24 abril 2013

DEL CORREO DEL BLOG


El Mié, 24 de Abril de 2013, 01:57 am, por David Páramo

 

 

Dos de los tres principales líderes sindicales de la industria de la aviación han perdido totalmente la razón o están involucrados en un plan que plantea el suicidio colectivo de sus agremiados.

 

Primero Ricardo del Valle, quien ha decidido que tiene que acabar con Aeroméxico bajo el argumento que todos los miembros de ASSA tienen que estar igual, es decir, pertenecer a empresas que caminen del Concurso Mercantil a la quiebra.

 

Bajo la idea, absurda, que la empresa que dirige Andrés Conesa no quiere compartir las ganancias que ha tenido Aeroméxico en los últimos años, ha enfocado todas sus baterías a buscar un conflicto que podría derivar en una huelga el último día de mayo.

 

Para el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, el asunto le está comenzando a quedar muy grande. No sólo derrapa entre su función y cuál es la misión de una concesión como agente económico, sino que además ha comenzado a dar traspiés, puesto que ha dado indicios de parcialidad a favor de los trabajadores.

 

Como si el clima no fuera bastante tenso entre la iniciativa privada y la administración de Enrique Peña Nieto por temas como el aumento de las cuotas del IMSS, los cambios a las leyes de amparo, la reforma a las telecomunicaciones y la pospuesta reforma financiera bajo el principio de abrir un frente en contra de las instituciones de crédito.

 

De hecho, más valdría que estuvieran muy pendientes, puesto que no hay día en el que algún líder de iniciativa privada no muestre su malestar por el tema de las cuotas del IMSS y ahora también por la forma en la que el PRI lo está tratando de mayoritear, o la incomodidad de los banqueros por una iniciativa de “reforma” financiera que está lejos de ser un tiro de precisión y parece mucho más bien una idea. Algunos esperan que su posposición permita reflexionar de mejor manera sobre su contenido y no sólo sobre el futuro  del Pacto por México.

 

Seamos claros. El secretario general de ASSA no ha comprendido que una empresa como Aeroméxico tiene que cambiar radicalmente, puesto que la aviación lo está haciendo en el mismo sentido para convertirse en un negocio de transporte masivo y muy bajos márgenes; habrá que ver si el titular de la Secretaría del Trabajo está a la altura de este reto, puesto que su función es la de árbitro. Si cree que dañando a una empresa protege a los trabajadores demuestra que no sabe que la única conquista irrenunciable es el trabajo.

 

Mucho más allá de las acciones legales que ha emprendido ASSA, este sindicato está utilizando las redes sociales como una forma de ariete. Lo hacen, entre otras cosas, porque se esconden en el anonimato y pueden propalar rumores irresponsablemente, como si eso fuera bueno para su causa o presionara a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.

 

Más valdría que los agremiados de ASSA tuvieran mucho cuidado en lo que creen de las redes sociales, puesto que no necesariamente es lo correcto.

 

Otro

 

Otro que parece haber perdido la razón es el secretario general de los trabajadores de tierra, Miguel Ángel Yúdico.

 

Anunció que hoy realizará una marcha de la extinta torre de Mexicana (ahora son las oficinas corporativas de Axa) a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para exigir que el gobierno les pague cinco mil millones de pesos de salarios caídos.

 

Se trata de un verdadero absurdo que sólo busca evitar lo que es un hecho: Mexicana de Aviación deberá ser declarada en quiebra por la juez Edith Alarcón, puesto que se han cumplido todos los plazos.

 

Así las cosas, cómo pedir al gobierno que sea el que pague estos salarios caídos. No es patrón sustituto, la línea aérea no fue requisada o intervenida por el gobierno, se mantuvo en manos particulares desde que Gastón Azcárraga (quien es el principal responsable de la quiebra) hasta el momento.

 

No existe ninguna razón para suponer que el gobierno tenga que tomar dinero de todos los mexicanos para enfrentar la quiebra de una compañía privada.

 

En caso de que el populista o inexperto secretario del Trabajo estuviera de acuerdo en algo así, se pondría un antecedente verdaderamente grave, puesto que todos querrían que papá gobierno llegara a salvarlos.

 

Antes de andar buscando que el gobierno rescate a los trabajadores de lo que algún día fue Mexicana de Aviación, Yúdico debería explicar a sus agremiados todas las marranadas que acordó con Azcárraga.