11 junio 2014

DEL CORREO DEL BLOG

Ruiz Esparza sabotea al presidente Peña

JOSÉ ANTONIO ORTEGA
11/06/14 5:00 AMJosé Antonio  Ortega
Tiro libre

Enrique Peña es el presidente peor posicionado en la opinión pública entre todos los presidentes en sus primeros 18 meses de mandato, según las encuestas, y la razón es simple: varios de sus colaboradores hacen todo lo posible por "mover a México" sí, pero al despeñadero.

De entre de esos colaboradores, con los cuales el presidente Enrique Peña Nieto ya no necesita enemigos, destaca el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza. Su más reciente contribución al deterioro de la imagen del gobierno y del partido al cual pertenece (junto con el Presidente), así como al malestar de la población, es haber cambiado la ruta de aproximación de los aviones al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).

Con esto, Ruiz Esparza y el Director General de Aeronáutica Civil, Alejandro Argudín, hicieron en donde no había problema, uno muy grande. Y lo fabricaron solitos, sin ayuda de nadie ¡Felicidades!

Por decisión de este par, a partir del 15 de mayo de 2014 la ruta de aproximación de los aviones al AICM pasó de la radial 160 a la 170. La consecuencia es que cientos de miles de habitantes del poniente del Distrito Federal de pronto se vieron sumidos en el ruido más de 2 mil aeronaves que pasan diariamente sobre sus casas que ha convertido su vida cotidiana en un infierno.

El pretexto para semejante atrocidad es que con el cambio, supuestamente, se aumenta la seguridad del aterrizaje de los aviones en el AICM. Pero ¿acaso hasta antes del 15 de mayo veíamos desplomarse aeronaves por el uso de la radial 160? ¡NO! La verdadera razón del cambio, según tuvo que admitir Alejandro Argudín, es que las líneas aéreas se ahorran unos pesos en combustible. De eso se trata todo: de favorecer económicamente a un puñado -sus cuates- al precio de fastidiarle la vida a cientos de miles de capitalinos.

Los servidores públicos están para eso: para servir a los gobernados. Pero en México es demasiado pedir que cumplan con su obligación. Por tanto no queda otra que apelar a sus intereses políticos. Entonces, presidente Peña: ¿cree usted que con acciones como ésta su partido se verá beneficiado electoralmente?


Tenga seguro, señor Presidente, que los ciudadanos sabrán cobrarle al PRI este y otros agravios de su gobierno.