23 septiembre 2015

DEL CORREO DEL BLOG

Lo que mató a Mexicana hace cinco años

Por:
Juan A. José
Archivado en:  | Al vuelo | Mexicana de Aviación | Mexicana MRO | Tuxpan
Hace unas semanas recorrí la región de Tuxpan, Veracruz, y no pude dejar de imaginarme uno de los aviones Fairchild FC-2 de la compañía Mexicana de Aviación haciendo escala en este puerto, en ruta a la Ciudad de México, procedente de Tampico, hacia 1928. Y es que la zona petrolera del Golfo de México fue la cuna de esta icónica aerolínea que un 28 de agosto de 2010 dejó de operar.
No faltan manifestaciones visibles y no siempre agradables de lo que fue esta gran escuela de generaciones enteras de profesionales de nuestra aviación comercial para recordarla: hangares, mostradores , oficinas, edificios y vehículos diversos abandonados, pero aun ostentando su marca y logotipo, como los portan esos Airbus A320 estacionados desde entonces en la plataforma de su base de mantenimiento en el aeropuerto de la Ciudad de México, hoy en día conocida como el MRO de Mexicana, que afortunadamente sigue funcionando.
Los aniversarios invariablemente lo llevan a uno a la reflexión. Este en particular, el quinto, no fue la excepción; solamente quien alguna vez formó parte de Mexicana, en especial en los tiempos en los que Don Manuel Sosa de la Vega la dirigía, puede entender por qué nos ha dolido tanto verla morir, y más, como lo ha hecho.
Si bien todas las empresas corren el riesgo de cerrar, algo que nunca va a resultar agradable, la de Mexicana fue una muerte vergonzosa para un país al que tan dignamente y profesionalmente representó por más de ocho décadas en el concierto del aerotransporte internacional.
Me da la impresión que a esta empresa no la mató el mercado como suele suceder, sino que dejó de operar y terminó por estar sujeta a un proceso de liquidación, debido a la manera en la que a veces se hacen las cosas en México.
Lo he dicho entes en este mismo espacio: El tema Mexicana ya no es materia de aeronáuticos, sino de abogados especializados en quiebras, que por cierto deben ser muy buenos para tratar de resolver el complejo rompecabezas en el que se ha convertido el asunto, en el que por cierto, todos los involucrados, en menor o mayor medida han perdido algo, comenzando por las familias que se quedaron no solamente sin empleos y salarios, sino además, sin ahorros, pensiones y tranquilidad.
No cabe duda, algo de fondo tiene que cambiar en nuestro país para que casos como el de Mexicana no vuelvan a ocurrir.
Convencido de que Mexicana volverá a volar, hago votos para que muy pronto prevalezca la justicia y lo que quede de la aerolínea sirva para reparar, si quiera un poco, el daño que miles de personas han sufrido.
Mientras tanto, va mi recuerdo a la que alguna vez fue mi casa, en el quinto aniversario de aquél día en el que literalmente, le cortaron las alas.
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