08 marzo 2007

MEXICANA APRIETA

MEXICANA APRIETA
Apremiada por sus socios para recuperar la inversión en la mesa; atenazada por la inminente venta de Aeroméxico, su enemigo a vencer, y acosada por la competencia feroz de las nueve líneas de bajo costo en escena, Mexicana deAviación se atrevió a lo inaudito. Estamos hablando de la presentación ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje de un conflicto colectivo de naturaleza económica, es decir el instrumento previsto por la Ley Federal del Trabajo para anular cláusulasdel contrato colectivo que pongan en peligro la viabilidad de una empresa.
El jaque apunta de lleno a la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviaciónque encabeza de Francisco Villareal. La vuelta de tuerca intenta obligar a éste a garantizar a la línea aérea una contracción en sus gastos de operación de 20 millones de dólares … anuales, equivalentes a 25% de la erogación total. La presentación original hablabade 40%.Lo interesante del asunto es que a contrapelo de una instrucción al calce por parte de su Consejo Técnico, el Instituto Mexicano del Seguro Social no se atrevió a plantear un recurso similar frente a la amenaza de quiebra que plantea su colosal faltante de reservas para enfrentar jubilaciones y pensiones de sus trabajadores.
La exposición de motivos del frustrado intento hablaba de incompatibilidad entre lo previsto por el contrato colectivo, es decir jubilaciones a 130% de la última percepción después de 28 años de trabajo, cotizando apenas 3% encalidad de aportación, y las proyecciones actuales para cubrir laprestación. Lo cierto es que aún cuando la posibilidad ha estado latente desde hace décadas, son escasas las veces en que una empresa o sindicato han invocadola figura del conflicto de naturaleza económica, cuyo eje, de cara a una y otra partes, en un cambio sustancial en las condiciones en que fue firmado un contrato colectivo de trabajo.

De lo delicado de la tarea de equilibrio que debe realizar la Junta Federalde Conciliación y Arbitraje hablan la posibilidad de atentar contra los derechos adquiridos por los trabajadores, o permitir que se ahorque una empresa ante un escenario adverso. Lo cierto es que a querer o no en alegatos de cargo y descardo de las partesen pugna habrán de salir varios trapitos al sol. Si como se dijo, Mexicana fue vendida al Grupo Posadas tras un proceso integral de saneamiento.

Más allá, si el gobierno traicionó a los inversionistas al abrir el mercadoa las líneas aéreas de bajo costo que llegaron a depredar precios. Si el costo pagado por la línea aérea, es decir 165 millones de dólares, fue simbólico o excesivo. Si entre privatizaciones y los rescates de la línea aérea a lo largo de la historia se rebasó la prudencia en materia de prestaciones para los sobrecargos.

Por lo pronto, las exigencias de la empresa parecen desmesuradas en relación con la media internacional. Por ejemplo, mientras ésta plantea un máximo de72 horas de vuelo al mes para el personal de servicio, la empresa obliga a77, con la novedad de que la pretensión es de 90. Ahora que a contrapelo de sus compromisos de mantener intacta la planta de personal, la línea aérea ha despedido a partir de su reprivatización a mil 800 trabajadores de confianza y sindicalizados, equivalentes en el primer caso a 10% de la nómina, por más que la última revisión contractual se fue en blanco, es decir, no hubo incremento salarial para los trabajadores.

Actualmente la empresa mantiene 800 pilotos cuyo peso en los gastos de operación es de 5%, representando 44% de la nómina, en tanto los sobrecargos representan 19%, el personal de tierra 18%, y el personal administrativo14%.

Ahora que está pendiente la solicitud al interior de la Cámara de Diputadosplanteada por el legislador de Convergencia, Cuauhtémoc Velasco, paraintegrar una comisión que investigue, analice e informe sobre la forma enque se vendió Mexicana de Aviación, en la presunción de que su precio realera de 400 millones de dólares.


Más aún, se sabe que la firma tenía 120 millones de dólares en su caja a su venta, en tanto el edificio sede se vendió en 40 millones… que pasaron a las arcas de los nuevos dueños. Lo curioso del caso es que en la fase previa a la venta de la empresa a la firma que encabeza Gastón Azcárraga Tamayo, se presumía que ésta contaba con la flota aérea más moderna, integrada por aviones Airbus 318, 319 y 320.

Más aún. La Secretaría de Comunicaciones y Transportes se vanagloriaba que Cintra, la controladora de Aeroméxico y Mexicana, había obtenido utilidades,“pese al incremento considerable en el precio de la turbosina”. Y si leseguimos, en su primer año posterior a la privatización Mexicana logró un repunte en materia de asientos vendidos, alcanzando 4 millones 692 mil 816, frente a 4 millones 826 mil 254 de Aeroméxico. ¿Se cayó el cielo en el paréntesis?