04 noviembre 2011

DEL CORREO DEL BLOG

Promueve director del AICM ante juzgado desalojo del MRO de Mexicana
El director del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México piensa que esa terminal aérea es de su propiedad.
Darío Celis



 

El gobierno calderonista en general y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en particular, no pueden seguir con la posición timorata que hasta ahora les ha caracterizado en el sector de la aviación.

Y es que son miles de consumidores los que tienen que padecer a diario tarifas excesivas y no pocos inconvenientes por la falta de una competencia real. Lo paradójico es que quienes debieran procurarles el bienestar se convierten en sus verdugos.

El caso de Héctor Velázquez es ejemplar. El director del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) piensa que esa terminal es de su propiedad. Hace lo que le viene en gana y no hay autoridad que le ponga un alto.

No vamos a hablar del vergonzoso estado en el que se encuentra el aeropuerto más importante del país. Tampoco del tráfico rampante de drogas que en él se da. Mucho menos de los apagones de hasta siete horas y de las peligrosas fallas en los radares.

La última hazaña de este mediocre, oscuro y por lo visto perverso personaje que gusta de charolear con la cercanía de Felipe Calderón, fue haber promovido un incidente de rescisión del contrato de arrendamiento que esa terminal tiene suscrito con Mexicana.

Hace exactamente una semana, el servidor público fue a pedirle al juez décimo primero de Distrito en Materia Civil que lleva el Concurso Mercantil del Nuevo Grupo Aeronáutico, que se corte la única fuente de ingresos que tienen algunos empleados de la compañía.

El responsable del AICM pretende cobrarle a Mexicana unos 43 millones de pesos por la renta de terrenos donde está asentada la base de mantenimiento.

Estamos hablando de 14 meses de adeudos que no están contenidos en la masa concursal.

 Lo curioso es que se lo pida al juez Felipe Consuelo Soto más de un año después, precisamente cuando se avizora una luz al final del túnel para unos ocho mil trabajadores y otros tantos miles de acreedores.

¿Para quién trabaja Velázquez, que se empeña en no permitir la competencia a Aeroméxico de José Luis Barraza, Interjet de Miguel Alemán y Volaris de Roberto Kriete? Y es que si usted sigue detenidamente el modus operandi de este señor, se dará cuenta de que maneja a su libre albedrío los activos del Aeropuerto de la Ciudad de México.

Permite la entrada a su feudo a unos y virtualmente echa a otros.

Primero bloqueó el regreso de Aviacsa, que todavía dirige Andrés Fabre, aun y cuando el nuevo grupo inversionista que encabeza Ramón Madero ya tiene un acuerdo mayoritario de Concurso Mercantil, y ahora evita el reinicio de Mexicana.

Porque tampoco hay que perder de vista que Héctor Velázquez también se apresuró hace unos días a cancelar la posibilidad de que esta última empezara a operar paulatinamente con vuelos chárter.

¿Quién le pone un alto al que ya muchos bautizaron como el peligro de la aviación mexicana?