24 enero 2012

DEL CORREO DEL BLOG

Propuesta radical para Mexicana

“Dejemos de ver a los millonarios como benefactores”

La semana pasada en el encuentro con AMLO en Saltillo, Coahuila, le comenté vagamente al Ing. Javier Jiménez Espriú una de mis propuestas sobre el rescate de la Mexicana de Aviación. El Ing. Jiménez sería secretario de Comunicaciones y Transportes en el gobierno de López Obrador, y tiene como una de sus principales consignas encontrar un mecanismo que ponga a volar de nuevo a nuestra aerolínea más representativa.

La pésima administración privada de Gastón Azcárraga, junto a otros intereses, sacaron del aire a Mexicana y sus miles de trabajadores quedaron sin empleo. Por ello se encarecieron los vuelos a los viajeros, así también causó un servicio de menor calidad por parte de otras compañías, derivado del mayor poder de mercado que obtuvieron los “sobrevivientes” por el truco de la derecha.

Los problemas que se han generado tienen una raíz: las erróneas políticas neoliberales que los millonarios defienden. Para corregir radicalmente dichos problemas relativos a Mexicana y al mercado de aviación en general, mi propuesta es la siguiente: los viajeros y los trabajadores deben unirse en una cooperativa para alinear los incentivos económicos. Se tienen qué prescindir de los intermediarios con fines de lucro y dejar de necesitar a los millonarios empresarios en esta ecuación.

En el escenario caben diferentes formas para los viajeros frecuentes de asociarse: una para un solo destino, otra nacional, otra regional y la universal; es decir, si yo quiero ser socio nacional de Mexicana, entonces invierto el monto requerido y viajo al costo a los destinos que tenga el país.

Si uno como viajero frecuente se asocia a una aerolínea, viajaría al costo. Este esquema propuesto sería algo infinitamente más atractivo que cualquier plan de millas que exista o pueda existir, simple y sencillamente porque se elimina el lucro de los empresarios. Obviamente no todos los que viajen serán socios; existen viajeros eventuales a quienes no les convenga asociarse. Para ello, propongo entonces tarifas (socio y no socio) y el diferencial puede ser usado para repartir utilidades entre los cooperativistas.

Claro está que no todos los viajeros frecuentes pueden desembolsar lo necesario para entrarle a la cooperativa, pero se pueden diseñar mecanismos que ayuden a solucionar este problema. Por ejemplo, el diferencial entre precios de socio y no socio puede irse acumulando para que sea válido como inversión durante cierto periodo. También las empresas que mandan a sus ejecutivos en avión pueden financiar la aportación de su empleado, ya que les convendría que viajara al costo, y eso sin contar los apoyos gubernamentales que podrían exigirse si nos organizamos, como por cada peso ciudadano, un peso del erario.

Con la idea plasmada, ahora se tienen que hacer cuentas y definir los montos necesarios para entrarle a la cooperativa. Los trabajadores podrían aportar su pasivo laboral y, entre los viajeros frecuentes, poner el capital fresco que se necesita para rescatar a Mexicana. Sin duda habrán los escépticos de buena fe y los de derecha que dirán que es mucho dinero y que es imposible, y para ello les paso un dato: la estatal brasileña Petrobras recaudó 70 mil millones de dólares en la oferta de acciones en un solo día.

Ésta es la izquierda radical, la izquierda que propone soluciones nuevas a los problemas de siempre, la izquierda que redistribuye y maximiza la felicidad agregada.