Siguiendo
los pasos de su mentora
“La
verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”, dijo
uno de los más importantes autores de la historia romana, Marco Tulio Cicerón.
Existen muchas biografías de este personaje, pero todas coinciden en señalarlo
como un excelente consejero y guía. Al ser miembro destacado del Senado de la
República romana, fue el maestro y padrino político de muchos personajes a los
que la historia les tenía reservado un lugar especial.
En la
actualidad y en nuestro país, a nadie sorprenden los apadrinamientos políticos,
y el sindicalismo no es la excepción. Sin embargo, los tiempos que vivimos nos
obligan a poner especial atención en todos los detalles y circunstancias que
han estado a la vista de nosotros todo este tempo, pero que hoy adquieren especial
relevancia. Revisemos pues, lo que ha pasado en la ASSA de México, en su
historia reciente.
No
hace mucho tiempo que yo era una joven sobrecargo, y como muchos de nosotros, al
incorporarme a las filas de Mexicana de Aviación, desconocía quiénes eran los representantes
sindicales. Para subsanarlo, yo había acudido a las asambleas, pero me abstenía
de votar. Pude ver que se peleaban y que existían “bandos”, pero para mí todo
ese mundo era nuevo. La primera vez que pude ver frente a frente, y de cerca a
mi Secretaria General fue cuando intentó modificar los estatutos que nos rigen.
Ahí conocí a Alejandra Barrales; yo llegaba a “Coordinadora” (lugar dónde
firmábamos para ir a nuestros vuelos), y encontré a la representación sindical
en pleno, buscando los votos necesarios para modificar el estatuto, y así Alejandra
se pudiera reelegir para un tercer periodo.
Me
explicaron todos los beneficios que tenía que Alejandra se quedara tres años
más al frente del sindicato, porque además, ella había entrado a una diputación
plurinominal por el PRD, y podría comenzar a legislar a favor de los
sobrecargos. ¡Era el momento de que la voz del gremio aeronáutico llegara a San
Lázaro!, decían.
Por
mis antecedentes familiares, no creo en la reelección; soy de la idea que si ya
se terminó tu periodo de gestión, se acabó. Jamás he estado de acuerdo con los
liderazgos sempiternos. Razón por la cual fui una de las sobrecargos que votó
en contra de la posibilidad de que Alejandra Barrales contendiera por una
tercera ocasión. Mi estatuto fue y sigue siendo muy claro:” Artículo 64.-
Ningún Miembro podrá desempeñar el mismo puesto por más de seis años.” Dejo
imagen de los últimos estatutos certificados.
Tras
el fracaso de Alejandra Barrales para quedarse un tercer periodo, “apadrinó”
como candidata para la Secretaría General a su amiga del alma, Leticia Esther
Varela Martínez, conocida por todos como Lety Varela. Pero después de 6 años con
Alejandra al frente del sindicato, los agremiados a la ASSA ya estaban cansados
del grupo de “Barralistas”, así que esas elecciones fueron apoteósicas. La
Secretaría General y una tercera parte de la representación la ganó la
oposición, y Arturo Aragón quedó al frente de la organización sindical, el 1°
de febrero de 2001. Cuatro meses después, Julia Cabrera, recién nombrada Secretaria
de Previsión Social de ASSA, descubre unas irregularidades en el tema de los
Seguros que se tenían contratados en la Asociación. Para contarnos esta
historia, busqué una voz autorizada y protagonista en este caso. Agradezco
desde ahora la entrevista que de viva voz nos dio, y que ahora doy a conocer:
Ximena
Garmendia: Buenas tardes, ¿tú nombre, cargo en el sindicato y en qué fechas
estuviste laborando ahí?
Hugo
Castro Lozada: Buenas tardes, me llamo Hugo Castro Lozada, fui vocal del Tribunal
de Honor y Justicia del año 2002 al 2005.
X.G.:
¿Me cuentas la historia que hubo con el caso de las irregularidades con los
Seguros en ASSA?
H.C.L.:
Claro que sí, con mucho gusto. Mira, yo entré en el año 2002 como vocal del
Tribunal de Honor y Justicia, sin embargo, la entonces Secretaria de Previsión
Social, Julia Cabrera había denunciado ante la Comisión de Vigilancia, varias
irregularidades con respecto al tema de los seguros que se tenían contratados
en el sindicato, pero no se había podido hacer la investigación.
X.G:
¿Por qué es hasta el 2002 que se comienza a investigar esa consignación?
H.C.L.:
El Presidente de la Comisión de Vigilancia Javier Tinoco Balcorta, no pudo
hacer la investigación en el año que se hizo la consignación 2001, porque el
estatuto establece que cualquier investigación se tiene que hacer mínimo con
dos miembros de la Comisión, en ese tiempo estaban Sergio Loya y Leticia Varela
como Secretario y Vocal respectivamente, ambos amigos íntimos de Alejandra
Barrales. Es al año siguiente, 2002, que entra a la vocalía Mavi Bada en lugar
de Leticia Varela cuando se empieza a realizar los trabajos de investigación.
Una vez que concluyeron las investigaciones competentes, el expediente fue
turnado al Tribunal de Honor y Justicia.
X.G.:
¿Qué hiciste cuando les turnaron a ustedes el expediente?
H.C.L.:
Lo que hicimos fue una ampliación a la investigación, para posteriormente
convocar a asamblea y sancionar a los responsables. Ya que se había descubierto
que el agente de seguros Adrián Eduardo Abonce Salazar tenía 5 cuentas
aperturadas con Bancomer con documentación del sindicato. Se nos había dicho
que la póliza que se tenía con Inbursa no daba dividendos y nuestra sorpresa
fue encontrar que $5,654,588.50 (Cinco millones seiscientos cincuenta y cuatro
mil quinientos ochenta y ocho pesos, con cincuenta centavos) de dividendos
jamás entraron a las arcas de la Asociación Sindical.
X.G.:
¿Cuándo descubren que habían estado meses sin seguro de vida, cuáles fueron tus
sentimientos?
H.C.L:
Robado, burlado, me dio mucho coraje, era una burla para todos los sobrecargos,
porque se nos descontó por un seguro que no daba dividendos y cual va siendo la
sorpresa de que no era así.
X.G.:
¿Qué lograron en esa Asamblea?
H.C.L.:
Sancionar a los culpables. A la única que no pudimos darle una sanción porque
literalmente sacaron gente de sus casas para que fuera a votar a favor de ella,
fue a Leticia Varela, pero todos, incluida Alejandra se fue con seis meses de
sanción sindical.
X.G.:
Muchísimas gracias por la entrevista.
Lo
antes narrado sucedió hace ya 18 años. Gracias a valiosos testimonios como el
que acabamos de transcribir, y por la hemeroteca digital de algunos medios, es
que podemos recordarlo:
http://www.cronica.com.mx/notas/2004/149979.html, https://www.cronica.com.mx/notas/2004/152669.html, https://www.proceso.com.mx/538917/en-la-trayectoria-de-barrales-multiples-acusaciones-de-corrupcion
Sigamos
con otra cita de Cicerón: “No basta con alcanzar el conocimiento, es necesario
saber utilizarlo”. Y es aquí mis queridos lectores donde estamos obligados a
utilizar la información que tenemos a
nuestro alcance, y buscar la que nos es velada, para no repetir los errores del
pasado. Es de todos conocido que Ricardo Del Valle, actual Secretario General de
la ASSA de México, es ahijado político de Alejandra Barrales. La relación quedó
evidenciada al grado que en 2018 la sede sindical se convirtió en la segunda
casa de campaña.
Parece
que Ricardo Del Valle quiere seguir los pasos de su mentora, tratando de
colarse a la política electoral mexicana. Ya no de la mano de Barrales, que
salió bastante mal parada de la competencia por la CDMX en 2018, sino otra
amiga: Leticia Varela, también involucrada en el escándalo del fraude a los
Seguros de Vida. Dicen que la vida es cíclica y en estos tensos momentos, en
que los sobrecargos están padeciendo de rotaciones y mermas en sus ingresos, aparece
el fantasma de una nueva “irregularidad” en el horizonte. ¿El tema?, sí señores,
adivinaron: el Seguro de Vida de los sobrecargos.
La
defensa “a capa y espada” que ha hecho Ricardo Del Valle por cada uno de los
agremiados está documentada. No así la eficacia de sus medidas, pues si bien es
cierto ha aumentado el número de agremiados desde que llegó al Secretaría
General, en los últimos meses ha tenido hasta al 80% rotando y sin cobrar, y a
los que vuelan les han asignado secuencias o roles más bien ridículos. Los que
siguen esta columna saben que no es la primera vez que pregunto: ¿Por qué hacen
esto?
Una
posible respuesta, que debe convertirse en una línea de investigación que
llegue hasta sus últimas consecuencias aparece con la documentación que una
compañera sobrecargo me hizo llegar y que me pone a pensar, y definitivamente
genera una cascada de preguntas. Me comparte que a ella le descuentan por
Seguro de Vida la cantidad de $800.81 cada cartocena. Esta cantidad se lo
descuentan durante 26 cartorcenas, y si Pitágoras no miente, el costo anual de
dicho seguro es de $20,821.60
Esta
compañera sobrecargo, preocupada por la coyuntura de que dicho seguro está por vencer,
el tema de la rotación, y la emergencia sanitaria, no descarta la búsqueda de
opciones, y tener toda la información necesaria para tomar las mejores
decisiones. Por ello se dio a la tarea de pedir información al Sindicato.
Inexplicablemente la información le es negada. Entonces la compañera se
comunicó con la Compañía Aseguradora AXA, y dado que es información que le
pertenece al asegurado, el agente de Seguros José Antonio Gutiérrez Tejeda le informó:
el costo anual de la póliza del Seguro de Vida es de $9,347.90 pesos.
¡Rayos!
¿a dónde fueron a parar $11,473.16 pesos?, ¿dónde está todo ese dinero que
religiosamente fue descontado de la nómina de la sobrecargo?, ¿están en la
misma situación el resto de trabajadores? Estamos hablando de que le
descontaron más del 100% de lo que cuesta la póliza, según información de la
aseguradora. No es poca cosa.
Calculadora
en mano, multiplicamos esa cantidad faltante ($11,473.16) por 2,728, porque esa
es la cantidad de sobrecargos que tiene Aeroméxico, según palabras de Ricardo
Del Valle, en entrevista con César Arellano, del periódico La Jornada, el día
11 de septiembre del presente año, y la cantidad resultante es
la friolera de $31,298,780.48.
Empecé
diciendo que “La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el
silencio”, y es que las dudas que genera esta información son desorbitadas.
En estos momentos en que muchos sobrecargos de Aeroméxico están, literalmente,
pasando hambres y limitaciones, lo menos que podemos exigir es que el Sindicato
aclare de forma pronta y expedita esta situación, y no que se les niegue
información como si fuera secreto de estado. La representación sindical se ha
visto de lo más insensible, pues mientras ellos perciben de manera íntegra sus
emolumentos, los sobrecargos han estado manifestando su hartazgo a rotar, esto
es, dejar de volar sin cobrar su sueldo.
Por
supuesto existen las excepciones que confirman la regla, pero la gran mayoría
de los sobrecargos, me consta, son empáticos y se dan cuenta que esta crisis
sanitaria no tiene antecedentes. Pero no puede jugarse con algo tan sagrado
como el salario. ¿Por qué se niega esa información, que le pertenece al
agremiado? ¿por qué la aseguradora informa un costo menor de la póliza del
seguro de vida?
El
Sindicato ya tuvo una experiencia fatídica con el mismo tema hace 18 años. Sabe
perfectamente que es un asunto que debe manejarse con la mayor pulcritud,
honestidad y transparencia posible, ¿o acaso estamos ante un caso en que el
alumno Ricardo Del Valle, pretende superar a su mentora Alejandra Barrales? A
todos nos interesa que se aclare. A los sobrecargos de Aeroméxico les toca
exigir cuentas, y a la representación sindical rendirlas.
Ximena Garmendia
13 de septiembre 2020