Opinión de (Rosario Avilés) |
A preparar nuevos profesionales
En recientes columnas nos hemos referido a la gran oportunidad de crecimiento que se le presenta a la industria aérea nacional, merced a los cambios globales que experimenta el sector transporte aéreo y que poco a poco han ido moviendo los ejes de decisión hacia regiones emergentes. Así, Medio Oriente y Asia en primer lugar, están experimentando crecimientos exponenciales, mientras que América Latina se fortalece aun cuando no tenga crecimientos tan espectaculares.
La posibilidad de que nuestro país aproveche de forma adecuada la oportunidad depende de muchos factores. El más importante, sin duda, es establecer una política de largo plazo donde se definan las grandes líneas estratégicas, donde el Estado se comprometa a tener un marco promotor, de fomento y de garantía de seguridad; donde las aerolíneas tengan caminos certeros para transitar y en donde existan los recursos humanos, tecnológicos y económicos suficientes para hacerle frente a ese posible crecimiento.
En ese sentido, es necesario impulsar con mucha fuerza la capacitación y adiestramiento de tripulaciones, de mecánicos, despachadores y otro personal de tierra, así como de controladores de tránsito aéreo. Para ello se requieren centros de adiestramiento que, como el ahora rebautizado con el nombre de Roberto Kobeh González, opera al interior de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA).
Desde luego que hay otros centros, como el Centro de Adiestramiento de Aviación Civil, o los propios sistemas de capacitación del SENEAM (Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano) que es la responsable de atender el control de tránsito aéreo en todo el país.
A reserva de que se discutiera adecuadamente, convendría que toda la capacitación técnica aeronáutica se otorgara en un gran centro educativo especializado, aunque para ello sería indispensable contar con un plan nacional que, respaldado en la ya mencionada política de largo plazo para el sector aéreo, se abocara a formar a todos los profesionales que requiere nuestro país para los siguientes años.
Mientras eso ocurre, vemos que en el rubro de control de tránsito aéreo, actualmente hay 905 profesionales de esta actividad, según cifras de la revista del Seneam del mes de octubre pasado. De ellos, 184 (21 por ciento) tienen 55 años o más, es decir, están en vías de la jubilación porque tienen más de 25 años de servicios.
De acuerdo a esta misma fuente, 140 ya “están en posibilidad de jubilarse”, lo que significa que será necesario reemplazarlos en un lapso más o menos breve y para ello habría que capacitar al menos 150 controladores en un lapso breve.
Ello es más complicado de lo que parece. Formar a un controlador de tránsito aéreo toma 2 años, ya que los requisitos de formación se han hecho más estrictos para tener mayor grado académico. Por otra parte, para atender las urgencias del crecimiento, así como reemplazar a los que más adelante se irán retirando, es urgente que se cuente con un plan de capacitación de largo aliento.
La buena noticia, nos dicen, es que en el Centro México se ha iniciado una modernización completa que incluye la adquisición de nuevos equipos, mediante la inversión de 222 millones de pesos. El gobierno federal apoyará la creación de un nuevo centro de formación de este tipo de profesionales con el cual será posible iniciar la preparación de al menos 100 nuevos controladores cada año.
Esto se vuelve cada vez más importante, ya que en la medida en que se incorpora nueva tecnología ala aviación, los sistemas de gestión del tránsito aéreo a nivel mundial tienden a homologarse pero también a hacerse más sofisticados y a requerir que los profesionales de control estén mejor capacitados.
Sin duda, Seneam, que hoy comanda Claudio Arellano, tendrá muchísimos retos en le futro. Ya hablaremos de ello en una siguiente entrega.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
La posibilidad de que nuestro país aproveche de forma adecuada la oportunidad depende de muchos factores. El más importante, sin duda, es establecer una política de largo plazo donde se definan las grandes líneas estratégicas, donde el Estado se comprometa a tener un marco promotor, de fomento y de garantía de seguridad; donde las aerolíneas tengan caminos certeros para transitar y en donde existan los recursos humanos, tecnológicos y económicos suficientes para hacerle frente a ese posible crecimiento.
En ese sentido, es necesario impulsar con mucha fuerza la capacitación y adiestramiento de tripulaciones, de mecánicos, despachadores y otro personal de tierra, así como de controladores de tránsito aéreo. Para ello se requieren centros de adiestramiento que, como el ahora rebautizado con el nombre de Roberto Kobeh González, opera al interior de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA).
Desde luego que hay otros centros, como el Centro de Adiestramiento de Aviación Civil, o los propios sistemas de capacitación del SENEAM (Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano) que es la responsable de atender el control de tránsito aéreo en todo el país.
A reserva de que se discutiera adecuadamente, convendría que toda la capacitación técnica aeronáutica se otorgara en un gran centro educativo especializado, aunque para ello sería indispensable contar con un plan nacional que, respaldado en la ya mencionada política de largo plazo para el sector aéreo, se abocara a formar a todos los profesionales que requiere nuestro país para los siguientes años.
Mientras eso ocurre, vemos que en el rubro de control de tránsito aéreo, actualmente hay 905 profesionales de esta actividad, según cifras de la revista del Seneam del mes de octubre pasado. De ellos, 184 (21 por ciento) tienen 55 años o más, es decir, están en vías de la jubilación porque tienen más de 25 años de servicios.
De acuerdo a esta misma fuente, 140 ya “están en posibilidad de jubilarse”, lo que significa que será necesario reemplazarlos en un lapso más o menos breve y para ello habría que capacitar al menos 150 controladores en un lapso breve.
Ello es más complicado de lo que parece. Formar a un controlador de tránsito aéreo toma 2 años, ya que los requisitos de formación se han hecho más estrictos para tener mayor grado académico. Por otra parte, para atender las urgencias del crecimiento, así como reemplazar a los que más adelante se irán retirando, es urgente que se cuente con un plan de capacitación de largo aliento.
La buena noticia, nos dicen, es que en el Centro México se ha iniciado una modernización completa que incluye la adquisición de nuevos equipos, mediante la inversión de 222 millones de pesos. El gobierno federal apoyará la creación de un nuevo centro de formación de este tipo de profesionales con el cual será posible iniciar la preparación de al menos 100 nuevos controladores cada año.
Esto se vuelve cada vez más importante, ya que en la medida en que se incorpora nueva tecnología ala aviación, los sistemas de gestión del tránsito aéreo a nivel mundial tienden a homologarse pero también a hacerse más sofisticados y a requerir que los profesionales de control estén mejor capacitados.
Sin duda, Seneam, que hoy comanda Claudio Arellano, tendrá muchísimos retos en le futro. Ya hablaremos de ello en una siguiente entrega.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.