Azcárraga en el huracán
Por: KRAMER, PUES, CONTRA KRAMER.
Empresa
Colocadas
decenas de denuncias en la mesa por parte de los sindicatos de Mexicana
de Aviación contra su exaccionista mayoritario, Gastón Azcárraga
Andrade, al que se acusa de administración fraudulenta, finalmente hay
una respuesta de la autoridad… frente a la denuncia menos agresiva
contra el empresario
La piqueta la está colocando la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en respuesta a un reclamo de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores… que en la carambola afectó a miles de inversionistas de la Bolsa Mexicana de Valores. El señalamiento del organismo sindical apuntaba a que el Grupo Posadas, del que era presidente y director general entonces Azcárraga Andrade, no notificó al organismo bursátil como evento relevante la salida de las pistas de Mexicana de Aviación y sus filiales Click y Link.
Ésta, como usted sabe, llegó el 28 de agosto de 2010.
Como se recordará, el emporio hotelero tenía gran parte de las acciones de la línea aérea, por lo que necesariamente la caída de ésta ponía en peligro su propio equilibrio.
Colocada la querella ante la Fiscalía Especializada de Investigación de Delitos Fiscales y Financieros de la Procuraduría General de la República (Averiguación previa UEIDFF/FINM13/223/2011), ésta sería remitida a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, para su valoración.
La decisión, pues, de consignar el asunto al Ministerio Público Federal provendría de la autoridad supervisora… quien le dio el sí.
De acuerdo al organismo, Azcárraga Andrade incurrió en lo que se califica de conducta dolosa, al omitir la difusión inmediata de información del Grupo Posadas, vulnerando el artículo 383 fracción II de la Ley del Mercado de Valores. La CNBV lo ubica como posible responsable del delito, señalando dos nombres Gastón Azcárraga Andrade y Gastón Luis Azcárraga Andrade.
La resolución coincide con la decisión del propio grupo hotelero Posadas de hacer público el que su expresidente y director general, Gastón Azcárraga Andrade, acaba de poner una demanda en su contra.
La acción sería una más en el anecdotario de las empresas, de no ser por un pequeño detalle. Los demandados son hermanos del denunciante, herederos ambos del fundador de la cadena que maneja razones sociales como Fiesta Americana y Fiesta Inn, Gastón Azcárraga Tamayo.
La querella es una venganza por otra interpuesta a su vez por los demandados contra Azcárraga por no haberles concedido el derecho de tanto cuando decidió vender un paquete accionario de la cadena, equivalente al nueve por ciento del capital.
El comprador fue el socio mayoritario de la cadena de tiendas Martí, Alfredo Harp Helú.
Los escándalos, a querer o no, tienen el mismo hilo conductor. A partir de la salida de las pistas de Mexicana de Aviación, en cuyo marco Azcárraga le vendió las acciones a la Tenedora K, en realidad el fondo estadounidense de inversión, Advent a sólo mil pesos, se volvió inviable la presencia de su presidente y director general en el Grupo Posadas.
Finalmente, su hermano Paul lo sustituiría en ambos cargos.
Las acusaciones lloverían. Que Gastón Azcárraga Andrade no recibió el visto bueno de la autoridad para vender los papeles. Que había realizado un movimiento ilegal al colocar a Mexicana, Click y Link dentro de una controladora llamada Grupo Aeronáutico Mexicano. Que sus malas decisiones habían empujado a la quiebra a la línea aérea. Que había contratado créditos con el Banco Nacional de Comercio Exterior y con Banorte, cuyas condiciones ponían en peligro a la compañía.
De hecho, en el jaloneo se habló de fricciones con el segundo mayor inversionista de Mexicana, Ángel Lozada, dueño a su vez de los hoteles Presidente, por cubrir la espalda de los de la cadena Posadas y descubrir la de éstos en la venta de paquetes turísticos todo pagado.
Presidente alguna vez del poderoso Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, Gastón Azcárraga Andrade, le gustaba contar una anécdota sucedida en sus incursiones como tal.
Hete aquí que estando en una reunión de trabajo con autoridades federales y del Estado de Guerrero, le tocó asiento junto al entonces presidente municipal de Acapulco, Félix Salgado Macedonio, quien, curioso, le preguntó quién era: -Soy el jefe de los pirrurris de que habla López Obrador.
Presunto culpable.