Opinión de (Rosario Avilés) |
¿Para qué queremos una aviación más grande?
Mucho se ha insistido en el enorme crecimiento que se espera en la aviación mundial para los próximos 15 a 20 años. Las cifras de la Asociación Internacional de Aviación Civil (IATA), de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), y de las armadoras de aviones, como la europea Airbus, coinciden en que hacia el año 2032 el tráfico aéreo se habrá doblado para pasar de transportar 3,200 millones de personas al año a más de 6,000 millones.
El cálculo está basado en las propias cifras del Banco Mundial que, aunque se revisen trimestralmente y puedan variar en algo, mantienen constante el hecho de que hoy en día hay 7,200 millones de personas en el mundo, de las cuales alrededor del 32 por ciento pertenece a lo que se llamaría la clase media, mientras que en el 2032 se calcula que habrá unos 8,400 millones y casi las dos terceras partes serían de clase media.
Este crecimiento implica, a su vez, que tanto el número de aeronaves como el de aeropuertos y el de personal técnico aeronáutico deberá crecer en la misma proporción y que si actualmente tenemos alrededor de 40 megaciudades “aéreas” (es decir, ciudades que poseen aeropuertos de gran envergadura) desde las cuales hoy se gestiona el 93 por ciento del tráfico aéreo (es decir, más de 10,000 pasajeros en viajes de largo alcance), para el 2032 deberemos tener 89 de éstas, capaces de gestionar el 99 por ciento de dicho tráfico, según previsiones de Airbus (no se incluye el tráfico doméstico).
Sea como sea, América Latina destaca como un actor importante, pues se estima que en estos años se requerirán más de 2,300 aeronaves de más de cien asientos para esta región y de ellas unas 600 serían para México, desde donde se maneja un 16 por ciento del tráfico regional. Además, hay noticias interesantes, pues Airbus anunció que establecerá un centro de adiestramiento de tripulaciones con Volaris.
Sin embargo, en estos años recientes el crecimiento de la aviación mexicana ha dejado qué desear. El crecimiento de la flota aérea nacional en 20 años ha sido del 60 por ciento, pero la flota comercial sólo ha crecido 20 por ciento, al pasar de 253 aeronaves en 1993 a 318 en el 2013.
Una de las primeras preguntas que viene a cuento es si México está en inscrito en el nuevo panorama como un actor importante. La respuesta es no. No por ahora, pero PUEDE ser que en el futuro logremos figurar en este mapa, aunque para ello habría que plantearse CÓMO le haremos y PARA QUÉ querríamos estar ahí.
Y es que, más que regodearnos en el hecho de que podríamos estar ahí, también es importante saber que si esto sirve para que nuestro personal técnico aeronáutico tenga más y mejores empleos; para que nuestros usuarios tengan acceso a servicios aéreos de calidad; para que la industria del transporte aéreo genere divisas para nuestro país y derrama para otras ramas productivas como el turismo, el comercio, los negocios y más.
Para que ello sea una realidad se necesita planeación, se necesita estrategia, se necesita política pública. Así como para ganar en el futbol se necesita más que mucho corazón, para ganar en las ligas de la aviación se necesita cabeza, se necesita —como para volar— rumbo, altura y velocidad. Nos urge.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx
El cálculo está basado en las propias cifras del Banco Mundial que, aunque se revisen trimestralmente y puedan variar en algo, mantienen constante el hecho de que hoy en día hay 7,200 millones de personas en el mundo, de las cuales alrededor del 32 por ciento pertenece a lo que se llamaría la clase media, mientras que en el 2032 se calcula que habrá unos 8,400 millones y casi las dos terceras partes serían de clase media.
Este crecimiento implica, a su vez, que tanto el número de aeronaves como el de aeropuertos y el de personal técnico aeronáutico deberá crecer en la misma proporción y que si actualmente tenemos alrededor de 40 megaciudades “aéreas” (es decir, ciudades que poseen aeropuertos de gran envergadura) desde las cuales hoy se gestiona el 93 por ciento del tráfico aéreo (es decir, más de 10,000 pasajeros en viajes de largo alcance), para el 2032 deberemos tener 89 de éstas, capaces de gestionar el 99 por ciento de dicho tráfico, según previsiones de Airbus (no se incluye el tráfico doméstico).
Sea como sea, América Latina destaca como un actor importante, pues se estima que en estos años se requerirán más de 2,300 aeronaves de más de cien asientos para esta región y de ellas unas 600 serían para México, desde donde se maneja un 16 por ciento del tráfico regional. Además, hay noticias interesantes, pues Airbus anunció que establecerá un centro de adiestramiento de tripulaciones con Volaris.
Sin embargo, en estos años recientes el crecimiento de la aviación mexicana ha dejado qué desear. El crecimiento de la flota aérea nacional en 20 años ha sido del 60 por ciento, pero la flota comercial sólo ha crecido 20 por ciento, al pasar de 253 aeronaves en 1993 a 318 en el 2013.
Una de las primeras preguntas que viene a cuento es si México está en inscrito en el nuevo panorama como un actor importante. La respuesta es no. No por ahora, pero PUEDE ser que en el futuro logremos figurar en este mapa, aunque para ello habría que plantearse CÓMO le haremos y PARA QUÉ querríamos estar ahí.
Y es que, más que regodearnos en el hecho de que podríamos estar ahí, también es importante saber que si esto sirve para que nuestro personal técnico aeronáutico tenga más y mejores empleos; para que nuestros usuarios tengan acceso a servicios aéreos de calidad; para que la industria del transporte aéreo genere divisas para nuestro país y derrama para otras ramas productivas como el turismo, el comercio, los negocios y más.
Para que ello sea una realidad se necesita planeación, se necesita estrategia, se necesita política pública. Así como para ganar en el futbol se necesita más que mucho corazón, para ganar en las ligas de la aviación se necesita cabeza, se necesita —como para volar— rumbo, altura y velocidad. Nos urge.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx