Un luz en el vaciamiento de Mexicana
Jorge Fernández Menéndez
31/10/2013 01:26
En un ambiente saturado de malas noticias se
podría estar produciendo una que permitiría destrabar un conflicto que
lleva más de tres años atorado artificialmente, con un costo altísimo
para los trabajadores y una impunidad creciente para los verdaderos
responsables: será por lo menos difícil que Mexicana pueda volver a
volar, pero por lo menos su bien más preciado, la base de mantenimiento
en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, la llamada MRO,
que cuenta con una muy apreciada autorización de la autoridad
aeronáutica de Estados Unidos (la FAA), podría ser adquirida por los
principales acreedores de la empresa (Banorte, Bancomext, y el propio
aeropuerto capitalino, con una participación pequeña del Grupo
Aeroportuario del Pacífico, con un valor que oscilará entre los 80 y los
120 millones de dólares según lo establezcan los auditores), creando
con esos recursos un fideicomiso que quedará en manos de pensionados y
trabajadores de la empresa, para paliar el despojo del que fueron
objeto. Lo que se plantea es capitalizar la empresa, o sea que se
transformarán los adeudos en acciones y se mantendrán esas acciones en
el fideicomiso para el cumplimiento del objetivo central del mismo.
Tenedora K, propietaria de las acciones, ha boicoteado todo acuerdo
previo, sobre éste y otros temas. Tenedora K fue una empresa creada al
inicio de la suspensión de actividades de Mexicana, “compró” a la
aerolínea por apenas mil pesos al Nuevo Grupo Aeroportuario, creado en
2008 supuestamente para capitalizarla y que había adquirido Mexicana,
vía el grupo Posadas, en apenas 165 millones de dólares en 2005.
Tenedora K, una empresa en la que no se conocen accionistas, pero se
estima que tiene detrás a los propietarios originales de Mexicana, los
de grupo Posadas, y posee el equivalente a 8% de la deuda, ha boicoteado
todo tipo de acuerdo. La juez Edith Alarcón deberá dar
una resolución el próximo 6 de noviembre. Mantener las pretensiones de
Tenedora K provocaría la quiebra (como en los hechos ya ocurrido con
Mexicana y sus subsidiarias Click y Link) del MRO y el desamparo total
de los trabajadores y pensionados. Además de que se afectaría, ante el
cierre de la base de mantenimiento, a buena parte de las flotas
aeronáuticas del país y de América Latina que siguen utilizándola.
Es hora de que se comience a dar luz y destrabar este proceso, porque
se han dicho todo tipo de mentiras y de jugadas para tratar de evitar
consecuencias legales para quienes realizaron un verdadero vaciamiento
de Mexicana dejando en la calle a miles de trabajadores, sin empleo y
sin pensión. El grupo de Gastón Azcárraga,
cuando declaró sin previo aviso a las autoridades del sector el
concurso mercantil de Mexicana, lo hizo dejando un hueco financiero de
miles de millones de pesos, con recursos que se transfirieron desde la
aerolínea a otras empresas controladas por Azcárraga Andrade.
En 2009, derivado de la crisis de la influenza, el gobierno federal
dispuso una línea de crédito de tres mil millones de pesos para las
aerolíneas nacionales. Los dueños de Mexicana tomaron entonces un
crédito de Bancomext de casi mil millones de pesos, y poco antes había
adquirido otro crédito de más de mil 500 millones de pesos en Banorte.
Casi inmediatamente después, a principios de agosto de 2010, Mexicana se
declaró en concurso mercantil. Para esa fecha declaró un adeudo
superior a los 16 mil millones de pesos, una cantidad que hoy supera los
23 mil millones de pesos. ¿A dónde fueron a parar esos miles de
millones de pesos? No a las empresas del Grupo (Mexicana, Click, Flick y
MRO). Mexicana contaba para esa fecha con 98 rutas internacionales,
pero operaba apenas la mitad. En ese periodo se realizó la venta de la
Torre de Mexicana, dos predios que tenían un valor catastral de 576
millones de pesos, se vendieron en apenas 422 millones. Las
irregularidades de Mexicana y de Tenedora K se sucedieron, lo mismo que
los supuestos inversionistas dispuestos a rescatar la empresa y que
nunca mostraron sus recursos, que incluso llegaron al caso de uno que
supuestamente quería pagar ese rescate en moneda de una nación africana.
¿Se pueden iniciar acciones legales contra los ex propietarios? Sin
duda sí, pero primero se debe concluir el concurso mercantil de la
empresa. El hecho es que la ley establece que cualquier acción
emprendida entre el 6 de febrero de 2006, cuando se adquirió formalmente
Mexicana, hasta la declaración del concurso mercantil en 2010, puede
ser revisado a petición del conciliador o de cualquier acreedor, para
determinar si hubo alguna acción en perjuicio de los propios acreedores.
Aquí la hubo y también un daño sustancial a sus trabajadores y
pensionados. Es hora de comenzar a rescatar lo que se pueda rescatar de
Mexicana. Y nada es más viable, en el corto plazo, que su centro de
mantenimiento. Y más temprano o más tarde se debe juzgar a los
responsables.