Empresa | Alberto Barranco
Mexicana: último volado
Descartada, ante la inverosímil carta de crédito por 300 millones de dólares presentada con el aval de una pequeña Sociedad Financiera de Objeto Múltiple con sede en Puebla, la opción de Avanza Capital, la posibilidad de rescate de Mexicana de Aviación se juega en un último volado
Lunes 12 de septiembre de 2011
1,690 lecturas
Colocado éste en la mesa por la Tenedora K, es decir el fondo de inversión estadounidense Advent, quien adquirió 95% de las acciones de la compañía aérea vía un pago simbólico de mil pesos, el eje de la apuesta es reducir el capital requerido para el rescate.
Del mínimo de 250 millones de billetes verdes la posibilidad se abatiría a 150, o quizá a 100.
La maniobra es simple: descargar de la exigencia de capitalización al pasivo laboral, es decir los recursos para liquidar al personal de la firma aérea, canjeándolo éste por acciones no sólo de Mexicana, sino de sus filiales Click y Link.
La alternativa, a la que no le ha dado el visto bueno aún la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación, pasaría del dicho al hecho tras la convocatoria a una asamblea de accionistas de la compañía a celebrarse en los próximos días.
Ahora que la Tenedora K avalaría la maniobra pero no comprometería ningún recurso para apuntalar la posibilidad de mantener algún porcentaje en la controladora con razón social Nuevo Grupo Aeroportuario.
Su interés, naturalmente, es recuperar su inversión no de los mil pesos que le pagó al ex socio mayoritario de la firma, Gastón Azcárraga Andrade, en su graciosa huida, sino de los recursos que le inyectó en los pocos días en que asumió el control.
De acuerdo a sus propios cálculos, estaríamos hablando de 11 millones de dólares, que podría estirarse a 17, dado el año transcurrido.
Por lo pronto, el tiempo está corriendo en un escenario en que el juez que lleva el concurso mercantil de la empresa, Felipe Consuelo Soto, ha fijado como último plazo para colocar una oferta en firme para el rescate el 28 de octubre.
Cumplido éste, el 15 de noviembre se declararía la quiebra de la firma aérea comercial más antigua del país, en un escenario en que la recuperación para los acreedores parece misión imposible.
De entrada, se calcula que la venta de los escasos activos de la compañía no alcanzaría para liquidar las deudas al fisco y a los diversos grupos aeroportuarios, por más que de acuerdo con la ley la prioridad sería para los trabajadores.
Por lo pronto, la larga espera para el rescate de la empresa aérea la colocó de espaldas al callejón en su posibilidad de resurrección, dada la entrega de sus rutas más socorridas, es decir a Los Ángeles, Chicago, Las Vegas y La Habana, en paralelo a Brasil y Chile, a Volaris o Aeroméxico.
Adicionalmente, en el supuesto de que Mexicana regresara a los aires, la parte de boletos que se pagara vía tarjetas de crédito quedaría embargada por el Banco Mercantil del Norte para garantizar el pago de un adeudo de mil 300 millones de pesos.
Más allá, el Bancomext está en espera de una última resolución judicial que le permita adjudicarse los nueve aviones-chatarra que le dejó en calidad de garantía la anterior administración de la firma por un préstamo de mil millones de pesos.
Se diría, pues, que la posibilidad de vuelo, aún colocando una opción menos onerosa para la capitalización, está llena de obstáculos.
Ahora que la actuación ambigua del gobierno, el sí-pero-no en la búsqueda de postores para el rescate, obedece al temor de un nuevo conflicto con trabajadores en la antesala del proceso electoral de 2012. Agüita o sol en la tercera llamada para Mexicana.
Mexicana: último volado
Descartada, ante la inverosímil carta de crédito por 300 millones de dólares presentada con el aval de una pequeña Sociedad Financiera de Objeto Múltiple con sede en Puebla, la opción de Avanza Capital, la posibilidad de rescate de Mexicana de Aviación se juega en un último volado
Lunes 12 de septiembre de 2011
1,690 lecturas
Colocado éste en la mesa por la Tenedora K, es decir el fondo de inversión estadounidense Advent, quien adquirió 95% de las acciones de la compañía aérea vía un pago simbólico de mil pesos, el eje de la apuesta es reducir el capital requerido para el rescate.
Del mínimo de 250 millones de billetes verdes la posibilidad se abatiría a 150, o quizá a 100.
La maniobra es simple: descargar de la exigencia de capitalización al pasivo laboral, es decir los recursos para liquidar al personal de la firma aérea, canjeándolo éste por acciones no sólo de Mexicana, sino de sus filiales Click y Link.
La alternativa, a la que no le ha dado el visto bueno aún la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación, pasaría del dicho al hecho tras la convocatoria a una asamblea de accionistas de la compañía a celebrarse en los próximos días.
Ahora que la Tenedora K avalaría la maniobra pero no comprometería ningún recurso para apuntalar la posibilidad de mantener algún porcentaje en la controladora con razón social Nuevo Grupo Aeroportuario.
Su interés, naturalmente, es recuperar su inversión no de los mil pesos que le pagó al ex socio mayoritario de la firma, Gastón Azcárraga Andrade, en su graciosa huida, sino de los recursos que le inyectó en los pocos días en que asumió el control.
De acuerdo a sus propios cálculos, estaríamos hablando de 11 millones de dólares, que podría estirarse a 17, dado el año transcurrido.
Por lo pronto, el tiempo está corriendo en un escenario en que el juez que lleva el concurso mercantil de la empresa, Felipe Consuelo Soto, ha fijado como último plazo para colocar una oferta en firme para el rescate el 28 de octubre.
Cumplido éste, el 15 de noviembre se declararía la quiebra de la firma aérea comercial más antigua del país, en un escenario en que la recuperación para los acreedores parece misión imposible.
De entrada, se calcula que la venta de los escasos activos de la compañía no alcanzaría para liquidar las deudas al fisco y a los diversos grupos aeroportuarios, por más que de acuerdo con la ley la prioridad sería para los trabajadores.
Por lo pronto, la larga espera para el rescate de la empresa aérea la colocó de espaldas al callejón en su posibilidad de resurrección, dada la entrega de sus rutas más socorridas, es decir a Los Ángeles, Chicago, Las Vegas y La Habana, en paralelo a Brasil y Chile, a Volaris o Aeroméxico.
Adicionalmente, en el supuesto de que Mexicana regresara a los aires, la parte de boletos que se pagara vía tarjetas de crédito quedaría embargada por el Banco Mercantil del Norte para garantizar el pago de un adeudo de mil 300 millones de pesos.
Más allá, el Bancomext está en espera de una última resolución judicial que le permita adjudicarse los nueve aviones-chatarra que le dejó en calidad de garantía la anterior administración de la firma por un préstamo de mil millones de pesos.
Se diría, pues, que la posibilidad de vuelo, aún colocando una opción menos onerosa para la capitalización, está llena de obstáculos.
Ahora que la actuación ambigua del gobierno, el sí-pero-no en la búsqueda de postores para el rescate, obedece al temor de un nuevo conflicto con trabajadores en la antesala del proceso electoral de 2012. Agüita o sol en la tercera llamada para Mexicana.