que compraran en días pasados para viajar en el primer trimestre de 2012.
Por ello en los últimos días se han vivido días tensos al interior de la compañía. Se vive un auténtico régimen de terror en donde se buscan culpables de lo sucedido. Aunque esto no es nuevo. Es el sello que caracteriza la gestión de Enrique Beltranena.
Es ampliamente conocido que lo mismo las tripulaciones, mecánicos y personal administrativo están bajo constante presión. También son objeto de exámenes permanentes de confianza, lo que propicia un ambiente laboral menos que terrible.
Más allá de cuánto le costó a la aerolínea la falla de la semana pasada, hay un daño irreversible a la imagen de la compañía y también en el ambiente laboral y en la administración, de por sí bajo constante escrutinio por su grupo de accionistas extranjeros.
Y es que otro problema de la compañía tiene que ver con el incumplimiento del régimen de inversión nacional que establece la ley de aviación. La familia Kriete, Roberto y su hermana Cristina, junto con el fondo estadunidense Indigo Partners, de Bill Franke, son los mayoritarios.
Pasará tiempo para que Volaris recupere la totalidad de la confianza de los pasajeros. Las víctimas fueron más de dos mil 600 clientes. Su estrategia de sacar promociones a 50% para recuperar imagen les podría dejar más pérdidas que ganancias