¿Pilotos de segunda?
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Mientras reviso notas relacionadas con el interminable debate entre
aquellos que insisten en tratar de manera diferente a los pilotos de
aeronaves cargueras que a los de las aeronaves de pasajeros, en temas
tan importantes como las jornadas de vuelo, me pongo a pensar en las
difíciles condiciones de salarios, roles de vuelo y prestaciones a las
que deben someterse algunos de los pilotos aviadores que tienen la
responsabilidad de operar los vuelos cargueros en todo el mundo, algo
que lamentablemente he podido constatar en el tiempo que llevo cerca de
las operaciones de carga aérea, en las que creo que lo he visto todo o
casi todo.
Antes que nada, no debemos olvidar que la vida de un piloto carguero vale lo mismo que la vida de los pilotos de vuelos de pasajeros y
que de los pilotos cargueros también dependen las vidas de los
ocupantes de la aeronave (aún cuando sean muy pocas personas abordo) y
las de los terceros que pudieran verse afectados en caso de un
accidente.
En pocas palabras; la responsabilidad es la misma y si bien es cierto
que los requisitos y capacidades para operar una aeronave de carguera
son los mismos que se exigen para operar una versión de pasajeros de la
aeronave, también es cierto que los operadores tienden a menospreciar a los pilotos que vuelan los cargueros,
lo cual me parece de lo más injusto. Es más; me atrevo a pensar que
entre las categorías de empleos como piloto, la de las tripulaciones
cargueras está entre las más bajas y por ende entre las menos atractivas
para el gremio.
El que generalmente los servicios dedicados de carga operen de noche,
no ayuda mucho a motivar a los aviadores. Sin embargo y como piloto que
alguna vez fui, me parece que el poder manejarme en un ambiente de
trabajo más relajado y con la camaradería propia de quienes nos
manejamos en la logística, sin tener que lidiar y guardar apariencias
con esos molestos pasajeros, el volar en vuelos chárter hacia
aeropuertos a los que los servicios de pasajeros no me permitirían
operar y hasta volar realmente una aeronave y no jugar al Atari como
suelen hacer los pilotos de las modernas aeronaves que más bien parecen
computadoras con alas que aeronaves con computadoras, podrían, por lo
menos para mi, compensar algunas de las desventajas de este tipo de
trabajo, ---insisto, algunas.
En cualquier caso, me cuesta trabajo imaginarme a un capitán de
United, Iberia, Avianca o Aeroméxico, volar sin que se le doten
uniformes, tener hacerse de unas horas de sueño a media noche dentro de
un saco de dormir en plena plataforma y bajo el ala o el fuselaje del
avión que vuelan, ser transportados desde y hacia sus aeronaves en la
caja de un vehículo carguero o ser despertados a las 3 de la mañana en
sus domicilios para que se encarguen de un vuelo chárter hacia un
destino al que quizás convenga mejor llegar acompañados de un par de
emparedados y una buena dosis de bebidas refrescantes, ante la
posibilidad de encontrarse en medio de la nada y sin posibilidades de
comprar algo decente localmente.
Estas y otras condiciones han hecho que algunas transiciones forzadas
a los cargueros hayan resultado un tragos verdaderamente difíciles de
digerir para pilotos acostumbrados a las condiciones de trabajo, por
ejemplo, de una virtualmente extinta Mexicana de Aviación o que las
aerolíneas cargueras sean una de las últimas prioridades en las
aspiraciones de los estudiantes de aviación. Creo que es tiempo de
reconocer el esfuerzo que hacen quienes tienen en sus manos la
responsabilidad de llevar esa aeronave a su destino con nuestra carga en
su fuselaje.