Ocaso del sindicalismo (y desilusión laboral)
I.- En el periódico del millonario empresario Olegario Vázquez Raña (su hermano Mario, aunque menos millonario, también es dueño de 74 diarios que se editan en igual número de ciudades del país) se publica una entrevista al profesor de la Escuela Libre de Derecho y actual secretario del Trabajo y Previsión Social, porque Televisa no lo dejó ser titular de Comunicaciones y Transportes.I
I.- Se trata de Javier Lozano Alarcón (compañero de Calderón cuando ambos cursaron en la Libre de Derecho su profesión de abogados, y desde entonces amigos del alma encomendada a sus dioses). Y fue el reportero gráfico Iván Stephens quien nos obsequió una foto de Lozano Alarcón, cuando lo entrevistó Aurora Zepeda, para el matutino de la capital del país de ese Vázquez Raña.
III.- "De los 5 mil 774 sindicatos registrados... sólo mil 158 están activos y representan alrededor de 2 millones de trabajadores", reveló el titular de la dependencia, Javier Lozano Alarcón, en entrevista con Excélsior. Eso quiere decir que tenemos 36 millones de trabajadores, entonces 34 de ellos viven en el desamparo sindical y todo porque el sindicalismo laboral más que vivir sobrevive en su ocaso.
IV.- A esa decadencia se debe que los trabajadores del país estén a disposición de sus patrones y éstos abusan de ellos al imponerles condiciones leoninas en su contratación. La mayoría de las mujeres que laboran en los restaurantes y tiendas de servicio de Slim, el multimillonario, no están sindicalizadas. Les imponen horarios de entre 11 y 12 horas, con un salario mínimo, las vejan revisándolas casi desnudas para ver si no se llevan algo y las hacen pagar lo que se pierde.
V.- Las cadenas de tiendas de autoservicio, de firmas estadounidenses, francesas y españolas sin excluir las mexicanas, también impiden la sindicalización de sus empleados. Y todo para tenerlos en sus manos explotadoras. Los trabajadores en nuestro país están sin ninguna protección y por eso, de esos mil 158 sindicatos en activo, apenas 100 intervienen a favor de sus militantes y salen a la calle a protestar.
VI.- El mismo Lozano Alarcón, en su estancia reciente en Monterrey, ante la frustración laboral de los jóvenes, se hacía como que le dolía que no encuentren ellos plazas para las cuales se prepararon, no tanto como dijo por falta de orientación profesional y laboral, como porque tenemos un desempleo masivo por la falta de inversiones y competencia empresarial. Y eso que los calderonistas se autoproclamaron, para ganar votos, como promotores del empleo.
VII.- No hay empleo suficiente y las pocas plazas que se han ido generando son disputadas, cada una, por hasta cien desempleados, tengan o no una profesión. Y todavía el señor Lozano Alarcón asegura que "México produce una generación de gente frustrada, integrada por los muchos jóvenes que trabajan en actividades sin relación alguna con las carreras universitarias que estudiaron" (La Jornada: 16/III/07). Estudien o no, se gradúen o no, lo único cierto es que no hay empleo para la demanda actual.
VIII.- Si es que hay 36 millones de trabajadores, más cierto es que de una población ya rayando en los 104 millones, existen otros 30 millones que por necesidad quieren trabajar y no encuentran empleo, por eso es que la emigración a los mercados laborales estadounidenses y de Canadá es de cientos de miles cada mes, ya que en su país los empresarios no generan empleo y Calderón faltó a su palabra de llegar a ser "El presidente del empleo".
IX.- Se muere el sindicalismo defensor de los trabajadores y que presionaba para exigir más plazas, mientras las que existen son de salarios mínimos para la mayoría y los profesionistas hasta los desplazan porque aceptan lo que sea con tal de sobrevivir en la selva laboral que han creado los neoliberales de Salinas a Calderón, llevando a la población económicamente activa a la desilusión y la desesperación.
X.- Se encamina la nación a una encrucijada más, aparte de las políticas y sociales, como es la laboral. El desempleo es alarmante y los actuales salarios son de hambre, porque la riqueza está concentrada en un puñado de millonarios neoliberales y que la falta de competencia genera unas cuantas empresas con pocas ofertas de trabajo. Esto mientras agoniza el sindicalismo que antes luchaba por los trabajadores, y los gobiernos derechistas se duelen de que los jóvenes, con título o sin él, estén frustrados por la falta de empleo.
POR ESO, A DAR LA LUCHA, NO CEDEREMOS ANTE LAS PRESIONES DE NUESTRO PROPIO SINDICATO, RECUERDEN, NI UN PASO ATRÁS.
SALUDOS