29 junio 2011

DEL CORREO DEL BLOG

Grupo Posadas, ¿conspiración o dudas razonables?
Mexicana y Posadas tienen vidas independientes, pero si se identifican acciones de mala fe, el grupo hotelero entraría a ser parte del problema.
Carlos Velázquez
 

 

La pregunta que muchos empresarios del turismo se hacen es: ¿Por qué en la recta final del concurso mercantil de Mexicana, Grupo Posadas, que preside Gastón Azcárraga, contrató a un banco de inversión para capitalizarse o hasta vender esta cadena de hoteles?

Incluso quienes den por buena la explicación institucional de la empresa, en el sentido de que busca recursos para “aprovechar las oportunidades del negocio”, coincidirán en que el momento, el timing como dicen los estadunidenses, fue muy desafortunado.

Es cierto que los accionistas de Posadas públicamente se están comprometiendo a invertir 50 millones de dólares, que se utilizarán básicamente para que avance el proyecto de Chemuyil, cerca de Tulum.

Sin embargo, un primer indicio de contradicción sobreviene cuando resulta que en un momento de “oportunidades”, se están evaluando “todas las alternativas”, incluso vender la compañía.

Pero el aspecto más preocupante es la forma tan poco lógica, por decirlo de algún modo, en que la familia Azcárraga se salió de Mexicana.

Nadie entiende, por ejemplo, cómo acudieron al concurso mercantil y una vez que fue aceptado dejaron los aviones en tierra; cuando lo procedente era aprovechar esa ventaja para incrementar su liquidez, sin tener que hacerle frente de inmediato a los pasivos.

Esto es tanto como si un adolescente obtiene el permiso de sus padres para ir el sábado por la noche a una fiesta y, ya que lo obtiene, decide quedarse solo en casa para ver un programa en la televisión.

Y entonces surge la inquietud de la administración fraudulenta. Una figura penal que es muy difícil de demostrar, aunque por allí se hayan escrito historias memorables como las de Jorge Lankenau o Carlos Cabal, quienes después de ser banqueros poderosísimos terminaron perseguidos por la justicia.

En realidad no se han hecho públicas las investigaciones del juez Felipe Consuelo o del administrador Gerardo Badin, pero ellos tienen acceso a los detalles de los movimientos de las cuentas bancarias de Mexicana en relación con Posadas y a sus mutuas estrategias fiscales.

Con socios comunes, Mexicana y Posadas, como empresas, tienen vidas independientes, son personas morales distintas; pero si se identificaran acciones de mala fe, el grupo hotelero entraría directamente a ser parte del problema.

Además es previsible que tan pronto llegue el momento de la quiebra, los acreedores de Mexicana generarán un alud de demandas no contra la aerolínea, sino precisamente buscando involucrar los recursos de la tesorería de Posadas.

Eso es lo que está detrás de la polémica que ha desatado el anuncio de la venta de Posadas; cuyos accionistas ya han comenzado a quejarse de teorías conspiratorias en su contra, cuando la realidad es que ellos mismos han puesto en riesgo uno de los negocios turísticos más antiguos de México.
2011-06-29 00:00:00