2012-10-30 | Hora de creación: 22:03:43 |
Ultima modificación: 00:33:43
Es curioso cómo los funcionarios de la era panista escurren el bulto de sus responsabilidades. Frente a los graves que hoy aquejan a la aviación , como la
de rumbo, la pérdida constante de presencia de las aerolíneas mexicanas
en la región, el empobrecimiento de sus profesionales, la falta de
certidumbre para los inversionistas; la complicidad con el megafraude
que tiene sumida a Mexicana de Aviación en la agonía y un larguísimo
etcétera que no cabría en este espacio, los encargados de hacer valer la
suelen excusarse con un: “nosotros no hemos hecho nada”. ¡Pues claro! Ese es el . Ser omisos es tan grave como hacer lo indebido.
La aviación mexicana está ayuna de rumbo y de . Uno de los rubros más olvidados y que tienen un impacto directo tanto en el de bienes como en el crecimiento económico y el regional, es la aviación carguera y, como carece de visibilidad, en ella se dan los atropellos y las omisiones más graves.
De alguna manera, la carga aérea ha sido el laboratorio de
experimentación de todo lo que una “autoridad” (es un decir) puede hacer
y deshacer impunemente y sin rendirle cuentas a nadie. El mercado de
carga aérea está desordenado y en ella se da la más grave competencia
desleal (aún más que en la aviación de pasajeros) que está dañando de
manera irreversible a los operadores mexicanos.
No es sólo que se haya otorgado —al margen de la ley vigente— la
séptima libertad a las cargueras estadunidenses que vuelen de otros
países hacia México y viceversa, lo cual ya lesiona profundamente a la
competitividad de nuestras muy limitadas empresas que no tienen las
mismas posibilidades de ingresar en los Estados Unidos.
Hace meses que se han otorgado permisos a empresas dizque de fletamento
para carga que en realidad operan en servicio regular (¿cómo son tan
exigentes para no otorgar un AOC a Mexicana y en cambio nadie se da
cuenta de que semana con semana una aerolínea de fletamento tiene los
mismos itinerarios y opera como servicio regular?)
Permitir este tipo de operación es darle, de hecho, carta de
naturalización pues esta conducta se ha mantenido por años. Los casos
más conspicuos son el de TSM y Aerolamol, empresas que se ostentan como
“charteras” pero en realidad compiten de forma desleal con las cargueras
establecidas.
Y lo peor es cuando se internan al país aeronaves con matrícula N
(Nectar, que corresponde a Estados Unidos), con permiso de internación
provisional. Estas aeronaves han sido usadas para contratar excursiones,
viajes charteros y servir de taxis aéreos sin cumplir con las
regulaciones que se les imponen a los nacionales.
No hace falta ser muy listo para detectarlo: tomen las secciones de
algunos diarios locales en el interior de la República que publicitan
excursiones privadas o métanse a internet: ¡hasta los funcionarios
públicos encontrarían sorpresas al margen de la ley!
Las dependencias encargadas del transporte aéreo han incurrido en
prácticas cuestionables y que contravienen la Ley de Aviación y los
tratados internacionales, como son firmar acuerdos extra-bilaterales,
acuerdos con cláusula de aplicación provisional inmediata, cartas de
reciprocidad dirigidas a autoridades extranjeras, etc. Todo ello sin
aprobación del Senado de la República.
No sabemos quiénes se harán cargo de estas funciones a partir de
diciembre, pero existe mucha tela de donde cortar si se quisiera
investigar a fondo las razones por las cuales nuestra aviación agoniza