18 enero 2013

DEL CORREO DEL BLOG

David Páramo
 
Es claro que no están funcionando debidamente los concursos mercantiles como una vía eficiente para superar los problemas que se presentan entre empresas y acreedores.
Hay dos posiciones sobre cómo se debe enfrentar la situación:
Primera. Modificar la Ley Federal de Concursos Mercantiles. Es claro que cualquier ordenamiento es perfectible y, quizá mucho más importante, que la realidad es cambiante y necesita ajustes.
Sin embargo, se tiene que tener claro que este ordenamiento que sustituyó a la Ley de Quiebras (que se había convertido en un vehículo para que las empresas abusaran de los acreedores) no sólo recoge las mejores prácticas internacionales, sino que también se construyó de común acuerdo con abogados, empresas, instituciones de crédito y los legisladores.
Hasta el momento ninguno de los problemas que han enfrentado los concursos mercantiles tienen que ver con el fondo de la ley, sino con la operación.
Segundo. Revisar a fondo la gestión de Griselda Nieblas y quienes operan el Ifecom. De los requisitos que se establecen para el nombramiento de síndicos conciliadores e incluso el proceso para seleccionar a los jueces. Siempre existe la tentación de pedir que los impartidores de justicia creen juzgados especializados en prácticamente todas las materias.
Si se analizan los problemas que han enfrentado los concursos mercantiles, éstos tienen que ver mucho más con la operación que con el ordenamiento legal en sí.
En el caso de Mexicana de Aviación, los problemas han derivado de una pésima actuación de quien durante demasiado tiempo fue rector del concurso mercantil; la tibieza de la directora del Ifecom, que ante los problemas ha exigido cambios a la ley en lugar de revisar la operación, así como las grietas que algunos han encontrado en la regulación