15 julio 2014

DEL CORREO DEL BLOG

Empresa

POR: ALBERTO BARRANCO


Bajo el amparo de la interpretación sesgada de una resolución del Octavo Tribunal Colegiado en Materia Laboral, Aeroméxico está desacatando una orden que le obliga a igualar salarios y prestaciones de 300 trabajadores de vuelo de nuevo ingreso con los anteriores, lo que revive la posibilidad de huelga. El desacuerdo con la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación es una secuela más del Conflicto Colectivo de Naturaleza Económica planteado por la principal empresa aérea del país hace dos años. Como recordará usted, la requisitoria prevista por la Ley Federal del Trabajo cuando una firma considera que su contrato colectivo de trabajo coloca en peligro su viabilidad, se resolvió con un laudo a favor de la solicitante. Emitido éste el 20 de agosto del año pasado, se permitía la posibilidad para trabajadores de nuevo ingreso de aplicarles una suerte de contrato B, en cuyo escenario se les reducía en 60 por ciento la percepción; se anulaban algunas prestaciones, y se incrementaban las horas de trabajo. Impugnado éste por el organismo sindical, en afán de evitar un precedente en un escenario en que el mecanismo se había utilizado sólo cuatro veces en la historia, una de ellas frente al conflicto de las empresas inglesas y estadounidenses que explotaban el petróleo del país en 1938, hete aquí que el seis de diciembre del propio 2013, la Junta de Conciliación y Arbitraje declaró suspendidos los efectos del laudo, en tanto se ventilara el procedimiento judicial planteado por ASSA. La sorpresa, sin embargo, es que días después el propio organismo metería reversa. Ante la inexplicable maniobra, el sindicato recurrió al Tribunal Colegiado, quien decretó la validez de la primera resolución dictada y avalada por el presidente de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje. El pasado dos de julio ésta le pidió a Aeroméxico acatar la sentencia. Sin embargo, la empresa le dio otra interpretación a ésta, asumiendo que permitió dejar las cosas como están, es decir, aunque le ponía un paréntesis al futuro, se mantenía vivo el contrato B bajo el cual se habían contratado, a partir de septiembre del año pasado, a 300 trabajadores. Urgida la empresa por ASSA para abrir una mesa de trabajo que permitiera negociar la incorporación de los nuevos sobrecargos al escenario del contrato original, la respuesta la planteó el director Ejecutivo de Talento y Relaciones Institucionales de Aeroméxico, Sergio Allard Barroso. Textualmente, tras señalar que la empresa es y siempre ha sido respetuosa de las decisiones de los trabajadores y de las autoridades laborales del país, el funcionario señaló que la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje ordenó, entre otras cosas, “manténganse las cosas en el estado en que se encuentran hasta el día de hoy, en consecuencia los sobrecargos (de nuevo ingreso) les aplican los términos y condiciones laborales en que fueron contratados”. La paradoja del caso es que Allard Barroso invita al sindicato a instalar las mesas de trabajo que resulten necesarias “con el fin de alcanzar un acuerdo de fondo sobre el asunto”. El desencuentro llega en momento en que las relaciones entre el sindicato y la empresa, tras varias amenazas de huelga por violaciones contractuales, se habían normalizado. Como usted sabe, el punto final del asunto lo pondrá en la mesa la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien ha ejercido ya su poder de atracción. Por lo pronto, el escenario es idéntico al que se planteó en su momento cuando Mexicana de Aviación recurrió al esquema de Conflicto Colectivo de Naturaleza Económica, obteniendo también un laudo favorable… que frenó en aquel entonces el Décimo Tribunal Colegiado en Materia Laboral. Aeroméxico en desacato.
AEROMÉXICO EN DESACATO