28 septiembre 2010

DE LA COLUMNA DE ROSARIO ÁVILES

Opinión de
Despegues y Aterrizajes(Rosario Avilés | )


México Infórmate: política a la mexicana
Rosario Avilés | Opinión    Martes 28 de Sep., 2010 | Hora de modificación: 02:04




En esta semana, dedicada a la transparencia y la rendición de cuentas, que organizan los periodistas de México Infórmate para promover el ejercicio de un periodismo que promueva la rendición de cuentas por parte de nuestros gobernantes, es importante dejar constancia de que a pesar de la aparente impunidad con que actúan algunos empresarios y funcionarios públicos, se lleva puntual cuenta de todos y cada uno de los asuntos de interés nacional.

En esta nueva decena trágica que inició en el 2000, la aviación mexicana ha sido una de las víctimas más claras de una política equívoca y vacía de estrategia y de sentido nacional. Los saldos de este proceder están a la vista: por mucho que se intente minimizar el impacto de la degradación de que fue objeto el sistema de transporte aéreo mexicano por parte de la Agencia Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA), el hecho es que nuestro país ha perdido liderazgo y credibilidad a nivel mundial y en particular en América Latina, y si le sumamos la virtual quiebra de Mexicana, nuestro país ha perdido su tradicional y amplia presencia en el mercado aéreo más grande del mundo.

Los anuncios de las aerolíneas de Estados Unidos para incrementar sus vuelos y frecuencias a nuestro país –anuncios festinados por cerebros transculturizados de no pocos funcionarios que no debieran asumir encargos que no comprenden– son muestra de que la política de aviación que se sigue en la actualidad, está planeada (o de manera deliberada desorganizada) para descarrilar objetivos de desarrollo nacional.

Un país que se precie de serlo trabaja por tener sectores punta que le provean de divisas, por acrecentar el conocimiento de sus profesionales, por tener nuevas oportunidades de mejora para sus habitantes. La actual administración –es una pena decirlo por lo que esto significa en todos sentidos– no está haciendo esta labor, sino su contraria.

El actual secretario de Comunicaciones y Transportes fue convencido por alguna consultora externa de que habría que promover una “aerolínea bandera (concepto de los años 60 que hoy está completamente rebasado por las tendencias hacia la conformación de megatransportadoras multinacionales que por lo visto son desconocidas por los rumbos de Xola)”, al igual que lo fueron en Reforma los requisitos mínimos de seguridad de los infantes.

A partir de ese análisis de muy corta visión, se ha permitido –y no se sabe hasta qué punto promovido– la desaparición de Mexicana, una aerolínea nacional que no es patrimonio de este gobierno ni del sedicente ex propietario de las acciones, sino del pueblo de México que durante muchas décadas y en diferentes momentos ha sido la proveedora de recursos y talento para esa empresa, hoy desmantelada en maniobras que merecerán un juicio.

Además del hecho de que su venta se hizo a través de un organismo público y en concurso teóricamente vigilado, se trata de una concesión pública, lo cual ya debería ser suficiente para que los actuales funcionarios hicieran una labor más pulcra de la que hasta el momento se ha mostrado. Si los accionistas aceptaron la empresa como estaba y fueron capaces de vender activos, negociar contratos, ganar dinero con ello, es inaceptable que sólo quieran los beneficios y no acepten los costos: el llamado pasivo laboral, que no es otra cosa que la antigüedad de los trabajadores (de la cual no son “culpables” –nomás eso faltaba– los sindicatos) y que formaba parte del paquete.

Así como fueron buenos para beneficiarse de los activos, su obligación es aceptar los pasivos y responder por ello. Esto sin contar con otras actividades que pueden ser constitutivas de conductas ilícitas, gestionadas por los accionistas y sus empleados, que todavía siguen envenenando las negociaciones con los sindicatos que luchan por salvar una fuente de trabajo que da empleo de calidad a muchas familias.

Qué ironía que en el sexenio del empleo los propios funcionarios se dediquen a promover que nuestros profesionales se vayan al extranjero y que el empleo de alta especialización que se genera para dar servicios a nuestro país se establezca en el extranjero para personal no mexicano.

Todo esto debe ser motivo para una investigación a fondo. Que se transparente la gestión de Grupo Posadas, las omisiones de quienes debieran vigilar y la pasividad con que el gobierno actual está dejando que Mexicana se muera: cuentas claras o renuncia.

Lo oí en 123.45: “El problema no es la presencia de argumentos abusivos a favor de los poderosos. Lo preocupante es la naturalidad con la que los asumimos”: Profesor Reyes Mate (EL PAÍS, 5-9-2010).

raviles_2@prodigy.net.mx