07 junio 2013

DEL CORREO DEL BLOG

 
 
Dormidos
Si alguien no conociera las acciones públicas de Ricardo del Valle y quizá las decisiones de sus antecesores en la Secretaría General de ASSA y le encantara inventar conspiraciones, podría pensar que este hombre trabaja por la destrucción de Aeroméxico.
Parecería que las decisiones de este líder sindical tienen mucho más que ver con la presión que tiene por parte de sus agremiados que son parte de Mexicana de Aviación, ilusiones personales, así como una notoria incapacidad para ver la realidad.
Aeroméxico está verdaderamente lejos de una buena situación financiera. Como hemos señalado en este espacio, están mucho más cerca de un concurso mercantil que de consolidarse como la empresa más grande del país.
La presión que ejercen nuevos entrantes, con costos mucho más adecuados con la realidad, como Volaris e Interjet, hace que estas empresas se vean con mucho mayor futuro que la propia Aeroméxico.
Mientras que la línea aérea que dirige Andrés Conesa sigue caminando por la vía de tratar de convencer a su sindicato de sobrecargos que acepten un trato similar que pilotos y trabajadores de tierra, compañías como Volaris ya preparan su entrada a los mercados internacionales de financiamiento que, sin lugar a dudas, les dará un mayor músculo financiero.
No vaya siendo que, de pronto, las malas decisiones de líderes como Del Valle y quienes están con él terminen acabando con la única conquista laboral irrenunciable: el trabajo.
En este sentido, es importante recordar que no se le está quitando nada a quienes hoy tienen trabajo de sobrecargos sino que se pide que los nuevos trabajen bajo bases mucho más acordes con la realidad de la empresa y su sector. No con la imaginación de los líderes de sobrecargos.