Opinión de (Rosario Avilés) |
Empleos aeronáuticos para el país
Entre los anuncios que en estos días acompañan al proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México se encuentra la creación de una nueva Universidad de Aeronáutica, un centro logístico y escuelas técnicas en la región oriente del Valle de México, ya que se espera que esta obra de infraestructura impulse la creación de miles de empleos.
De hecho, el titular de la SCT mencionó que por cada millón de pasajeros adicional que se genere, se crearán mil empleos permanentes, lo que significa que, si las cifras oficiales son correctas, cuando se inaugure el nuevo aeropuerto y sea capaz de manejar 52 millones de pasajeros con sus dos pistas para aproximaciones simultáneas, paralelas e independientes, habría 20 mil nuevos empleos en el sector aeronáutico.
El propio gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, mencionó que estos empleos generados serán bien pagados, estables y de alta productividad. Buenos augurios, sin duda, sólo que es indispensable que a ese enorme esfuerzo de capacitación que se hará se le sume una política pública que posibilite su concreción.
Y es que lo que este país necesita es que los empleos de alta especialización que se generen, se queden en México porque, como se dijo en la presentación del NAICM en Los Pinos, el ingreso promedio en este sector es tres veces superior al promedio, resultado de la productividad.
Contrario a la visión estrecha y pequeña de quienes justificaron el cierre de Mexicana de Aviación con el argumento de que sus empleados “ganaban demasiado” (cuando los políticos suelen devengar sueldos millonarios), el incrementar los sueldos de los trabajadores mexicanos tiene un efecto positivo en toda la economía: en impuestos, en consumo, en riqueza general que es lo que, se supone, deberíamos querer para todos los trabajadores mexicanos.
Por eso suena bien que se esté pensando en capacitar personal para acceder a empleos más especializados, pero es tanto más importante garantizar que dichos empleos sirvan para general riqueza nacional.
Hay que tomar en cuenta que en los últimos diez años se han perdido más de la tercera parte de los empleos del sector aeronáutico. Según cifras de la Dirección General de Aeronáutica Civil, en el año 2003 el sector aéreo nacional empleaba 23,988 personas. En el 2013 el total de empleos había descendido a 15, 393.
Esta situación es resultado de la falta de visión de Estado que caracterizó a las últimas administraciones. No basta que se multipliquen las operaciones, que vengan más aerolíneas y que tengamos un aeropuerto que gestione millones de operaciones. Necesitamos que las aerolíneas nacionales crezcan, que generen divisas para el país, que los destinos nacionales se conecten, que la carga aérea de empresas mexicanas se multiplique.
Todavía hay quien piensa como aquel ranchero a quien le dijeron que mandara a sus hijos a la escuela y respondió que para qué, sin no sabían leer. Hay quien cree que hay que abrir los cielos (o liberalizarlos, según se dice eufemísticamente) porque no hay empresas mexicanas que puedan lograr el crecimiento. Desde luego que no hay ni habrá esa capacidad en el país si no existe un impulso decidido y un entorno de certidumbre jurídica que lo promueva.
Necesitamos, pues, visión de Estado e inteligencia para comprender que la riqueza no se va a quedar en México si rentamos nuestros cielos, sino si hacemos el esfuerzo para que florezcan en nuestra propia tierra.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
De hecho, el titular de la SCT mencionó que por cada millón de pasajeros adicional que se genere, se crearán mil empleos permanentes, lo que significa que, si las cifras oficiales son correctas, cuando se inaugure el nuevo aeropuerto y sea capaz de manejar 52 millones de pasajeros con sus dos pistas para aproximaciones simultáneas, paralelas e independientes, habría 20 mil nuevos empleos en el sector aeronáutico.
El propio gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, mencionó que estos empleos generados serán bien pagados, estables y de alta productividad. Buenos augurios, sin duda, sólo que es indispensable que a ese enorme esfuerzo de capacitación que se hará se le sume una política pública que posibilite su concreción.
Y es que lo que este país necesita es que los empleos de alta especialización que se generen, se queden en México porque, como se dijo en la presentación del NAICM en Los Pinos, el ingreso promedio en este sector es tres veces superior al promedio, resultado de la productividad.
Contrario a la visión estrecha y pequeña de quienes justificaron el cierre de Mexicana de Aviación con el argumento de que sus empleados “ganaban demasiado” (cuando los políticos suelen devengar sueldos millonarios), el incrementar los sueldos de los trabajadores mexicanos tiene un efecto positivo en toda la economía: en impuestos, en consumo, en riqueza general que es lo que, se supone, deberíamos querer para todos los trabajadores mexicanos.
Por eso suena bien que se esté pensando en capacitar personal para acceder a empleos más especializados, pero es tanto más importante garantizar que dichos empleos sirvan para general riqueza nacional.
Hay que tomar en cuenta que en los últimos diez años se han perdido más de la tercera parte de los empleos del sector aeronáutico. Según cifras de la Dirección General de Aeronáutica Civil, en el año 2003 el sector aéreo nacional empleaba 23,988 personas. En el 2013 el total de empleos había descendido a 15, 393.
Esta situación es resultado de la falta de visión de Estado que caracterizó a las últimas administraciones. No basta que se multipliquen las operaciones, que vengan más aerolíneas y que tengamos un aeropuerto que gestione millones de operaciones. Necesitamos que las aerolíneas nacionales crezcan, que generen divisas para el país, que los destinos nacionales se conecten, que la carga aérea de empresas mexicanas se multiplique.
Todavía hay quien piensa como aquel ranchero a quien le dijeron que mandara a sus hijos a la escuela y respondió que para qué, sin no sabían leer. Hay quien cree que hay que abrir los cielos (o liberalizarlos, según se dice eufemísticamente) porque no hay empresas mexicanas que puedan lograr el crecimiento. Desde luego que no hay ni habrá esa capacidad en el país si no existe un impulso decidido y un entorno de certidumbre jurídica que lo promueva.
Necesitamos, pues, visión de Estado e inteligencia para comprender que la riqueza no se va a quedar en México si rentamos nuestros cielos, sino si hacemos el esfuerzo para que florezcan en nuestra propia tierra.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.