A tres años de que te bajaron a tierra, Mexicana de
Aviación, sigues siendo la primera.
26 de agosto de 2013 a la(s) 9:32
En dos días se
cumplen ya tres años que a 8,500 trabajadores de la Compañía Mexicana de
Aviación nos quitaron de tajo nuestro empleo. Tres años en los que muchos hemos
buscado trabajo sin encontrarlo, ya sea por la edad, por la falta de
experiencia, por el corto currículum (muchos sólo habían trabajado en la
aerolínea), por la limitada oferta de empleo para nosotros (como pilotos,
sobrecargos o personal de tierra) o porque así es nuestro México lindo y
querido: si tienes más de 35 años, ya estás ruco para empezar a laborar en
alguna empresa, ya no eres productivo, representas una carga para tu patrón,
vienes "amañado", puedes "contaminar" al personal joven que
labora contigo, y un largo y absurdo etcétera.
Voy a generalizar.
En todo éste tiempo nos ha sucedido de todo, cosas buenas, positivas,
maravillosas, pero también cosas desagradables, negativas, indeseables. Los
compañeros hemos compartido, personalmente o a través de comunicación a
distancia, bodas, nacimientos, graduaciones, logros y el disfrute de todos los
momentos de nuestros hijos; nuevos empleos, cambios de residencia, éxitos
artísticos y deportivos y muchas otras satisfacciones más. Desgraciadamente
hemos sido testigos de divorcios, separaciones de familias por tener que buscar
la fuente de empleo en otro estado, país e incluso en otros continentes; de
enfermedades y hasta decesos de varios de nuestros compañeros o de sus
familiares directos por ya no contar con un seguro de gastos médicos mayores o
liquidez para solventar alguna enfermedad, tratamientos, estudios médicos y
medicamentos. También hemos vivido el hecho de que hijos de muchos compañeros
tuvieron que abandonar sus estudios para ayudar al gasto familiar o tuvieron
que cambiarlos de escuela por no poder pagar más las colegiaturas.
Con ésta amarga
experiencia, muchos de nosotros hemos tenido la desgracia de sentir lo que es
la pobreza, el hambre, las limitaciones económicas, el tener que llegar a la
morosidad por no poder solventar los gastos de la casa, el estar en el buró de crédito
por ya no poder pagar nuestros compromisos credicticios, el tener que
prescindir de nuestros bienes y venderlos para poder sobrevivir mientras se nos
hace justicia y nos paguen lo que por derecho nos corresponde, o mínimo, en lo
que encontramos otra chamba. La mayoría de nosotros éramos el sosten de
nuestras familias y/o manteníamos a nuestros padres; también varias parejas con
hijos trabajaban juntos en la aerolínea.
Sí, éstos tres
largos años han representado en cada empleado de Mexicana de Aviación una gran,
dura y dolorosa prueba de vida. Para unos, algo más que sortear, para otros, un
infierno. Hay para quienes ésto ha sido insuperable y cayeron en depresión
severa (nuevamente, sin poder adquisitivo para recibir ayuda profesional) y
hasta el suicidio (no, no es exageración, sí sucedió); a otros, los abandonó su
pareja por falta de ingresos (y de amor, por $upue$to).
Muchos terrícolas
(así llamamos a quienes no se dedican a la aviación) han podido saber que
llevamos tres años de burlas del Gobierno, de injusticias de los empresarios,
de falsedades de autoridades federales, de indiferencia de la sociedad. Hemos
alzado la voz con plantones, marchas, mítines, diálogos con las autoridades
correspondientes y no hemos recibido una respuesta favorable y justa que sea
palpable, sólo mentiras, promesas, ilusiones y vejaciones hacia nosotros y
nuestras familias. A muchos de los inversionistas los han asustado con amenazas
para que "ni le muevan para meterle dinero a Mexicana", por eso abortan
la idea de invertir en Mexicana de Aviación.
Nuestras manifestaciones han sido pacíficas y sin ánimo de perjudicar a
terceros y es indignante que, además de que se nos haya agredido físicamente
con la fuerza de las autoridades (específicamente a los pilotos), sólo se nos
critique, juzgue y señale de manera equivocada e injusta, o, cuál sería tu
sentir si, después de 15 años de servicio a tu empresa (unos más, otros menos),
te quiten el empleo en un tronar de dedos?, que te dejen sin liquidación (que
por ley te corresponde)?, que a tí y a tu familia los dejen sin servicios
médicos?, que hayan valido gorro los días con sus noches que dejaste a tus
seres queridos en momentos importantes por cumplir cabalmente con tu trabajo y
no se te pague por ello?, que no interese las veces que pusiste en riesgo tu
vida por estar listo para salvar la de otros?, que no hayas estado en
Navidades, cumpleaños, bautizos o funerales de seres queridos para no dejar que
se "caiga" un vuelo y afectar a muchos pasajeros?; que veas como, año
con año, tu salud se fué mermando por las condiciones bajo las que trabajabas
por cumplir a puntualmente con un compromiso que adquiriste como empleada y
que, al final, te den una patada en el trasero?; qué sentirías de regalarle a
un infeliz ladrón, 15 años de tu vida????
Poca gente
terrícola, incluyendo a nuestros propios familiares, entiende nuestro sentir,
así que por eso nos escuchamos y ayudamos entre nosotros mismos, porque sólo
nosotros sabemos lo que hemos vivido, lo que sacrificamos, lo que dejamos por
entregarnos a nuestro trabajo. Sabemos que siempre vamos a encontrar, en algún
compañero, apoyo, cariño y comprensión, por eso mismo es que nos llamamos
"FAMILIA".
Hay personas,
pocas, que se han puesto en nuestros zapatos y nos han apoyado, ya sea
económicamente, estando en los plantones o levantando la voz pidiendo justicia
para nosotros pero..... y dónde está la demás sociedad?; y ya no hablemos de la
sociedad en general, tan sólo ocupémonos de nuestra gente cercana, de quienes,
según, eran nuestros incondicionales. Dónde están esas personas que presumían
que tenían al hermano, la vecina, el compadre, al ex novio, la amiga, el
cuñado, el primo, la ex compañera de escuela o al cuate trabajando en Mexicana
como piloto, sobrecargo o en tierra???, dónde?!?!?! Estuvieron presentes cuando
se les ofrecía el "encarguito" del "otro lado", cuando se
les llevó de viaje en algún vuelo o cuando necesitaban descuento en algún
boleto de avión, para eso sí estaban en primera fila; te buscaban, te esperaban
y no desistían hasta encontrarte para que les hicieras uno de éstos favores
pero, cuando Mexicana cerró operaciones, cuando no sabíamos de dónde sacar
dinero para comer, cuando más apoyo necesitábamos, cuando realmente era difícil
y precaria nuestra situación, esa gente desapareció de repente y jamás, jamás
se nos tendió la mano como cuando lo hicimos con ellos.
Eso fué frustrante y decepcionante pero no hizo más fuertes.
Toda ésta triste experiencia nos hizo valorar todo y a todos. Hizo darnos
cuenta lo jodidos que estábamos económicamente pero lo ricos que éramos en
valores al estar unidos y apoyarnos entre nosotros mismos. Nos sirvió para
saber que estamos más preparados de lo que nos enseñaron para sobrevivir.
Pudimos ver que tenemos muchas capacidades y habilidades para laborar en otros
rubros. Nos enseñó a no esperar nada de nadie y aprender a vivir con lo que
tenemos; que lo más importante es estar siempre con la gente que quieres y que
te quiere. Que podemos alcanzar nuestros sueños lejos del cielo y volar hacia
nuestro objetivo sin las alas que alguna vez tuvimos.
Hoy somos otros.
Hemos podido seguir viviendo sin trabajar para Mexicana de Aviación, sin
embargo, eso no resuelve la injusticia de la que hemos seguido siendo objeto
por parte de las autoridades y del Gobierno, no, no se ha hecho justicia, el
ladrón sigue libre y nosotros seguimos sin que se nos pague lo que trabajamos
por años, pero eso tampoco hace que tengamos los peores sentimientos hacia los
culpables. Seguimos amando a nuestra empresa, seguimos al pie del cañón y
preparados para regresar a volar; estamos listos para cuando la justicia, si no
es la del hombre, sea la divina, nos permita emprender nuevamente el vuelo y
volver a servir a miles de pasajeros con el mismo gusto, entrega, profesionalismo,
seguridad y calidez que nos ha distinguido por más de noventa años en nuestro
país.
Mexicana de Aviación
está dormida, no muerta, y si la llegaran a quebrar, que quede claro que en
nosotros, sus empleados, no quedaron las ganas de volverla a sacar adelante;
que hicimos todo lo humanamente posible para regresarla a los cielos; que no
olvidamos todo lo que logramos y tuvimos mientras laboramos en ella y por lo
mismo, que siempre estuvimos dispuestos a trabajar por y para NUESTRA
aerolínea, sí, porque a Mexicana no la hizo un nombre ni un hombre, la hicimos
sus trabajadores. Esperamos poder
pronto volver a ver aviones de Mexicana de Aviación en el cielo y que siga la
tradición de una de las mejores aerolíneas de latinoamérica y la más antigua de
México, porque pase lo que pase, le guste a quien le guste, le pese a quien le
pese y le duela a quien le duela, "LA PRIMERA, SIEMPRE SERÁ LA
PRIMERA".