2013-01-08|
Hora de creación: 00:20:17 | Ultima modificación: 00:39:56
Desde hace 18 años se publica cada año la tradicional cartita a los Reyes
Magos. Hace tantos como éstos que pedimos una política de , de largo plazo, para el sector transporte
aéreo.
En diciembre pasado, Santa Claus nos dijo que había inmensas
posibilidades de que —ahora sí— se hicieran los milagros y que, además de tener
esta política, podríamos contar con un renacimiento de la aviación mexicana.
¿Por qué queremos una política de Estado, de largo plazo, consensuada entre
todos los sectores que concurren en el medio aeronáutico y que contribuya a
hacer de esta actividad uno de los sectores punta de la economía? Bueno, en
primer lugar porque ES POSIBLE.
Es decir, éste es un sector donde somos pocos y
nos conocemos mucho. La aviación es tan interesante que una vez que se ha
entrado en ella, nadie quiere abandonarla, pero es un sector muy peculiar: es
muy especializado y la permanencia de quienes desarrollan en ella su talento es
de toda la vida.
Ésta es la razón por la cual es posible que todos sus actores
se comprometan en el afán de hacer de la aviación un sector punta. Hay
sobrecargos, pilotos, trabajadores de , de estación, despachadores de vuelo,
controladores de tránsito aéreo, personal de y comercialización que tienen más de 30 años
trabajando en esto y que adoran su trabajo.
30 meses de Concurso Mercantil en Mexicana de
Aviación es un récord: la gente sigue ahí, pendiente de su , porque ama a su . Los trabajadores de también han aguantado lo indecible. ¿Qué hay
en este sector que enamora a las personas? Bueno, en primer lugar, hay pasión,
hay amor a la camiseta, y hay la satisfacción de servir a los usuarios para que
tengan experiencias hermosas de viaje.
Pero también hay el orgullo de pertenecer
a un sector de alta tecnología que en muchos órdenes fue pionero a nivel
mundial. Durante décadas nuestro país se distinguió por su altísimo nivel a
nivel regional en el transporte aéreo y, a pesar de la debacle de los últimos
años, hay la experiencia y el empuje para retomar el rumbo. Por eso creemos que
—aunque suene a cartita a los Reyes Magos— las condiciones están dadas hoy, como
nunca, para que exista el impulso que nos convierta en una nueva potencia en
este sector.
¿Cómo lograrlo? En primer lugar, necesitamos que todos los sectores
que han colaborado con propuestas para elaborar las líneas de la política
pública (y cuyas ponencias obran en poder de las autoridades aeronáuticas)
definan cuáles son las prioridades.
Una de ellas es que el propio gobierno
federal vuelva a creer en el sector, lo decrete prioritario y se establezca como
una estrategia para hacerlo un instrumento de competitividad.
Después, se
requiere un plan de reestructura para modernizarlo.
Que existan instituciones
que se encarguen de regular y vigilar, que sean autónomas, con presupuesto
propio y que no dependan de los caprichos de nadie.
Un asunto de suma
importancia es que se comprenda la especificidad de la aviación.
Demasiadas
veces se ha querido meter en el mismo saco al transporte aéreo con otros modos
de transporte (como en el caso de Medicina de Aviación) y esto ha provocado
muchos problemas, porque la aviación tiene peculiaridades que deben atenderse
para que siga siendo el sector de especialización y alto margen de seguridad que
lo distingue.
Esto mismo debe llevar a invertir para que México vuelva a ser el
país de vanguardia que siempre fue, para que el Estado, los municipios, los
operadores turísticos, los empresarios de diversas localidades y las aerolíneas
hagan crecer los mercados, impulsen nuevos destinos y consoliden los que existen
ya.
Necesitamos recursos para reestructurar Seneam, para modernizar sus equipos;
necesitamos que Aeronáutica Civil sea el organismo que dé ejemplo, que tenga en
sus filas a los mejores y que sea el verdadero rector de la política aérea.
Es
hora de que las aerolíneas mexicanas recuperen su presencia internacional, de
que se emprendan nuevas alianzas, de que nuestras aerolíneas emblema —como
Mexicana— regresen al escenario para que aprovechemos las ventajas geográficas y
nos beneficiemos de los tratados internacionales.
Queridos Reyes Magos: los
mercados no se crean por decreto, pero sí se desarrollan con voluntad política.
Volteen a ver a la aviación. Es un sector tan noble que no los dejara
desilusionados. Los esperamos