14 agosto 2012

DE LA COLUMNA DE ROSARIO AVILÉS

Un problema de confianza
Rosario Avilés | Opinión
2012-08-14 | Hora de creación: 21:52:00 | Ultima modificación: 00:22:23

El principal problema que tiene el caso de Mexicana de Aviación no es el juez, el conciliador, los inversionistas o los acreedores. El problema es la de confianza en las instituciones del gobierno, la certeza de que cualquiera que sea la declaración oficial en torno al tema, nunca será la verdad y que lo más probable es que la agenda oculta de la administración guarde nuevas sorpresitas, que tiendan a favorecer a los intereses de quienes en realidad causaron la situación que vive la aerolínea más antigua del país.

Expertos en aventar la piedra y esconder la , en desviar la atención de los verdaderos problemas y en crear crisis severas para resolver su falta de legitimidad, los agentes de este gobierno suelen profundizar en los conflictos para justificar su incapacidad (sólo hay que ver los resultados de la gestión blanquiazul). 

El problema no es que el juez Felipe Consuelo haya extendido más allá de un año el proceso de concurso. Si el beneficiario fuera un prominente de negocios cercano al régimen nadie se molestaría en señalar los plazos.

Lo de menos es si Vicente Corta se queda o no como interventor por parte de los acreedores del gobierno (ASA, AICM y Bancomext). La calidad moral o profesional del abogado no está en duda, lo que está en duda es que esos tres agentes gubernamentales realmente quieran que el tema de la aerolínea se resuelva.

Como ejemplo ahí está el caso Aviacsa que simplemente no despegó porque a un funcionario de cuarta no le dio la gana permitir que se cumplieran las resoluciones del juez de lo concursal en ese proceso. ¿A alguien en el gobierno le preocupó la situación? Por supuesto que no. Los empleos, la inversión privada nacional, el futuro de la aviación y hasta la de las operaciones, son asuntos que parecen no tener ningún interés para esta administración.

Y lo de menos, también, es si la nueva juez quiere hacer su trabajo. Igual se sembrará el de mil y un razones para que tropiece y, viendo las barbas de su antecesor, es previsible que no se meta en honduras… ¿qué juez querría ser removido a partir de darse cuenta de que la literalidad legal simplemente sirve para ocultar el inmenso fraude de que fueron objeto los contribuyentes mexicanos y los trabajadores de la aerolínea?

La pregunta en este momento es por qué después de 24 meses de que Mexicana dejó de volar las autoridades no han hecho nada para exigirle al poseedor de las acciones —Tenedora K, es decir esa entelequia que representa Jorge Gastélum, no Felipe Consuelo, no Gerardo Badín, no Vicente Corta, no los sindicatos de Mexicana— que cumpla con su obligación de que se preste el servicio público o devuelva las acciones.

¿Cómo es posible que alguien pueda medrar con las acciones de una concesión pública en las mismas narices de las autoridades que tienen la obligación de hacer cumplir la ley? ¿Qué, eso no es negligencia, extralimitación o no cumplir con sus funciones? ¿No debería Dionisio Pérez Jácome reclamarse a sí mismo la remoción inmediata de Felipe Duarte y sus funcionarios? Ruégate, Dionisio (capaz que se  resuelve más de un problema).

Y la otra –OBVIA- pregunta es ¿por qué nadie ha tocado a Gastón Azcárraga ni con el pétalo de una requisición judicial? Él recibió una empresa que tenía una concesión pública, a la que le fueron descontados los costos laborales, de donde él se benefició y después llevó a un estado de quiebra que ha sido demandada como presumiblemente fraudulenta, conducta que NADIE ha querido investigar. ¿Pues qué creen que los ciudadanos somos ciegos o tontos? ¿Hay que perseguir a un juez que amplía plazos para seguir investigando, pero no a quienes han tenido conductas que pueden constituir delitos y de las cuales se presentan pruebas? ¿Pues en qué país vivimos?

Con ganas de abonar a la resolución del conflicto ASPA busca trabajar con la nueva juez, el nuevo conciliador, el interventor. Con bastante desconfianza el sindicato de tierra se niega y los sobrecargos dudan. No hay nada que ayude más a la ineficiencia del gobierno que dividir a los trabajadores. Y es una pena, porque sólo ellos son capaces de sacar adelante a Mexicana.

Esta es la prueba de fuego para la administración que se está despidiendo, al menos en materia de aviación y de apego a la ley. Que no se olvide nunca lo que han hecho porque este es el sello distintivo de su verdadero rostro. Todo lo demás, es rollo
raviles_2@prodigy.net.mx