16 febrero 2011

DEL CORREO DEL BLOG

Mexicana, una vez más…
- El proyecto de PC Capital muestra que no habría ganancias el primer año.
Alicia Salgado



Impacta la revisión de las cifras y supuestos sobre los que se está proyectando el reflotamiento de Mexicana en el documento Project Top Gun revisado, que entregó PC Capital en la primera semana de febrero.

El análisis a fondo inquieta porque el programa de vuelo ha tenido tal ajuste, que de  proyectarse en diciembre pasado que la aerolínea tendría ganancias en el primer año de operación, la propuesta ajustada un mes después proyecta ¡una pérdida de capital de 100 millones de dólares en 2011!

De ahí que se entiende la dificultad que han tenido Pablo Coballasi y Arturo Barahona en vender su Top Gun, pues ¿qué inversionista le entraría a un negocio que no está en marcha, que lo mejor que tiene es el impresionante apoyo del gobierno —pues si no, quién les fiaría hasta la turbosina para los aviones de prueba o les dejaría hacer las pruebas con las garantías no ejercidas de Bancomext— y que supone de entrada una pérdida de capital de 350 millones de dólares en el primer año de operación?

Nos cuentan que viendo los números, el mismo titular de la SCT, Dionisio Pérez-Jácome, les pidió que, como mínimo la aportación sea 400 millones de dólares y bueno, ¿qué cree? Su capital se integraría con 150 millones de dólares en cash aportados por socios de capital, pero cerca de 70 millones de dólares con “deuda mezzanine” y el resto… pues, imagine. No está, al menos en el documento compromiso.

Evidentemente si la SCT fuera conservadora y no estuviera apoyando un reflotamiento que por falta de cash pudiera aterrizar en poco tiempo, debería revisar un hecho: si tan sólo se suma el primer pago de las liquidaciones de los trabajadores, con la deuda del SAT, los gastos preoperativos, los honorarios del conciliador (27 millones de pesos), y de PC Capital (58 millones de pesos), así como una caja mínima para la operación de no más de 100 millones de dólares, la inyección de capital fresco (no con deuda) debería ser de 400 millones de dólares, el doble de lo que se ha mencionado como aportación de nuevos inversionistas.

Además, la base del plan de operación, aunque ha ajustado el yield (tarifa por kilómetro) a 1.34 pesos para el primer año, hasta llegar a 1.44 en 2015, fecha en la que se supone que la aerolínea tendrá una flota de 47 aviones, iniciando con 33 en el primer año, evidentemente muestra que tiene de todo, menos característica de tarifa low cost.

El promedio de la industria (con datos verificables por la DGAC) es de 1.20 pesos, mayor a la que registran aerolíneas como American Airlines (1.04 pesos), LAN (1.15 pesos), Jet Blue (0.94 pesos) e incluso Southwest (1.15) pesos, que es la reina en Estados Unidos, a donde irá a competir Mexicana.

Dicen que la verdad no peca, pero incomoda. Evidentemente la subsecretaría de Transporte con Felipe Duarte al frente, ha cumplido al pie de la letra lo que se comprometió al facilitar la realización de pruebas y certificaciones de los vuelos de Mexicana, que administra Javier Christlieb.

Lo mismo ha ocurrido con el conciliador Gerardo Badin, pero ¿qué tipo de accionista se interesaría en una aerolínea donde el capital aportado se esfuma antes de operar y, otra cuarta parte en el primer año de operación?

En fin, esperemos que  como ya anuncian por 17ava ocasión, gobierno y Mexicana le pagan los 970 millones de pesos a los trabajadores, capitalicen con 400 millones de dólares y, cumplan con un estándar adecuado que les permita operar sanamente, porque hasta ahora imagine si no genera dudas que más de la mitad del cash para levantar vuelo lo pretenden obtener de la venta anticipada de boletos y el financiamiento de proveedores, a quienes por cierto les pidió una quita de 90 por ciento y el resto se lo paga en cómodas anualidades sin garantías. ¡No, pues sí!