25 septiembre 2012

DEL CORREO DEL BLOG

¿Pilotos de segunda?

archivado en:  | Al vuelo | Carga aérea
Mientras reviso notas relacionadas con el interminable debate entre aquellos que insisten en tratar de manera diferente a los pilotos de aeronaves cargueras que a los de las aeronaves de pasajeros, en temas tan importantes como las jornadas de vuelo, me pongo a pensar en las difíciles condiciones de salarios, roles de vuelo y prestaciones a las que deben someterse algunos de los pilotos aviadores que tienen la responsabilidad de operar los vuelos cargueros en todo el mundo, algo que lamentablemente he podido constatar en el tiempo que llevo cerca de las operaciones de carga aérea, en las que creo que lo he visto todo o casi todo.
Antes que nada, no debemos olvidar que la vida de un piloto carguero vale lo mismo que la vida de los pilotos de vuelos de pasajeros y que de los pilotos cargueros también dependen las vidas de los ocupantes de la aeronave (aún cuando sean muy pocas personas abordo) y las de los terceros que pudieran verse afectados en caso de un accidente.
En pocas palabras; la responsabilidad es la misma y si bien es cierto que los requisitos y capacidades para operar una aeronave de carguera son los mismos que se exigen para operar una versión de pasajeros de la aeronave, también es cierto que los operadores tienden a menospreciar a los pilotos que vuelan los cargueros, lo cual me parece de lo más injusto. Es más; me atrevo a pensar que entre las categorías de empleos como piloto, la de las tripulaciones cargueras está entre las más bajas y por ende entre las menos atractivas para el gremio.
El que generalmente los servicios dedicados de carga operen de noche, no ayuda mucho a motivar a los aviadores. Sin embargo y como piloto que alguna vez fui, me parece que el poder manejarme en un ambiente de trabajo más relajado y con la camaradería propia de quienes nos manejamos en la logística, sin tener que lidiar y guardar apariencias con esos molestos pasajeros, el volar en vuelos chárter hacia aeropuertos a los que los servicios de pasajeros no me permitirían operar y hasta volar realmente una aeronave y no jugar al Atari como suelen hacer los pilotos de las modernas aeronaves que más bien parecen computadoras con alas que aeronaves con computadoras, podrían, por lo menos para mi, compensar algunas de las desventajas de este tipo de trabajo, ---insisto, algunas.
En cualquier caso, me cuesta trabajo imaginarme a un capitán de United, Iberia, Avianca o Aeroméxico, volar sin que se le doten uniformes, tener hacerse de unas horas de sueño a media noche dentro de un saco de dormir en plena plataforma y bajo el ala o el fuselaje del avión que vuelan, ser transportados desde y hacia sus aeronaves en la caja de un vehículo carguero o ser despertados a las 3 de la mañana en sus domicilios para que se encarguen de un vuelo chárter hacia un destino al que quizás convenga mejor llegar acompañados de un par de emparedados y una buena dosis de bebidas refrescantes, ante la posibilidad de encontrarse en medio de la nada y sin posibilidades de comprar algo decente localmente.
Estas y otras condiciones han hecho que algunas transiciones forzadas a los cargueros hayan resultado un tragos verdaderamente difíciles de digerir para pilotos acostumbrados a las condiciones de trabajo, por ejemplo, de una virtualmente extinta Mexicana de Aviación o que las aerolíneas cargueras sean una de las últimas prioridades en las aspiraciones de los estudiantes de aviación. Creo que es tiempo de reconocer el esfuerzo que hacen quienes tienen en sus manos la responsabilidad de llevar esa aeronave a su destino con nuestra carga en su fuselaje.