31 agosto 2010

DEL CORREO DEL BLOG

¿Simipilotos y sobrecargos?
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31 Agosto, 2010 - 01:06
CREDITO:
Alberto Aguirre M.

Cuando Gastón Azcárraga y Manuel Borja Chico estaban al frente de Nuevo Grupo Aeroportuario, llamaron a los pilotos y las asistentes de vuelo asignadas a Mexicana de Aviación a hacer un sacrificio mayor –que implicaba la reducción de su sueldo y prestaciones...

Cuando Gastón Azcárraga y Manuel Borja Chico estaban al frente de Nuevo Grupo Aeroportuario, llamaron a los pilotos y las asistentes de vuelo asignadas a Mexicana de Aviación a hacer un sacrificio mayor –que implicaba la reducción de su sueldo y prestaciones– para sanear las vapuleadas finanzas de la compañía y así mantenerla en el aire. Pero todo era una charada. El pasado 22 de julio –un mes antes de que comenzara a derrumbarse su castillo de naipes– los empresarios habían iniciado los trámites, ante el Departamento de Transporte del gobierno de Barack Obama, para que la flota de Link cubriera los itinerarios que tenía Mexicana entre destinos de México (Distrito Federal, Monterrey, Zacatecas) y Estados Unidos (Chicago, Nueva York, Miami).

Los antiguos dueños de Mexicana ya no querían lidiar con la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) ni con la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación(ASSA). Por eso, mientras forzaban a que ambas organizaciones se deshicieran de muchas de las prestaciones que habían logrado incluir en el Contrato Colectivo de Trabajo, negociaban en paralelo con el líder de los trabajadores de Link, Miguel Ángel Yúdico, con quien no tenían resistencias. Tenedora K, el grupo de accionistas que trata de quedarse con NGA, fue más allá y de plano emplazó a los dirigentes de los pilotos, Fernando Perfecto, y de las sobrecargos, Lizette Clavel, a firmar una “carta de entendimiento” que, entre otras cosas, incluía una cláusula que aseguraba que la empresa y los trabajadores daban por terminado el contrato colectivo actual, al momento de perfeccionar la compra-venta de acciones.

Los sindicalizados habían aceptado laborar bajo régimen de excepción cuando los patrones decidieron tramitar el concurso mercantil ante un juez federal. Antes, cuando se les notificó que no había recursos para pagar la primera quincena de agosto, declararon una suspensión unilateral del cobro de su salario y aceptaron recibir 10,000 pesos, sin que importara rango o antigüedad. Cierto es que los pilotos y las sobrecargos de Mexicana contaron con el respaldo del resto de las delegaciones de ASPA y ASSA, quienes incluso ahora han tenido que echar mano de una parte de los fondos de ahorro para sostener a quienes han perdido su materia de trabajo, por la cancelación de las operaciones de las tres filiales de NGA.

Pero en las últimas dos semanas, las tripulaciones llegaron al oprobio de aceptar el pago de 500 pesos por vuelo, ya fuera nacional o internacional, y renunciaron al pago de hospedaje y viáticos. Al momento de que NGA cambió de accionistas, se abrió una ventana de tiempo de 100 días, para que llegaran recursos frescos, se aliviara una parte de las pesadas deudas y se negociaran los nuevos contratos colectivos de trabajo con ASPA y ASSA. La empresa les propuso que el nuevo contrato tuviera una vigencia de cinco años y que en los términos de percepciones y definición de jornadas laborales fuera similar al de Click: cada año habría un incremento automático, concordante con la tasa inflacionaria. Y sólo en caso de tener utilidades operativas antes de impuestos e intereses (EBIT) por un periodo de 12 meses consecutivos, sólo recibirían un aumento de 7.5% adicional y 12 meses después, otro 7.5%, llegando así a las condiciones económicas de los pilotos de Click más 15 por ciento.

Pero todo estaba supeditado a un modelo de negocios que sólo consideraba una tripulación con un máximo de cinco elementos (dos pilotos y hasta tres sobrecargos) por avión en operación. Explica una empleada de Mexicana:

“Por ejemplo, el A 320 requiere de cinco sobrecargos, sin embargo, comúnmente se vuela con tres o cuatro. Los viáticos y el sueldo del día correspondientes al quinto sobrecargo se dividía entre los cuatro. Con esto nos beneficiábamos nosotros y la empresa, ya que se estaba ahorrando hotel y seguros -entre otros- de un sobrecargo”. Aritmética básica: con tripulaciones de sólo tres sobrecargos dejarían a una tercera parte de las afiliadas a ASSPA en tierra y cuantimás si se tiene en cuenta que Mexicana volaría con una flota de 20 aviones. El impacto económico era brutal, pues implicaba un sistema de rotación con más horas diarias de servicio, menos descansos y vacaciones. Y, como en el caso de los pilotos, reducía la antigüedad. La empresa propuso una categoría de “sobrecargo inicial”, que en tono de burla ellas bautizaron como “sobrecargo similar”. O sea: lo mismo pero más barato.

En el caso de los pilotos, las antigüedades se ajustarían a la baja como sigue: hasta cuatro años mantendrían su antigüedad; de cinco a 10 años bajarían a cinco; de 10 a 19 años bajarían a 10; de 20 a 29 años bajarían a 20; de 30 años en adelante quedarían en 30. Ahora se sabe que los pilotos habían aceptado la propuesta de NGA para renegociar el Contrato Colectivo de Trabajo. Las sobrecargos, al rechazarlo, dieron al traste con el plan de los nuevos empresarios… y dejaron a Mexicana, Click y Link en tierra. En el peor de los casos, pilotos y sobrecargos serían liquidados por una empresa que ahora mismo carece de los recursos frescos y los activos suficientes para poder afrontar el pago de las indemnizaciones. Se haría cumplir la ley, sí; pero ¿cuándo? Nadie sabe.