07 agosto 2012

DE LA COLUMNA DE ROSARIO AVILÉS

A la mala...
Rosario Avilés | Opinión
2012-08-07 | Hora de creación: 22:01:54 | Ultima modificación: 00:36:10

Como muchas cosas en este gobierno, el asunto de Mexicana de Aviación se ha hecho —y quiere resolverse— a la mala.

Hace años que, cuando el corporativo Cintra que agrupaba a Aeroméxico y a Mexicana con sus respectivas filiales se quiso vender en paquete, la Comisión Federal de , entonces presidida por Fernando Sánchez Ugarte, determinó que esa venta en grupo era una concentración indebida que iba en contra de las disposiciones en materia de competencia económica.

Por alguna extraña razón, el gobierno federal que nunca ha atendido las disposiciones y las recomendaciones de la Cofeco, esa vez decidió hacerle caso y el Instituto para la Protección del Ahorro Bancario (IPAB), vendió las de aviación por separado, con lo cual perdió muchos miles de millones de pesos y dejó en manos de Gastón Azcárraga el destino de la línea aérea de Latinoamérica, en una porción de menos del 20 por ciento de lo que hubiera costado la de venderla junto con su “hermana” Aeroméxico.

El experimento terminó siendo un verdadero fiasco. Según los “entendidos” —que cobraron millones por asesorar a los neófitos secretarios de Comunicaciones blanquiazules— el mercado mexicano “no daba” para dos troncales, con lo cual el más oscuro de los titulares de la SCT, Juan Molinar, permitió que Grupo Posadas usara y abusara de su papel de “dueño” de la empresa, que le exprimió hasta el último centavo y la dejó en situación de quiebra.

Incapaz de ejercer su papel de autoridad, Molinar consintió en que le transfirieran a una entelequia denominada “Tenedora K”, representada en la realidad por un tal “Gastólum” (¿Gastón-um?, ¿Gasté-lum? ) las acciones de la empresa más antigua de la región en la fabulosa cantidad de mil pesos y que éste a su vez dejara en tierra a la aerolínea sin que la SCT cumplieran con su papel (obligando a la empresa a volar o requisando, lo que la ley le permite y obliga).

Hoy, una vez cambiados los papeles con otros igualmente grises funcionarios, la SCT y sus dependencias se rasgan las vestiduras frente a un conciliador que ellos pusieron y frente  a un juez que actúa como las autoridades nunca lo han hecho. ¡Qué lamentable espectáculo de quienes se fingen indignados frente a estos dos y no lo hacen frente a las evidentes pruebas de fraude y deshonestidad del dueño de Mexicana! ¿Cuándo se han pronunciado porque el también ex dueño de Posadas comparezca y responda por todo el dinero que pidió y no pagó al erario público?

Si creen que los ciudadanos no se dan cuenta o que no se los reclamarán están equivocados: podrán simular ahora que están todavía en el poder pero terminarán respondiendo por su complicidad, tanto los funcionarios actuales, como los directores de Bancomext, ASA y el AICM, que prefieren pedir que un juez se vaya, a aceptar que ya llegaron a un acuerdo como acreedores y debieran pugnar porque se haga efectivo.

Mientras ello ocurre, las predicciones de la Cofeco respecto a la concentración de “poder de mercado” que quería impedir con la venta de las empresas de Cintra se está dando solita a través del crecimiento de Aeroméxico, aerolínea que trata de cubrir los huecos que dejó Mexicana y ya comienza a ampliar su cobertura tanto doméstica como internacional.

Para los tecnócratas fundamentalistas éste debería ser una lección del tipo: “a quien no quiere caldo, tres tazas llenas” (¿qué dirían Fischer y Dornbusch en ECO 1, Itamitas aplicados? ¿Qué diría el profesor Aspe, Dionisio y Felipe? ) ¿No deberían hacer honor a su “Alma Mater” y pugnar porque Mexicana regrese para impedir “concentraciones indebidas”? ¿O la congruencia es a veces sí y a veces no?

El asunto es que esa concentración se ha dado a la mala. Es decir, con sangre. Ha costado el empleo, la salud, la familia, los ahorros del retiro de 8,500 trabajadores. Ya sabemos que a los funcionarios eso les importa un bledo, pero los ciudadanos deberemos continuar señalándolo hasta que se haga justicia. Lo que está en juego no es la teoría económica sino la suerte de los trabajadores de la aviación, la rendición de cuentas de quienes abusaron de una concesión pública, la verdad que este país se merece frente al doble discurso de quienes se disfrazan de “preocupados” por la suerte del concurso mercantil, mientras permiten que se trafique con las acciones de Mexicana impunemente. ¿Pues qué no son autoridad, o sólo para algunas cosas?

Lo oí en 123.45: Mientras hacen planes para invertir 750 millones de dólares en nuevos aviones para la presidencia, el resto del sistema donde opera la aviación mexicana sigue en las mismas: poco presupuesto, ineficiencia, abandono, decisiones discrecionales. ¿Para qué queremos aviones de última generación cuando los equipos de tránsito aéreo tienen fallas, no se contratan más controladores, reprobamos las auditorías de OACI y la FAA, etc.? O sea: andamos presumiendo coche nuevo cuando no tenemos ni para la gasolina
raviles_2@prodigy.net.mx