MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN/
En la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México (ASSA) se cocina un cacicazgo cuyas consecuencias resentirá el sistema aéreo comercial, porque en esto del charrismo sindical un grupo se apodera del control gremial en soslayo de la democracia y, por ende, de beneficios y aspiraciones de sus integrantes que, al final del día, laboran bajo las directrices poco éticas de sedicentes líderes.
Algo debe hacer la autoridad laboral para desactivar un problema en proceso de cocción, a riesgo de que mañana la inconformidad trascienda a contrario sensu de la línea presidencial que dispone hablar de las cosas buenas y que los secretarios del Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete Prida, y de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, tengan enfrente un conflicto que complique a la transportación aérea y, por supuesto, a las terminales aéreas.
Porque los agremiados de ASSA, en demanda de que el cacique en proceso de creación, Ricardo del Valle Solares, sea detenido en sus apetitos de poder, prestan su servicio en el aire, a bordo de las aeronaves, pero ejercen sus derechos en tierra. Y cerrar aeropuertos no es una buena idea pero sí un mecanismo de presión para que la autoridad voltee a verlos y revise la documentación que fundamenta sus demandas. Veamos.
¿Sabe usted quién es Ricardo del Valle Solares? Es el actual secretario General de la ASSA y está por cumplir el segundo periodo en el cargo, pero merced a un mecanismo de sobrada ilegalidad en la reforma de sus estatutos, pretende extenderse tres años más en el cargo.
La reelección está acotada en la ASSA, mas una reforma impulsada por un grupo minoritario, por supuesto afín a Del Valle, le otorga el tercer periodo en la secretaría General. ¿Cacicazgo impulsado por el apetito de poder? ¡Por supuesto! Aunque ello le importa un pito a Del Valle, porque su cacicazgo es primero, el poder es el poder y que se jodan los agremiados. ¡Nueve años en el cargo! Está por cumplir seis.
Y qué tal si luego le dan ganas de otros tres y, en consonancia con la praxis de personajes como Fidel Velázquez Sánchez y Francisco Hernández Juárez, ya entrados en gastos, el cargo se vuelve a perpetuidad “porque los trabajadores lo demandan”, muletilla oratoria de estos prohombres del sindicalismo mexicano. Del Valle no es la excepción.
Pero, hay que hacer un alto en esta ruta seguida por Del Valle Solares y Adoración E. González Gamino Guerrero, quienes han operado una reforma estatutaria y dejan en estado de poca certeza jurídica a los agremiados de la Asociación Sindical, pues el acuerdo debe reflejar la investigación y el razonamiento vertido por los miembros del Comité Ejecutivo para promover convicción y por supuesto contemplar que la propuesta de reelección no sea por naturaleza contraria a los estatutos de la Asociación, y con ello determinar la viabilidad de una medida integral de modificaciones al estatuto de ASSA.
¿Le habrán dado gato por liebre al secretario Navarrete Prida?, porque ahora resulta que él y la autoridad en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje no atienden solicitudes de los sobrecargos sindicalizados para evitar un conflicto de graves consecuencias, derivado de este desmedido apetito de poder.
Por todo esto y más, de acuerdo con el desplegado que circuló el pasado fin de semana, un grupo de sobrecargos inconformes solicitan apoyo para frenar estas arbitrariedades y mantener la sana democracia en la Asociación Sindical, “así como la tranquilidad de los trabajadores que somos agremiados a ella”.
Así, solicitan “se declare no procedente el acuerdo emanado de una asamblea y su anulación, exponiendo lo que establece claramente nuestro estatuto en vigor, ya que los medios internos para la vigilancia de estos procesos se encuentran coludidos con el actual secretario general.
“Requerimos –acotan los inconformes y con toda razón a los secretarios Navarrete Prida y Ruiz Esparza, así como a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje–su ayuda para que se lleven a cabo las investigaciones necesarias de los hechos expuestos y en su caso exigirles definiciones sobre la irregularidad provocada de las acciones del actual secretario General, Ricardo del Valle Solares, las cuales ponen en riesgo la equidad y estabilidad presente y futura de la asociación”.
Puntualizan que, aun cuando saben se debe respetar la autonomía y la libertad sindical, “confiamos en que las autoridades competentes no permitirán que se cometan semejantes atropellos a los miembros de un sindicato democrático como lo es la ASSA de México”.
El desplegado, cuya responsable es Deyanira Vite A, recuerda que en ASSA hay un proceso electoral para la elección del Grupo II de nuestro estatuto en vigor que, como el mismo lo mandata, comprende del 1 de octubre al 11 de noviembre del presente año.
Pero este proceso ha caminado entre lo ilegal y la ambición de poder, tanto que el pasado 1 de este mes, el Comité Ecutivo de la Assa de México emitió a la planta de agremiados convocatoria para asistir a Asamblea General Extraordinaria a celebrarse el 4 de octubre de 2016, en donde se establece en el punto II del orden del día “informar y aprobar la propuesta de reforma estatutaria en transitorio único para que la Secretaría General en turno pueda registrarse para las próximas elecciones por el periodo comprendido del 1 de febrero del 2017 al 31 de enero del 2020 de conformidad a lo que establece nuestro estatuto en vigor”.
LA ILEGALIDAD. Al instalarse la asamblea, la Comisión de Vigilancia dio una lista de asistencia de más de 500 asistentes que no fue cotejada fehacientemente. Iniciado el punto II, el secretario General, Ricardo del Valle Solares, utilizó el momento para hacer proselitismo con sus “logros” y comentó que cualquier decisión se puede tomar en una asamblea de acuerdo a la reforma estatutaria de 2001, lo que es totalmente falso, sin dar oportunidad a la mayoría de quienes pedían la palabra para hacer alguna intervención en la asamblea. Hubo agresiones verbales y físicas a los asambleístas que deseaban opinar sin que el secretario General o la Comisión de Vigilancia buscara mantener el orden.
En fin. El caso es que Del Valle Solares tomó la votación y, sin hacer caso de comentario alguno, dio un número irreal de votos a favor. Incluso, a pesar de que el procedimiento estatutario no permite las cartas poder para este tipo de votación, estas fueron tomadas en cuenta, pero no revisadas y contadas, es decir, se dio una cantidad de cartas poder A FAVOR de la reforma estatutaria.
Lo peor del caso es que, con fecha 10 de octubre, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social determinó procedente la reforma estatutaria que avala una reelección rumbo al cacicazgo, sin tomar en cuenta los escritos que, con anteriodidad, le enviaron para su revisión y en su caso aprobación. ¿Dio Navarrete Prida luz verde a la construcción del cacicazgo de Del Valle Solares en ASSA? O le dieron gato por liebre. Vaya usted a saber, pero la mayoría de sobrecargos sindicalizados no tardará en asumir esas medidas que llaman la atención del gobierno. Conste.