 | Opinión de ( Rosario Avilés) |
¿Un pacto para la aviación?
De una forma u otra los pactos políticos (o económicos) que se han impulsado en México han logrado resultados que, de otra forma, no se hubieran alcanzado. Algunos logran todos sus objetivos, otros se desgastan en el camino, pero no podemos negar que con este mecanismo se puede plantear los retos y trabajar de una forma más eficiente que si cada sector trabaja por su lado con objetivos a veces divergentes.
Hace muchos años que la aviación mexicana necesita retomar el rumbo, tener una estrategia clara para crecer, ser sólida y plantearse objetivos de largo plazo.
Esto se puede reflejar en las mil veces solicitada política de Estado, consensuada y de largo plazo, pero para llegar ahí es indispensable que los diversos sectores se pongan de acuerdo en aquellas cosas que son comunes y, el interior de cada uno, que se cumplan los acuerdos y se honren los compromisos.
En el caso de la Cámara Nacional del Aerotransporte (Canaero), por ejemplo, el relevo en la presidencia que hoy ocupa Fernando Flores, director de Aeromar, es una oportunidad única de llevar adelante la institucionalización y modernización de este organismo, como fue la intención del que fuera vicepresidente de Aeroméxico, Abraham Zamora, cuando ocupó esa posición hace dos años.
El esfuerzo iniciado bajo la dirección de Guillermo Heredia, uno de los hombres más respetados del sector, no pudo llevarse a buen término por una serie de factores que, desgraciadamente, no permitieron que los planes cuajaran.
Hoy, Fernando Flores, quien sin dudar posee los necesarios dotes de conciliación y visión estratégica que se requieren para continuar con esta labor, deberá impulsar el proceso que empieza con la elección de un nuevo director ejecutivo que, como en otras asociaciones sectoriales exitosas, trascienda los períodos de los presidentes y desarrolle un programa de trabajo de largo plazo.
Se requiere una persona con amplio conocimiento del sector, con capacidad de gestión para llevar adelante los temas nodales y negociar desde el sector empresarial las modificaciones a las leyes y reglamentos; que tenga visión de largo plazo y que comprenda cuáles son las prioridades, desde la conformación de las nuevas instituciones gubernamentales prometidas hasta la construcción del aeropuerto nuevo, la reestructura de las aerolíneas y un largo etcétera que hacen que el perfil ideal no sea fácil de encontrar.
Se mencionan algunos candidatos para llevar a cabo esta encomienda. Entre los nominados destaca Rogelio Rodríguez Garduño, especialista en derecho aeronáutico, catedrático de la UNAM. Su amplio currículum incluye experiencia en Aeropuertos y Servicios Auxiliares, en la Dirección de Aeronáutica Civil, en Mexicana de Aviación, en el aeropuerto de Toluca y otros aeropuertos. Ha representado al país en conferencias de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), colaborado en la redacción de varias leyes y reglamentos del sector y en la elaboración del documento interdisciplinario promovido por la UNAM para la estructuración de la política aeronáutica.
Ojalá que pronto se retome este proyecto y que la Canaero se reestructure y sea un factor de promoción y solidez del sector aéreo.
Hay muchos otros retos que es indispensable enfrentar con creatividad, capacidad negociadora y buena voluntad. Sin ir más lejos, los pilotos aviadores están en este momento en una fase de negociación con Aeroméxico —previa y sin relación con la contratación colectiva que este año se revisa— por desencuentros con el área de Recursos Humanos.
Ante un movimiento de “apego a manuales” que se inició en Connect, fue necesaria la intervención de la Secretaría del Trabajo para usar los mecanismos de negociación y así terminar con las hostilidades. Al parecer los motivos de queja han disminuido, pero este miércoles habrá una asamblea de ASPA para analizar el asunto.
Lo que es claro es que la vía de la confrontación no ha dado resultado. El mismo Andrés Conesa lo expresó así en el caso del conflicto con los sobrecargos a fines del año pasado. Ha llegado, pues, el momento de cambiar de estrategia para trabajar por el crecimiento de las empresas mexicanas. La competencia está afuera y es necesario unir esfuerzos para tener acuerdos ganadores.
Para estos casos y los muchos retos que tiene el sector aéreo es que necesitamos pactos que permitan lograr los objetivos de crecimiento y solidez que nos permitan competir… ¿lo lograremos?
Lo oí en 123.45: Los sobrecargos jubilados de Mexicana de Aviación harán un mitin este jueves afuera de las oficinas de Xola, al que han convocado no sólo la Asociación de Jubilados, Trabajadores y Extrabajadores de la Aviación Mexicana, sino todos los trabajadores que siguen en plantón. El asunto es ya perentorio… ¿Qué se requiere para que las autoridades actúen y se inicie la aplicación de la justicia?
Y además: se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx
Hace muchos años que la aviación mexicana necesita retomar el rumbo, tener una estrategia clara para crecer, ser sólida y plantearse objetivos de largo plazo.
Esto se puede reflejar en las mil veces solicitada política de Estado, consensuada y de largo plazo, pero para llegar ahí es indispensable que los diversos sectores se pongan de acuerdo en aquellas cosas que son comunes y, el interior de cada uno, que se cumplan los acuerdos y se honren los compromisos.
En el caso de la Cámara Nacional del Aerotransporte (Canaero), por ejemplo, el relevo en la presidencia que hoy ocupa Fernando Flores, director de Aeromar, es una oportunidad única de llevar adelante la institucionalización y modernización de este organismo, como fue la intención del que fuera vicepresidente de Aeroméxico, Abraham Zamora, cuando ocupó esa posición hace dos años.
El esfuerzo iniciado bajo la dirección de Guillermo Heredia, uno de los hombres más respetados del sector, no pudo llevarse a buen término por una serie de factores que, desgraciadamente, no permitieron que los planes cuajaran.
Hoy, Fernando Flores, quien sin dudar posee los necesarios dotes de conciliación y visión estratégica que se requieren para continuar con esta labor, deberá impulsar el proceso que empieza con la elección de un nuevo director ejecutivo que, como en otras asociaciones sectoriales exitosas, trascienda los períodos de los presidentes y desarrolle un programa de trabajo de largo plazo.
Se requiere una persona con amplio conocimiento del sector, con capacidad de gestión para llevar adelante los temas nodales y negociar desde el sector empresarial las modificaciones a las leyes y reglamentos; que tenga visión de largo plazo y que comprenda cuáles son las prioridades, desde la conformación de las nuevas instituciones gubernamentales prometidas hasta la construcción del aeropuerto nuevo, la reestructura de las aerolíneas y un largo etcétera que hacen que el perfil ideal no sea fácil de encontrar.
Se mencionan algunos candidatos para llevar a cabo esta encomienda. Entre los nominados destaca Rogelio Rodríguez Garduño, especialista en derecho aeronáutico, catedrático de la UNAM. Su amplio currículum incluye experiencia en Aeropuertos y Servicios Auxiliares, en la Dirección de Aeronáutica Civil, en Mexicana de Aviación, en el aeropuerto de Toluca y otros aeropuertos. Ha representado al país en conferencias de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), colaborado en la redacción de varias leyes y reglamentos del sector y en la elaboración del documento interdisciplinario promovido por la UNAM para la estructuración de la política aeronáutica.
Ojalá que pronto se retome este proyecto y que la Canaero se reestructure y sea un factor de promoción y solidez del sector aéreo.
Hay muchos otros retos que es indispensable enfrentar con creatividad, capacidad negociadora y buena voluntad. Sin ir más lejos, los pilotos aviadores están en este momento en una fase de negociación con Aeroméxico —previa y sin relación con la contratación colectiva que este año se revisa— por desencuentros con el área de Recursos Humanos.
Ante un movimiento de “apego a manuales” que se inició en Connect, fue necesaria la intervención de la Secretaría del Trabajo para usar los mecanismos de negociación y así terminar con las hostilidades. Al parecer los motivos de queja han disminuido, pero este miércoles habrá una asamblea de ASPA para analizar el asunto.
Lo que es claro es que la vía de la confrontación no ha dado resultado. El mismo Andrés Conesa lo expresó así en el caso del conflicto con los sobrecargos a fines del año pasado. Ha llegado, pues, el momento de cambiar de estrategia para trabajar por el crecimiento de las empresas mexicanas. La competencia está afuera y es necesario unir esfuerzos para tener acuerdos ganadores.
Para estos casos y los muchos retos que tiene el sector aéreo es que necesitamos pactos que permitan lograr los objetivos de crecimiento y solidez que nos permitan competir… ¿lo lograremos?
Lo oí en 123.45: Los sobrecargos jubilados de Mexicana de Aviación harán un mitin este jueves afuera de las oficinas de Xola, al que han convocado no sólo la Asociación de Jubilados, Trabajadores y Extrabajadores de la Aviación Mexicana, sino todos los trabajadores que siguen en plantón. El asunto es ya perentorio… ¿Qué se requiere para que las autoridades actúen y se inicie la aplicación de la justicia?
Y además: se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx
