21 abril 2014

DEL CORREO DEL BLOG

A trabajadores de Mexicana les cortaron las alas

Ganaban 100 mil pesos al mes y ahora padecen la escasez de empleo.

Ganaban 100 mil pesos al mes y ahora padecen la escasez de empleo. Eran pilotos de la aerolínea y tras su quiebra su vida cambió; han pensado hasta en el suicidio tras no tener dinero

Fue un 28 de agosto del 2010, cuando por última vez un avión de Mexicana de Aviación surcó los aires. Después de tres años y ocho meses, el pasado 4 de abril, la empresa fue declarada en quiebra.

Así fue como a  más de ocho mil 650 trabajadores les cortaron las alas.

Han pasado penurias, problemas económicos que los han llevado a la depresión, a pensar en quitarse la vida. A cambiar radicalmente de trabajo para subsistir. A desnudarse, como una manifestación pacífica para que les paguen sus salarios y les restablezcan sus fuentes de empleo.

Detrás de la suspensión de actividades de la empresa en el gobierno de Felipe Calderón, de la orden de aprehensión librada contra el otrora dueño de la empresa, Gastón Azcárraga, y de la quiebra, en este sexenio; estos son algunos rostros de Mexicana de Aviación, en exclusiva para Excélsior.

El capitán Rafael Suárez Rivero fue piloto durante 32 años en Mexicana de Aviación.

Después de ganar  alrededor de 100 mil pesos al mes –sueldo promedio en ese entonces de un piloto–, llegó el momento en que no tenía una sola moneda en su cartera. Así empezó lo que él mismo denomina como una historia de pérdidas y dolor que lo han llevado a pensar en morirse.

"Sí pensé en quitarme la vida, puede ser que sí. Cuando tienes todo y de repente no tienes nada: dices: ‘me quiero morir’. En estos tres años he llorado y hace mucho que no lloraba; he llorado y me  he sentido impotente. Y eso es lo peor, cuando  ves a tu familia y ves que ya no tienes la capacidad que tenías antes es cuando te desesperas y cuando cunden las lágrimas”, confiesa el piloto con voz entrecortada.

Con más de 18 mil horas de vuelo y considerado uno de los primeros pilotos que realizaron vuelos internacionales, el capitán Suarez Rivero señala que, debido a su edad, nadie lo contrata como piloto y esta situación lo ha llevado a vender casi todas sus pertenencias para mantener a su familia.

"He mandado 32 currículums y sólo me contestaron uno, dándome las gracias. Sólo quieren pilotos jóvenes. Me dediqué un tiempo a la publicidad. Renuncié. Y mi esposa tuvo que empezar a dar clases de yoga para ayudar a la familia. No me da pena decirlo, vivimos de lo que ella gana”, relata.

Además de su sueldo, como piloto recibía vales de despensa más de tres mil pesos al mes y apoyo de gasolina para trasladarse. Hoy para llevar parte del sustento a su familia, recibe una despensa que le brindan sus compañeros pilotos de  Aeroméxico.

Con la barba sin rasurar, de playera y pantalones de mezclilla, situación que contrasta con las fotos que nos muestra cuando piloteaba aviones, el capitán habla de su depresión: “Vivo  en un ostracismo, no quiero ver a  la gente, no me interesa nada. Ya lo perdí todo, vivo al día”.

Señala que se le han terminado todos los ahorros que tenía previstos para su jubilación y vendió sus sus pertenencias para que sus dos hijos culminen sus estudios. Uno de ellos está ya casado y lo apoya. Al menor está por empezar la educación superior.

"Vendí  un terreno, vendí mi coche. En estos momentos estoy vendiendo mi casa. Ya no me queda nada. Mi hijo estudiaba en una de las mejores escuelas. Para que pudiera terminar la preparatoria, lo saqué de la escuela y lo cambié a otra más accesible. Pero no sé cómo le voy a hacer para pagar sus estudios universitarios”, externa preocupado.

Ante la declaración de quiebra de Mexicana de Aviación, el piloto señala que cualquier desempleado debe tener en mente que va a llegar un momento en que no va a tener ni para comer.

"Tú me preguntaste si he pensado en quitarme la vida, yo te respondo ahora que cuando no tenga que comer, va a ser algo que sigue, me voy a morir de hambre. Eso no puede llegar y eso es lo que me gustaría que la gente en México se enterara, que este problema que vivimos es una injusticia para los trabajadores de Mexicana de Aviación”, concluye el capitán Suárez Rivero.

Otro rostro del  cierre de Mexicana de Aviación, es el del capitán Manuel Bistrain Navarro, quien tuvo que cambiar los aviones por la decoración.

Desde hace casi cuatro años no sólo padece serias complicaciones económicas, sino problemas de tipo personal que ocasionaron su divorcio.

"Desde que Mexicana de Aviación dejó de operar me quedé sin empleo. Pude hacer unos vuelos, pero de ahí no pasó. Ahora fabrico marcos para espejo, decoro los espejos y los marcos. Trato de colocarlos con mis amigos, familiares y personas que me recomiendan, pero no es nada para los gastos que tengo en realidad”, explica.

La falta de dinero le empezó a ocasionar discusiones con su esposa, ya que le era imposible solventar la manutención de sus dos hijos.

"Hemos vivido una crisis en la casa, donde termino divorciado. Ya desempleado, sin producir nada, sin llevar dinero a tu casa, tus hijos y tu esposa te ven diferentes y los arrastras a la problemática de la falta de recursos, se te echan las deudas encima y se acaba el matrimonio”, platica el piloto.

Explica que su hija, una alumna brillante estudiaba en la Universidad Iberoamericana, tuvo que dejar la escuela por la escasez de recursos para el pago de las colegiaturas. Para reponer el tiempo perdido en los estudios, sus hijos empezaron a vender repostería.

"Mi exesposa les enseñó a mi hija y a mi hijo, ambos se pusieron a hacer galletas y pasteles para venderlas y terminar de pagar sus estudios, porque yo ya no puedo ayudarlos como quisiera, la venta de marcos decorados sólo me ayuda a subsistir”, comenta.

Piloteó aviones de Mexicana de Aviación por más de 23 años y ahora se siente mal de salud. Justo cuando carece del seguro de vida ni el seguro de gastos médicos mayores que la empresa le brindaba para protegerlo junto con su familia.

"Ya vendí todas mis pertenencias. Subsisto porque tengo dos maravillosas hermanas que me están apoyando. Casi no duermo, paso largas noches de insomnio, pensando en mi situación, realmente me siento mal, porque no le veo salida a mi precaria situación”, detalla.

Con su licencia de piloto vigente y actualizada, pero ya sin el seguro de licencia que, como otra prestación, le daba la aerolínea, el capitán Bistrain Navarro señala que aún tiene la esperanza de volver a volar y frente a las decisiones que se han tomado en torno a Mexicana de Aviación, el piloto prefiere ironizar:

"Hay  ocasiones en que te dan definitivamente ganas de suicidarte, tirarte desde el edificio más alto para que cuando menos sepa la caída, pero no tiene caso porque en este gobierno no pasa nada, pero  si de mi lado derecho se coge Felipe Calderón y Gastón Azcárraga con mucho gusto me tiro de la Torre Latino.”

“Pienso en desnudarme de nuevo”: Playmate

Un rostro conocido de la suspensión de operaciones de Mexicana de Aviación es el de la sobrecargo Rosy Arcos, quien luego de volar por más de 13 años llegó a la portada de la revista Playboy.

La playmate asegura estar dispuesta a volver a desnudarse, si con esta acción, se recuperan las fuentes de empleo y se les pagan todos los salarios que se les deben.

"La mayoría la está pasando mal. Me he enterado de algunos casos lejanos, como un compañero de 43 años que, a raíz de la depresión, por la falta de trabajo tuvo un infarto”, explica Rosy Arcos.

En noviembre de 2010, diez sobrecargos se organizaron y juntaron recursos para publicar el calendario 2011 Aeromozas levantando el vuelo. El tiraje se agotó y fue que Playboy las volteó a ver.

En abril del 2011, acompañada de  cinco sobrecargos, Rosy Arcos posó para esa edición de  Playboy. “Aeromozas Mexicanas vuelan en primera” se leía en la portada de la revista para caballeros.

"Fuimos muy afortunadas porque el fenómeno llamó mucho la atención.”

Hoy está casada y asegura que extraña su trabajo en Mexicana.