22 junio 2009

DE LA COLUMNA DE ROSARIO AVILÉS

Opinión de
Despegues y aterrizajes(Rosario Avilés )

El síndrome de Hood Robin


Rosario Avilés Opinión Martes 23 de Junio, 2009 Hora de modificación: 22:02






Uno de los mejores negocios del mundo es venderle al gobierno mexicano consultoría para resolver el problema del transporte aéreo. De 1980 a la fecha han existido tres modelos que invariablemente han sido aplicados por los diferentes gobiernos y que, en síntesis, consisten en: mantener a las aerolíneas troncales juntas, separarlas y, en paralelo, acabar con la solidez del sector, alternativamente y —además— cobrando cantidades respetables por elaborar estudios que son refritos de los refritos con algunas adecuaciones de moda. Negocio redondo.

Lo increíble es que los sucesivos funcionarios llegan sin saber nada, compran a precio de oro lo que cualquiera que conozca de los miles de estudios que ya existen podría inventar en media hora, lo aplican, debilitan aún más a la aviación, se van y siguen tan campantes.

Algo así está sucediendo por enésima vez en nuestra sufrida aviación mexicana, ahora en la época del calderonismo, con la pequeña variante que ahora los trabajadores, que son quienes pagan los platos rotos —además de los contribuyentes— ya no tienen casi nada que aportar. Hoy les da por rebajarles mensualmente un día de salario y además el 10 por ciento adicional de lo que ganan "para apoyar" a la administración. Es una especie de Hood Robin, donde el procedimiento consiste en quitarle a los pobres para darle a los ricos con el consentimiento de los alguaciles y el beneplácito del monarca en turno.

El gobierno federal se hace el que "ya no quiere apoyar a las empresas privadas" en un sector que, desde luego, los funcionarios ni siquiera entienden para qué sirve en un contexto de competitividad global, y empujan hacia su solución favorita: crear una aviación de bajo costo que, ellos creen, les redituará muchos éxitos.

Lo que ignoran estos señores es que la aviación no puede ser de bajo costo como modelo general en un país, por la sencilla razón de que la aviación es cara: incorpora alta tecnología, de altísimo nivel y costo; implica grandes inversiones, mantenimiento constante, nuevas construcciones, adquisición de sistemas novedosos, personal especializado, etc. Todo ello cuesta y mucho.

En los países donde funciona bien (o sea, no en Centroamérica donde es necesario que se maten varios para alargar una pista mil metros), el modelo de aviación es tradicional porque esa aviación es la que paga los costos reales de la infraestructura. Luego, en los nichos que quedan, entran modelos de bajo costo, pero no son los preponderantes, sino los residuales. ¿Qué, no les enseñaron eso en el ITAM, Economía I, Dornbusch y Fischer, página 3?

Después de 15 años de intentar separar a Aeroméxico y Mexicana, por consejo de algún otro consultor, ahora los nuevos y pagadores funcionarios quieren volver a unirlas pero para achicarlas y darle espacio a su modelo de bajo costo que, en resumen y buen español, significa pagarles cada día menos a los trabajadores y que los "fees" de los altos directivos se abulten por el éxito obtenido. ¿Qué, la crisis económica no les está diciendo nada a los alumnitos de Harvard, MIT y Chicago? ¿No se dan cuenta que sin poder adquisitivo no hay mercados aunque la tarifa sea dizque barata porque pagan miserias a quienes hacen posible que existan los servicios?

Ahora se les pide a los trabajadores de Aeroméxico y Mexicana más sacrificios: reajuste de personal, pilotos y sobrecargos, para dejar espacio a las bajocosteras que no tienen sindicatos decentes. La idea es seguir creando mitos geniales (que es la definición de pobres de los neoliberales) que, sin empleo ni recursos, sigan poblando las calles como mano de obra del crimen organizado. Es un negocio redondo: los empresarios pagan cada día menos y el gobierno obtiene recursos para justificar su ineficiencia y pagar consultorías.

Esto no puede sostenerse por mucho tiempo.

raviles_2@prodigy.net.mx