Sin consuelo
SERGIO SARMIENTO
Jaque mate
"La administración de justicia es el pilar más firme del gobierno."— George Washington
El Consejo de la Judicatura había señalado que los jueces son
independientes y que, por lo tanto, no podía intervenir en las
decisiones de Felipe Consuelo, quien extendió el concurso mercantil de
Mexicana de Aviación más allá de lo que permite la ley y se pronunció
abiertamente a favor de los sindicatos, una de las partes interesadas en
el proceso.
Este 9 de agosto, sin embargo, la Judicatura anunció un enroque que
dará al proceso un nuevo responsable: Edith Alarcón Meixueiro ha sido
designada nueva titular del juzgado decimoprimero civil en donde está
radicado el concurso.
La remoción del juez Consuelo fue producto, según señala la propia
Judicatura, de que "existen en trámite seis quejas y denuncias
promovidas por acreedores intervinientes en el concurso mercantil
432/2010, en las que se señala que probablemente se encuentra afectada
su imparcialidad".
El cambio de juez abre la posibilidad de que pueda haber ya una
solución, cualquiera que sea, quiebra o rescate, al concurso mercantil
de Mexicana. Al prolongar de manera indefinida un proceso que la propia
ley dice no puede durar más de un año, y que ya acumula dos, el juez
Consuelo ha generado una enorme incertidumbre no sólo entre los
acreedores de Mexicana, entre quienes se cuentan miles de personas que
compraron pasajes de la aerolínea, sino también entre los demás
participantes en el mercado de la aviación comercial.
Quizá por eso el concurso mercantil ha atraído a grupos que pueden
calificarse cuando menos de excéntricos en el intento de rescatar a
Mexicana. Varios han afirmado tener los recursos para rescatar a la
aerolínea, pero cuando llega el momento de la inversión, el dinero
simplemente no aparece. Ninguno de los supuestos inversionistas ha
provenido de empresas con experiencia en la aviación comercial.
La simple designación de un nuevo titular del proceso significará un
nuevo retraso, ya que la nueva juez tendrá que familiarizarse con el
expediente. Pero cuando menos desaparecerá el temor de que el proceso
simplemente se prolongue de manera indefinida
Los activos de Mexicana han sufrido un deterioro muy importante en
estos últimos dos años. Los presuntos compradores se dan cuenta de que
el costo del rescate es muy alto. Mucho más barato parecería usar los
recursos para abrir una nueva aerolínea.
La conclusión del concurso mercantil de Mexicana es muy importante
para permitir nuevas inversiones en la industria de la aviación.
Interjet y Volaris no pueden apostar mucho más a la compra de nuevos
aviones mientras no sepan si se quedarán o no con los slots en el
Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y con las rutas de
Mexicana que están utilizando mientras se define el destino de empresa.
Aeroméxico ha anunciado ya un fuerte programa de expansión, porque no
tiene problema de slots, pero no ha decidido si los nuevos aviones
reemplazarán a los que ya tiene o se sumarán a su actual flota.
Independientemente de si uno piensa que Mexicana puede o no
rescatarse, las prácticas del juez Consuelo han generado un problema de
incertidumbre jurídica que va mucho más allá de la aviación comercial.
De nada sirve tener leyes si un juez puede decidir no aplicarlas. Y de
nada sirve contar con jueces si éstos se pronuncian abiertamente a favor
de uno de los interesados en un proceso.
La Judicatura no ha intervenido en la decisión del juez que debe ser
autónoma. Con el enroque, sin embargo, parece mandar un mensaje
importante. Los jueces deben aplicar la ley y no enmendarla, y si tienen
alguna preferencia deben por lo menos guardársela para sí. Es lo mínimo
que podemos pedir de un sistema de justicia.