09 abril 2012

DEL CORREO DEL BLOG

Retrasos en los vuelos de conexión, falta de coordinación en su logística y cambios constantes y repentinos en determinadas frecuencias, los reclamos más constantes



Sandra RODRIGUEZ

CANCUN, 8 de abril.- Un año y medio después de que Mexicana de Aviación dejara de operar las consecuencias de su ausencia aún las recienten incluso los que fueran sus competidores, coincidieron turisteros.

Al director de la Oficina de Visitantes y Convenciones, Jesús Almaguer Salazar, le queda claro que no hay suficientes asientos de avión y los que se ofrecen no siempre prestan el mejor servicio.

Se refirió en específico a Aeroméxico, convertida en aerolínea bandera de México, tras el cese de operaciones de Mexicana, y que durante ese tiempo ha acumulado quejas de sus clientes, incluso de años.

Retrasos en los vuelos de conexión, falta de coordinación en su logística y cambios constantes y repentinos en determinadas frecuencias son los reclamos de los que ha sabido, y que le han ocurrido incluso a mayoristas extranjeros, que traen al destino al 65 por ciento de su turismo.

“Me da la impresión de que Aeroméxico, no puede con la demanda”, dijo el turistero que no ha extendido un reporte de las incidencias negativas a la directiva de la aerolínea, por cierto, socia comercial de Cancún.

“Lo vamos a hacer”, concluyó el funcionario para quien el servicio se ha venido deteriorando desde la salida de Mexicana de los cielos, porque teniendo más mercado del que pueden atender no alcanzan a dar el servicio que los caracterizaba hace dos años.

Si bien el Grupo Aeroportuario del Sureste – opera la terminal aérea de Cancún – refiere que se han recuperado el 95 por ciento de las rutas que operaba Mexicana, los cierto es que para Sigfrido Paz, ex subsecretario de turismo no hay suficientes asientos de avión.

Su recomendación inmediata es trabajar con la SCT para abrir los cielos a aerolíneas interesadas en fletar viajes desde varias partes del mundo al Caribe mexicano, y que al día de hoy se ven limitadas por la política de cielos cerrados de la dependencia federal.