05 julio 2013

DEL CORREO DEL BLOG

Vanguardia Política 
Adriana Moreno Cordero 
5 de julio de 2013
 

*** La apuesta de Ricardo del Valle, actual secretario general  de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación, ha sido siempre la de utilizar su puesto de líder gremial para dar el salto a la vida política nacional. Práctica que ha sido recurrente con los casos de las senadoras Alejandra Barrales y Lizette Clavel. Sin embargo, la estrategia en que Del Valle está haciéndose de un nombre en la opinión pública y la forma en que busca generar su capital político, pudiera tener severas consecuencias futuras para su carrera. Con la reactivación del conflicto colectivo de naturaleza económica el pasado miércoles, que fue derivado de su incumplimiento a las cláusulas acordadas con la Secretaría del Trabajo el pasado primero de junio, Del Valle no solo faltó a su compromiso con Aeroméxico y la dependencia federal, sino que le dio la espalda a sus mismos representados que lo eligieron hace un par de años. De manera unilateral, sin llamar a votación sobre lo acordado o siquiera avisar de manera correcta lo acontecido, el dirigente sindical tomó decisiones que afectarán el futuro de los más de mil trescientos sobrecargos que trabajan en la aerolínea de Andrés Conesa. Sin duda, del Valle sigue la lógica política de que la confrontación pudiera darle los mejores dividendos que la negociación. Reactivar el conflicto le asegura reflectores a Ricardo del Valle para un buen rato, pues cualquier resolución o acto que emane de esta demanda augura movilizaciones de empelados. Sin embargo, su estrategia podría derivar en un efecto contrario y muy negativo ante el electorado, pues lo etiqueta como un político radical, rijoso, que no cumple con los acuerdos que él mismo firma. Librarse del mote de líder sindical radical será difícil y lo puede llegar a aislar no solo de sus votantes futuros, sino incluso de sus más allegados "amigos" políticos.