12 julio 2020

Mexicana de Aviación, cumplimos 99 años ¿No qué no?


  Mexicana de Aviación, cumplimos 99 años ¿No qué no?

 ¡El día de hoy cumplimos 99 años! Y como rezaba uno de los aviones de Mexicana de Aviación, hoy pregunto “¿No qué no?”. A pesar de que han intentado borrarnos del imaginario colectivo, esto no ha sido posible. Ustedes recordarán, de manera anecdótica, que cuando llegó el primer vuelo de Aeroméxico con insumos provenientes de China para enfrentar el COVID19, el reportero Carlos Guerrero emocionado dijo al aire en Foro TV “Muchísimas gracias, muy buenas noches, pues será en unos minutos más que aterrice este avión, el operado por Mexicana de Aviación…” santo gazapo, el avión era evidentemente de Aeroméxico, pero de eso no se percató el reportero.



El 12 de julio de 1921, Compañía Mexicana de Transportación Aéreo, comienza actividades con 4 aviones Lincoln Estándar de cabina abierta, siendo la primera ruta, México-Tuxpan-Tampico. Con la grandiosa capacidad de transportar un pasajero, más 50 kilos de carga.


Mexicana pasó por todo, al grado que en los años 70 fue considerada la “aerolínea milagro”, gracias a dos personajes fundamentales: el Ing. Crescencio Ballesteros Ibarra y Don Manuel Sosa de la Vega.

Es la cuarta aerolínea más antigua del mundo; primero fueron KLM, Avianca, Qantas y después Mexicana de Aviación.


No importa que el 4 abril de 2014 declararon la quiebra de la empresa, pues es una resolución que sigue sin causar estado, por lo tanto, los trabajadores nos encontramos en un limbo jurídico, más que complejo.

Lo que quiero resaltar, es la forma como la empresa nos inculcó el amor por ella, porque siempre nos dijo que éramos (somos) la “gran familia Mexicana”; era curioso pero al planear, en mi caso, tripulaciones integradas, desde que salíamos a nuestro vuelo, teníamos la certeza que íbamos a terminar los mismos, por lo cual se generaban lazos entre los tripulantes, generalmente muy solidarios entre nosotros.


Y es que la visión de la empresa, graneada por Don Manuel Sosa de la Vega y el Ing. Crescencio Ballesteros Ibarra, era que no se nos tratara como simples empleados, sino como una gran familia que ama la aviación. El resultado es que todavía la gente que le tocó vivir esa época, cuenta sus anécdotas, entrañables  y muy enriquecedoras.

Puedo decir, que a pesar de no haber vivido los años dorados de Mexicana de Aviación, sostengo altiva mi cabeza muy orgullosa al decir “soy sobrecargo de Mexicana de Aviación”, porque lo sigo siendo, hasta que no me liquide la empresa.


Y sí, seguimos vivos mientras las rutas y los slots propiedad de Mexicana sigan surcando los aires. Evidentemente son otras aerolíneas las que realizan esos vuelos, pero gracias a ellas, nosotros, seguimos vivos, en un limbo legaloide, pero vivos.


Llegamos ya a 99 años, un número que tiene mucha historia en su haber. Podría decirse que somos casi casi patrimonio de la humanidad, y que ninguno de los gobiernos de nuestro país, sin importar el partido político del que hayan emanado, nos han dado la importancia que tenemos. Ni como la aerolínea bandera que fuimos, ni como instrumento de conectividad del pueblo mexicano dentro del país y allende las fronteras, mucho menos como fuerza laboral que lleva diez años exigiendo justicia y la salvaguarda de los derechos adquiridos.

Tan sólo decirles que mucha de la infraestructura aeroportuaria, ahora propiedad primordialmente de españoles, fue construida por Mexicana de Aviación. Lugar al que llegaba la empresa, lugar en el que construía un aeropuerto.

Nunca olvidaré que comencé a volar en 1998, en abril para ser exactos, y uno de mis primeros vuelos fue a San José, California. Éramos la única aerolínea internacional que llegaba a dicha ciudad de Estados Unidos; cuando llegamos, no había posición de contacto, así que llegó la escalera mecánica y a bajar con las maletas, para subirnos a un camión que nos llevaba a una casita; sí, casita de madera como de esas que los niños usan con piezas ensambladas. Ahí era migración y aduana.

Hoy busquen una imagen del aeropuerto de San José California, y nada que ver con lo que nos tocó vivir. Gracias a los paisanos y a Mexicana de Aviación, se volvió un señor aeropuerto. Por cierto, ya arriban más aerolíneas internacionales a dicho lugar. La anterior es solo una pequeñísima muestra de la importancia que tuvo en el pasado Mexicana de Aviación y que podría seguir presente en el futuro.


Cuando entré a volar, cada uno de los aviones tenían un nombre, generalmente el de un estado de la república. Para nadie será extraño y seguramente recordarán que nuestra competencia (Aeroméxico) pregonaba a los 4 vientos que jamás tendríamos aviones Boeing 757. Cuando llegaron los primeros tres a nuestra empresa lo nombraron “No que no”, “Sí que sí” y mi consentido “Vamos por más” y parafraseando el nombre, yo creo que, en este caso, mi empresa va por más, porque la primera, siempre será la primera. ¡Felices 99, Mexicana de Aviación!

Ximena Garmendia
 12 de julio 2020