10 mayo 2011

DE LA COLUMNA DE ROSARIO AVILÉS

SCT, ¿de qué lado están?
Rosario Avilés | Opinión
2011-05-10 | Hora de creación: 21:37:10| Ultima modificación: 01:27:41

Dicen que el que se quema con leche hasta al jocoque lo sopla. Lo malo es que en lo que se refiere a competitividad, inversiones y creación de empleo, la receta del miedoso no suele arrojar buenos resultados y más bien tiende a empeorar las situaciones.

La Secretaría de Comunicaciones y Transportes, hoy a cargo de Dionisio Pérez-Jácome (más tardamos en aprendernos el nombre del secretario que éste en buscar nuevos horizontes), está hoy entrampada en sus propias contradicciones y en lugar de sacar a la aviación mexicana del pantano en que se encuentra, cada día la hunde en zonas más profundas, al tiempo que depende de decisiones y caprichos, que no se toman en México, sino en Washington o en Madrid.

Hace cuando menos 10 años que el subsector transporte aéreo no ve la suya. Pero en los últimos cuatro el asunto se ha puesto peor.

Con eso de que nuestros funcionarios no creen en la función del Estado, durante meses y meses aplicaron la política del “dejad hacer” en una industria que está sujeta a la rectoría estatal y a concesión porque los cielos pertenecen a la nación. Eso sí, como en la máxima juarista, a los amigos de Grupo Posadas “justicia y gracia”, y a los enemigos Morales de Monterrey “justicia a secas”.

De este modo, a los Morales Mega el ex subsecretario Treviño no les perdonó una sola. Primero quiso argüir razones de seguridad (de lo cual sabía tan poco que terminó recibiendo clases por parte de Aviacsa) y luego les juntó un expediente de deudas –muy por debajo del que exhibía Mexicana– y ello terminó en el proceso de concurso mercantil que todavía no acaba de concluir.

Con Mexicana la cosa se puso peor, porque a pesar de que Treviño no los molestó ni con el pétalo de un oficio, el ex dueño de la empresa terminó tirando la toalla sucia a la mitad del foro y en medio del lavadero salió a relucir el hecho de que de la deuda del Nuevo Grupo Aeronáutico, más de 3,600 millones de pesos son deuda gubernamental y de ésta, más de 1,500 millones de pesos son adeudos con el AICM y ASA.

Y pese a las muchas afectaciones que han sufrido los pasajeros nacionales debido a estos quebrantos, particularmente el de Mexicana, ahora resulta que los administradores gubernamentales “son muy estrictos” y por lo tanto se han dedicado a estorbar las negociaciones que se llevan a cabo en los concursos mercantiles.

En otras palabras: hoy resulta que no dejan pasar ni una briznita cuando por su ineficacia se colaron pedregales enteros. Su actitud amenaza con descarrilar la forma como se lleva a cabo el Concurso Mercantil, un procedimiento que se incorporó a la legislación mexicana en el año 2000 precisamente para evitar la desaparición de fuentes de trabajo y garantizar la viabilidad de las empresas que son importantes para la economía mexicana.

Aún peor: con esta actitud lo único que están propiciando es que el resto de los acreedores se nieguen a participar en estos procesos. En el caso de Mexicana de Aviación, por ejemplo, no son los grupos aeroportuarios o las agencias de viaje quienes se niegan a flexibilizar su postura, sino las empresas gubernamentales que —se supone— deberían apoyar los mecanismos legales que el propio Estado mexicano posee para salvaguardar las fuentes de trabajo de sus ciudadanos.

Lo peor es que nadie se las cree. Ahora resulta que después de la orgía de cuentas sin pagar, de las mil y un concesiones que le dieron a los ex dueños de esa empresa que el propio Estado puso en manos de Posadas para que la hiciera crecer, ahora son recatadas señoritas que no pueden negociar nada. ¡Por favor!

Y aún más: debido a estas actitudes, hoy resulta que el Grupo Aeroportuario del Pacífico se ha encaprichado en no acatar el fallo que el juez de lo concursal emitió en el caso de Aviacsa, cuando la mayor parte de los acreedores ya habían aceptado el monto de las quitas.

Además de la parte que les toca a nuestros nuevos cruzados funcionarios, el grupo aeroportuario está a merced de lo que se decide en Madrid y no en México, puesto que quienes —indebidamenteporque son extranjeros— pusieron en jaque el Concurso de Aviacsa son los accionistas españoles de AENA.

Recordemos que esa empresa del gobierno español (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) fue la responsable del desmantelamiento de Aerolíneas Argentinas y su posterior entrega a Grupo Marsans, que la terminó de ordeñar antes de que la rescatara el gobierno argentino. Pues ya digan: ¿de qué lado están?





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